miércoles, 30 de marzo de 2011

Nicaragua: una herida abierta. Por Cynthia Caden


EL TERROR ROJO.


"Las ejecuciones ilegales por parte de guerrillas Sandinistas y sus aliados desde que tomaron el poder bajo una junta en julio ahora alcanzan al menos 500 y pueden ser hasta 1.000", dijo en una entrevista en 1979 (el año en que los comunistas llegaron al gobierno) José Esteban González, presidente de la Comisión Permanente Nicaragüense sobre Derechos Humanos[1]. La mayor parte de esas ejecuciones fueron llevadas a cabo en las primeras pocas semanas después del término de la guerra civil que derrocó al Presidente Anastasio Somoza. Irónicamente, el mayor número de ejecuciones parece haber tenido lugar en Granada, la única ciudad grande donde no ocurrió una batalla mayor. “Ahora sabemos que en las últimas dos semanas de julio, entre 300 y 400 personas fueron ejecutadas en la zona de Granada”, dijo González. “Eran todas personas conocidas como prisioneros (de los Sandinistas) y no fueron asesinados durante la batalla. Fueron asesinados por sus captores días o semanas después de que habían sido arrestados”. “Muchos de ellos fueron visitados por sus familias después de ser detenidos, pero cuando los familiares trataron de visitarlos nuevamente se les dijo que los prisioneros habían sido llevados a Managua, o entregados a la Cruz Roja, o enviados a Panamá”. González contó que él visitó algunas de las tumbas masivas donde se encontraron cuerpos de las víctimas. Dijo que vio la exhumación y tuvo parte en el proceso de identificación. Otros funcionarios de la comisión de derechos humanos lo acompañaron, junto con familiares de algunas de las víctimas. Conservó fotografías de las fosas y sus víctimas. Los investigadores encontraron dos tumbas masivas en una pequeña granja llamada El Dianatina, al sudoeste de Granada, con 200 cuerpos enterrados en suelo superficial. En otra zona, a unos cinco kilómetros al noreste de Granada, se encontraron otras tres tumbas con más de 60 cuerpos. Otras serían encontradas en la zona y los funcionarios de la comisión de derechos humanos continuaron investigando informes de otros sitios de entierro. González dijo que en León, al norte de Managua, entre 100 y 200 personas fueron ejecutadas en seis semanas después del momento en que los Sandinistas tomaron el control de la ciudad. En Masatepe, la comisión encontró e identificó 20 cuerpos. En Nueva Guinea, entre 20 y 25 prisioneros fueron ejecutados el 26 de julio, a pesar de las súplicas de sacerdotes locales y otros ministros religiosos. En Jinotepe, al menos 20 fueron ejecutados y en Esteli, en el norte de Nicaragua, hubo más ejecuciones, según confirmó González. "Nuestra experiencia es que esto ocurrió en todo el país", dijo. El Ministro del Interior Tomás Borge, líder Sandinista, diría en una conferencia de prensa en noviembre de 1979 que el gobierno estaba consciente de los extendidos abusos de poder, incluyendo algunas torturas y “unas pocas ejecuciones”. En una entrevista posterior estimó muy conservadoramente que el número de ejecuciones ilegales en todo el país totalizaba alrededor de 100. El presidente de la comisión de derechos humanos dijo que él y su organización estuvieron bajo considerable presión por parte del gobierno revolucionario para que no revelaran detalles de las ejecuciones. "Nos han dicho que cerremos la comisión, han tratado de obligarme a renunciar, han amenazado a otros funcionarios en otras partes del país y algunas de nuestras personas han renunciado", agregó. Pero González, teólogo y filósofo educado por la orden religiosa Hermanos Cristianos en Europa, se rehusó a someterse a estas presiones. "Somos una comisión permanente para defender derechos humanos, sin importar quién está al poder", dijo. "Defendimos a las víctimas de Somoza. Hoy, hay un tremendo miedo en este país y un tremendo temor de admitir que existe aquí. Pero nosotros en la comisión no guardaremos silencio". Entre las excavaciones realizadas se han descubierto aún más osamentas de reos políticos del primer período comunista en Nicaragua. La OEA encontró que altos jerarcas del FSLN tuvieron pleno conocimiento de los crímenes contra ex guardias y civiles, que por sospecha capturaron, ejecutaron sin juicio y enterraron en fosas comunes. Horrendos hallazgos de crímenes de lesa humanidad se descubrieron en la cárcel de La Pólvora, en donde Sandinistas bestialmente capturaron y asesinaron personas sin piedad, a partir julio de 1979, bajo cualquier sospecha y sin argumento. Se dice que los ejecutados sumariamente en La Pólvora pueden sumar centenares[2]. Los crímenes de La Pólvora fueron cometidos a sangre fría por los jefes Sandinistas, particularmente por Marvin González Ruiz, alias "Wilmer". En las denuncias, según publicación del Departamento de Estado de los Estados Unidos, “Derechos humanos en Nicaragua bajo los Sandinistas”, se menciona también en el caso de La Pólvora, al Sandinista Reinero Ordoñez Padilla, quien fue retirado del cargo, enviado a Cuba, y después regresó a servir en el Ministerio del Interior. La CIDH investigó denuncias de asesinatos a manos de "Wilmer". El criminal militar Sandinista tuvo su propio cementerio cuatro kilómetros al noroeste de Granada, en la Montañita de Santa Ana, terreno de tres manzanas en el camino a Los Malacos. Ahí llevaron a los presos de la Guardia Nacional, los sospechosos de anti-Sandinistas y los acusados sumariamente de contrarrevolucionarios. Les amarraron las manos en la espalda y a la orilla de las fosas los asesinaron para que cayeran dentro. Familiares de víctimas acudieron al lugar de la masacre alertados por los campesinos y vieron como los cadáveres apilados habían sido rociados con gasolina y eran consumidos por las llamas. El Juez Agustín Cruz recorrió el sitio identificando dos lugares con huesos esparcidos a flor de tierra, zapatos y restos de vestimentas. Notas: [1] Testimonio en "Ejecuciones en Nicaragua entre 500 y 1.000". Leonard Greenwood. Los Angeles Times. 3 de diciembre de 1979. pág. B19 [2] "La masacre sandinista de “La Pólvora" en Granada". Julio Ignacio Cardoze. Nicaragua Hoy. 2 de junio de 2007.
INVESTIGACIONES/ Alerta 360 Internacional Ultima modificación: 21 de octubre de 2010.

Fidel Castro: el iluminado. Por Julio Ignacio Cardoze




«Desde su origen, desde 1959, quizás desde la Sierra Maestra, mas que una traición a la revolución, la revolución (de Fidel Castro) ha sido una gran estafa.»

Jorge Masetti en “El furor y el delirio”


Es fácil seguir el paso de Fidel Castro, deja un rastro de sangre. Los subversivos que han ido a Cuba por casi cincuenta años a recibir entrenamiento, no ha sido para recibir entrenamiento en agricultura, industria o como hacer avanzar y progresar a los pueblos. Ha sido un entrenamiento para matar, asesinar, extorsionar, indoctrinar, chantajear, aterrorizar a los pueblos. Para destruir la agricultura y la industria. Es lo que hicieron en Nicaragua Daniel y Humberto Ortega, y toda la nomenclatura, vanguardia, amaestrada en Cuba.Un “líder” mundial izquierdista dijo que Fidel había cumplido su misión… (¿?)… si la misión era llevar zozobra, terrorismo e intranquilidad a América latina y pobreza y miseria a Cuba…si entre las “misiones” de Fidel Castro, se puede contar el precario gobierno de Allende en Chile bajo el tutelaje de Fidel, que le financió su candidatura con varios millones de dólares de su cuenta Suiza, y cuando ganó la presidencia le controló hasta la secretaria, que fue la misma hija de Allende y que Castro hizo que se casara con un miembro de la seguridad del Estado cubano para mejor vigilancia, y que la custodia personal de Allende, los GAP, (Grupo de Amigos del Presidente) fueron cubanos al mando de Tony y Patricio de la Guardia, que llegaron a poner cubanos de la seguridad del Estado castrista en un gobierno paralelo en todos los ministerios del gobierno chileno interviniendo en todo, (como hicieron en Nicaragua) y que al poco tiempo de haber sido presidente Allende, y por la visita de Fidel por casi un mes recorriendo la geografía chilena, soliviantando los ánimos para radicalizar la situación, metiendo armas de contrabando en Chile para armar a los grupos comunistas extremistas como el MIR, desestabilizando la presidencia de Allende, hubo hambre y racionamiento… si la “misión” es como la que cumplió en Nicaragua por medio de sus “peones” de la cúpula sandinista que manejó como títeres para que destruyeran el país… si la misión es como la que deja en la rica petrolera Venezuela, de hambre, escasez, racionamiento, angustia, incertidumbre y miseria… mas toda la confusión y convulsión política sembrada en América latina, pues tiene razón quien dijo que el apocalíptico Fidel cumplió su misión.Según Carlos Franqui, ex director del periódico Revolución y ex director de Radio Rebelde en la Sierra Maestra, Fidel Castro aconsejaba, y presionaba, a Salvador Allende, para armar al pueblo chileno, crear un estado policíaco, eliminar a jefes militares, suprimir la oposición y proclamar una dictadura revolucionaria. El presidente Allende, terminó suicidándose con un fusil AK-47, regalo de Fidel, así también una hermana suya, Laura, exilada en la Habana, que se tiró por una ventana del Hotel Riviera, y la hija de Allende, Beatriz Allende, que se pegó un tiro en la cabeza estando también exilada en la Habana, y el expresidente testaferro de Fidel Castro, Osvaldo Dorticós Torrado, de quién Carlos Franqui dice que era el “loquero” mayor del comandante Castro, que se suicidó el 23 de Junio de 1983, y Haydee Santamaría Cuadrado, presidente de la Casa de las Américas, asaltante histórica del cuartel Moncada el 26 de Julio, que se quitó la vida en el mismo día del aniversario el 26 de Julio de 1980, y la hermana de Vilma Espín, esposa de Raúl Castro, Nilsa Espín y su esposo Rafael Rivero, capitán del ejercito revolucionario, que decidieron quitarse la vida y el gobierno mantuvo el hecho en el mayor secreto de Estado, y el frustrado intento de suicidio del ministro de Trabajo y Seguridad Social, Augusto Martínez Sánchez, quien sobrevivió a un disparo en el pecho, el 8 de diciembre de 1964. Eso sin contar que el primer presidente de la revolución en Cuba, anterior a Dorticós, nombrado en enero de 1959, el probo magistrado Manuel Urrutia, que como magistrado le ayudó a Fidel cuando el juicio por el asalto al Moncada, negándose a firmar la sentencia que condenaba a Fidel, a los seis meses de nombrado, una mañana el presidente Urrutia se vio rodeado en el Palacio Presidencial por las turbas de los CDR, enviados contra suya por Fidel, que le gritaban ¡traidor… paredón! y tuvo que salir corriendo por la puerta trasera antes que lo mataran para asilarse en los Estados Unidos. Se ve que ha sido difícil aguantarle la “misión” a Fidel Castro aún para su entorno.

El iluminado endemoniado Fidel Castro, deteriorado físicamente, pero igual de maquiavélico, manipulador y mentiroso, como siempre, que según ha contado él mismo, de pequeño le gustaba atormentar a maestras y tutores en la escuela, y a quién en el colegio le apodaron “El Loco”, por perturbado, agresivo, pendenciero, conflictivo, egocéntrico, megalómano e inestable, quien fue expulsado del primer colegio de los hermanos maristas por agredir un profesor, que cuando sus padres decidieron no enviarlo mas al colegio, los amenazó con darle fuego a la casa paterna si no lo enviaban, que fue gangster en las pandillas universitarias de la época, que le amargó sus últimos años la vida a su propia madre, a quien mantuvo casi secuestrada y vigilada, que hizo que una de sus hermanas se exilara, que abandonó sin medios de subsistencia a su esposa y su pequeño hijo, que atormentó hasta enfermar a su hermano mayor Pedro Emilio, a quién mantuvo secuestrado y logró que se enfermara de la mente, que hizo que su propia hija Alina lo despreciara y se exilara en Estados Unidos de América, después, de pasar por un calvario sufriendo como hija el carácter inestable del comandante, y tratamientos psiquiátricos, ahora, El iluminado Fidel, anciano y al borde de la muerte con la mayor desvergüenza y el mayor cinismo le ha dado por escribir reflexiones, especialmente sobre ética política.

Castro, que organizó su revolución totalitaria y su gobierno tiránico en función de su jefatura exclusiva, con reluctancia, dejó sus cargos oficiales en el gobierno, según dijo, para dar oportunidad a otros, pero después de casi medio siglo. Se ha retirado de la administración del desgobierno, contra su voluntad, porque físicamente ya no puede, el desgaste físico le llegó al extremo. Está enfermo, decrépito y al final de su vida. ¡Por fin! Pero reservándose la dirección del Partido Comunista de Cuba (PCC), el control político. Sigue ejerciendo el poder, haciendo daño y diseminando malestar como la cizaña, zozobra y angustia, como peste negra, en Cuba y en América latina, por medio de su testaferro Chávez y sus títeres; Evo, Rafael, Daniel, Tiro Fijo, arcángeles del anti Cristo, jinetes apocalípticos. Ha tiranizado Cuba como señor de horca y cuchillo, dueño de vidas y haciendas, por cinco décadas. Ha empapado de sangre, América latina y África, exportando terror, crímenes y conspiraciones. Impuso como sucesor a su hermano y su paleolítica pandilla facinerosa como si fueran dueños de la isla con derecho hereditario. Fidel Castro en 1959 dijo que Cuba era el primer territorio libre de América, chiste sangriento, Cuba es el único país de América donde sus habitantes han vivido prisioneros en un inmenso campo de concentración bajo su tiranía. Ahora, después de cinco décadas de avasallamiento totalitario y absoluto, Cuba y los cubanos están mil veces peor que antes de 1959. Comen mil veces peor que antes de 1959.

Han sobrevivido a base de tarjeta de racionamiento, y de lo que les envían familiares y amigos exilados, mientras la nomenclatura tiene supermercados especiales; pan, turrones, jamón, champagne, viviendas lujosas, viajes de vacaciones, hospitales y escuelas especiales para la elite. Solo Fidel, tiene como cincuenta casas diseminadas por toda la isla de Cuba, para su uso exclusivo, con servicio permanente las veinticuatro horas del día. La cúpula sandinista en Nicaragua entre 1979 y 1989, copió el sistema de privilegios para la nomenclatura cubana comunista. La nueva oligarquía, la nueva corrupción. Sectarismo fidelocomunista. Centralización total del país, de la economía, de la vida diaria, de la prensa, cultura, sindicatos, educación, escuelas. Nacionalización de la tierra y la agricultura, intervención, confiscación y destrucción de la industria y comercio. Militarismo policíaco. Espionaje, cárcel, prisión, fusilamiento. Control religioso. Caudillismo totalitario. Caprichos y más caprichos. Toda crítica ha sido oposición y toda oposición considerada contrarrevolución. Una de las mas grandes mentiras (entre miles de mentiras que ha dicho) fue la que dijo antes del triunfo de la revolución en 1959: «Ni dictadura de derecha, ni dictadura de izquierda, una revolución humanista. Elecciones libres y constitucionalidad.»Ya en el poder dijo su famoso !Elecciones para qué! Los sandinistas en 1979 dijeron las mismas mentiras y traicionaron al pueblo nicaragüense una vez en el poder.Pero, con la formalidad del titulo de jefe de Estado, presidente, o sin ella, el opresor Fidel, sigue siendo Fidel, el “capo dei tutti capi”, el gangster universitario reencarnado que oprimirá y exprimirá hasta el último aliento a los pobres cubanos, y permanecerá mientras viva como amenazante tormento de los no cubanos.El jefe nominal es su hermanito Raúl, otro criminal delincuente, complemento y extensión de Fidel, quien sale de las tinieblas de segundón para seguir siendo segundón bajo la sombra de Fidel. Raúl, con fama de canallesco asesino, de pasiones caprichosas y afeminadas, desde antes del triunfo de la revolución, dejó un rastro de sangre y un reguero de muertos en su camino hacia La Habana, se dio gusto fusilando a deleite y antojo, abriendo fosas con buldózeres y poniendo sus victimas en fila al borde, para ordenar dispararles con ametralladora calibre treinta o cincuenta y que fueran cayendo como piezas de dominó. Igual asesinato de prisioneros indefensos hicieron los sandinistas en La Pólvora, Granada, en 1979 y en otros lugares de Nicaragua sembrando de fosas comunes el panorama nacional. Durante el juicio que le montaron para deshacerse de él, porque le tuvieron miedo, por sus ideas independientes y opositor a la infiltración comunista que promovía Fidel y Raúl Castro, al comandante y héroe de la revolución Huber Matos, el comandante Matos, que fue condenado a veinte años de prisión, que cumplió, le respondió a las acusaciones de Raúl durante el juicio: «mentiroso, falsificador y tramposo», dejando a Raúl petrificado la valentía de Matos. Raúl Castro, desde muy joven, comunista declarado, fue junto con el Che Guevara, quién al triunfo de la revolución cubana, secundó a Fidel en el perverso propósito de hacer de Cuba un país comunista, y fue factor decisivo en la eliminación física, encarcelamiento o exilio, de quienes, revolucionarios o no, se opusieron a la imposición del comunismo soviético. Raúl Castro, disciplinado y vehemente comunista, (la china roja le han dicho en sus espaldas) ha sido para el pueblo cubano; antipático, impopular, con fama de violento, acomplejado y represivo. Raúl en una ocasión declaró: «Si a Fidel le pasa algo, el (río) Almendares se llamará el río rojo, porque correrá sangre, no agua».El pueblo cubano sabe que no puede esperar nada bueno del reemplazo, a cual más infame y malvado, Fidel o Raúl, Raúl o Fidel, es lo mismo, Fidelismo y comunismo, ambos han sido malhechores que mantienen esclavizado, hambreado, miserable, humillado, encadenado y cautivo al pueblo cubano en una monumental prisión, llamada Cuba, sin libertad de movilizarse, sin libertad de prensa, sin libertad de opinión, sin derechos civiles ni de ninguna clase, sin esperanzas.

Cuba es una ciudad sitiada por sus mismos dirigentes. La historia de estos dos personajes, Fidel y Raúl Castro, se resume en un charco de sangre. Como burla sangrienta, en pleno siglo XXI, se anuncia como gran cosa que los cubanos ahora pueden entrar a los hoteles, antes prohibido para ellos y reservados para turistas y jefes comunistas, pero no se dice que el promedio salarial es de veinte dólares mensuales o menos para la mayoría de la población con excepción de la nomenclatura gobernante, que vive entre lujos orientales, y que el pueblo necesitaría un año de salario, o que sus familiares les envíen los dólares desde Miami, para ir a disfrutar a un hotel o comprar un teléfono celular.Es irónico, que ahora, entre los cambios de Raúl, se autorice, al pueblo cubano sin poder adquisitivo, la compra de productos que el ciudadano de cualquier otro país de América puede adquirir en cualquier mercado popular. O que los campesinos podrán sembrar la tierra que se les dará en arriendo y podrán disponer de la producción ¡Gran logro comunista después de casi cincuenta años de revolución castrista! Pero, que en Cuba no se puede esperar nada bueno, mientras el orden castrista se mantenga, no debe extrañar a nadie, y lo que debe ser causa de carcajada, son las alabanzas y lisonjas que algunos “izquierdistas” han dicho de Fidel Castro y su forzada renuncia después de mas de 49 años como déspota. Fidel Castro, al mejor estilo fascista o estalinista persiguió y reprimió a los intelectuales, como Reynaldo Arenas, José Lezama Lima, o Heberto Padilla, a quien encarceló y humilló públicamente. Fidel Castro como parte de la represión prohibió los derechos de autor. Los escritores cubanos perdieron los derechos de sus obras a favor del Estado. Fidel Castro le dijo a los intelectuales: “Dentro de la revolución, todo, fuera de ella, nada.” Y así se quedaron. Tuvieron que huir los que pudieron.Todo esto, mientras intelectuales, como Sergio Ramírez Mercado, ahora Gurú de la democracia transparente, rendían pleitesía a Fidel Castro y lo aplaudían servilmente. Cuando el gobierno sandinista el “intelectual” Ramírez Mercado, del cual fue vicepresidente, cerraba sus arengas comunistas contra el imperialismo gritando ¡Patria o muerte. Venceremos! Así quedaron coleccionadas, como testimonio imperecedero, sus arengas en El Alba de Oro, de la época cuando afirmaba que con la subida del sandinismo (FSLN) al poder, la burguesía nicaragüense asistía a su naufragio. Ramírez Mercado nunca demostró solidaridad contra los atropellos e injusticias sufridas por los intelectuales cubanos. Ahora que ya no está en la jugada de Daniel Ortega, nos da consejos a los nicaragüenses sobre el buen comportamiento democrático.En solo un día se asilaron en la embajada del Perú en la Habana, más de diez mil personas desesperadas de la vida que Fidel Castro había impuesto en Cuba, y ante el descontento, Castro, zorro astuto, prefirió abrir una válvula de escape y autorizó la salida por el Mariel por donde se fueron más de cien mil cubanos huyendo de su patria mientras eran insultados por la televisión por Fidel Castro, teniendo al lado, aplaudiéndolo, al premio Nóbel de literatura, incondicional de Castro, Gabriel García Márquez. Hay intelectuales aberrantes.Personaje sin escrúpulos, en una ocasión Fidel Castro, principal promotor de la teología de la liberación y paradigma del “cura” Ernesto Cardenal, ordenó el asalto a la nunciatura apostólica en la Habana por fuerzas especiales fuertemente armadas al mando de los tristemente celebres gemelos Tony y Patricio de la Guardia, que la asaltaron con violencia, usando gases, y golpeando a sacerdotes que estaban dentro, para sacar a cuatro personas que se habían refugiado en la representación diplomática del Vaticano.Esto ocurrió en los ochenta, mientras un grupo de curas como Fernando y Ernesto Cardenal, eran incondicionales ministros sandinistas y el cura Ariel Molina cooperaba en la consolidación del comunismo y la teología de la liberación en Nicaragua. A ninguno se le ocurrió protestar contra el atropello a la nunciatura en La Habana.En el libro: “Vida, aventuras y desastres de un hombre llamado Castro”, Carlos Franqui que fue director de Radio Rebelde en la Sierra Maestra y director del periódico Revolución, describe como Fidel ha reinado por medio del terror y el miedo.Según Franqui el miedo que ha metido Fidel en la Isla es un miedo-terror-pánico espectacular, colectivo, que golpea en todas partes que aniquilan el pensamiento y la voluntad individual. Liquida la resistencia popular. Terror masivo, que ha producido un millón de victimas entre desaparecidos, fugados, castigados, fusilados, sometidos a prisión, a trabajos forzados en los gulags cubanos tropicales, mas otro millón de exilados, los castigados, los sometidos al castigo del servicio militar obligatorio de los cuales envió mas de trescientos mil combatientes al África, en Angola y otras partes, a una guerra que no era de ellos, no era de Cuba y que los del servicio militar obligatorio nunca entendieron, donde murieron decenas de miles y pasaron hambre y abandono otros tantos. La mayoría de los combatientes que regresaron a Cuba de África, lo hicieron contagiados de SIDA.Fidel Castro ha producido todo tipo de ley represiva que controla hasta lo más mínimo de la vida diaria del ciudadano cubano. Nada se le escapa al terror castrista. ¿Cómo va a ser gran hombre este paranoico asesino y carcelero de su propio pueblo? Según Franqui, hubo una gran masacre el 30 de Agosto de 1962. Durante cuatro noches el gobierno cubano fusiló solo en la prisión de la Cabaña a decenas de miembros de sus fuerzas armadas con el procedimiento de cuatro fusilados a la vez con cuatro pelotones de fusilamiento y una sola voz de mando. Las descargas se escuchaban con una intensidad desusada.Cuando la invasión de Bahía de Cochinos, Fidel Castro desató a nivel nacional la persecución de todo sospechoso, por medio de la seguridad del Estado, del Ministerio del Interior y los CDR. Metieron a la cárcel a más de cien mil personas. Como no había suficientes cárceles, los hacinaron donde pudieron, como animales, en potreros con cercas de alambre, en campos deportivos, solamente en el Estadio de deportivo de la Habana mantuvo por algún tiempo aglomerados a mas de seis mil prisioneros, hombres, mujeres, ancianos. Inocentes que no sabían que estaba pasando. Mujeres embarazadas, enfermos. Nadie fue perdonado.Pero como Fidel Castro es comunista, dicen algunos “izquierdistas” que es un gran personaje y no le echan en cara sus crímenes inauditos en la historia de Cuba y América latina. Europa tuvo a Atila, Caligula, Nerón, Torquemada, Hitler y a Stalin, América latina para no quedarse atrás, tiene su Fidel Castro, el Calígula tropical.Fidel cumplió su propósito ruin a cabalidad, su “misión”, y Raúl seguirá en su senda, pero sin la refinada astucia de Fidel, que en eso no tiene parangón, buscando como salvarse del naufragio impostergable, hasta que ese régimen canalla termine de derrumbarse.Cuando se anunció el retiro de Fidel, el anodino canciller nicaragüense Samuel Santos, en una hilarante, cínica, incoherente y atropellada declaración a la televisión balbuceaba casi con lagrimas en los ojos que el déspota Fidel Castro era un gigante, que era lo más grande que ha producido la humanidad, (¿?) y que solo pensar que se retiraba le ponía (al canciller) la carne “china”. ¡Que abyecto!Los grandes hombres de la historia, han sido grandes, por su legado civilizador. Fidel Castro no puede ser grande, porque solo deja destrucción, dolor, caos y miseria por donde ha pasado.No existe canallada que Fidel Castro no haya puesto en practica, ni crimen que no haya cometido o hecho cometer a otros para implicarlos. Incluyendo el narcotráfico. Su insustancial sirviente Daniel Ortega, ha sido apenas un mediocre y mandado seguidor.Cuenta Luis Conte Agüero, que fue íntimo y confidente de Castro, y amigo de su familia, en su libro “Fidel Castro; psiquiatría y política”, que la hermana de Fidel, Emma le contó que siendo niños, Fidel estaba en la finca donde vivían disparándole con un rifle a las gallinas y ella le dijo que iba a decirle a su mamá. Fidel la llamó, le dio el rifle a Emma y le pidió disparar. Ella lo hizo. Fidel le quitó el rifle y le dijo: ya no podrás decirle nada a mamá, tu también mataste una gallina.Fidel Castro, desde Cuba ha creado una telaraña de conspiraciones criminales, terroristas y subversivas en América latina, que maneja como “capo dei tutti capi”. Toda la subversión criminal en América latina en los últimos 49 años, ha estado fomentada, estimulada, encubierta, protegida, entrenada, tecnificada, por Fidel Castro, quién entre otras ruindades, ha sido el medio para lavar el producto de los secuestros, extorsiones, narcotráfico y asaltos cometidos en Latinoamérica por los subversivos y asociados.La revolución cubana resultó una estafa, desde sus inicios, como todo gobierno comunista.Fidel Castro, conspirador habitual, ha hecho durante toda su escabrosa carrera uso extensivo del crimen en todo sentido. En la universidad fue líder de bandas estudiantiles gansteriles tiratiros que se balaceaban en las calles de la Habana. Se le atribuye desde entonces el asesinato de líderes estudiantiles rivales.Empezó en su revolución eliminando a los líderes de su mismo movimiento político, el 26 de Julio, hasta hacerlo desaparecer, a medida que le daba hegemonía a los comunistas, a como fue eliminando a otros de movimientos políticos aliados, o del mismo ejercito rebelde, no comunistas, o que en el futuro le podían hacer sombra a su ambición de control absoluto de poder.Así despareció al popular Camilo Cienfuegos, encarceló a Huber Matos, fusiló a su compañero y amigo Humberto Sorí Marín, por quien su madre intercedió ante Fidel, que muchas veces fue huésped de su casa, y Fidel le prometió que no lo fusilaría, y lo mandó fusilar esa misma noche.Metió a la cárcel al comandante Eloy Gutiérrez Menoyo. Otros tuvieron que salir huyendo al exilio. Sacó de Cuba al otro criminal, el Che Guevara, primero enviándolo inútilmente al África a una guerra derrotada y después a Bolivia donde el fracaso y la muerte eran seguros, para que una vez muerto Guevara, convertirlo en personaje mitológico en beneficio de su causa. Ha sido tan malvado que hasta los primeros focos contrarrevolucionarios en Cuba a partir de 1959, los organizó él mismo, inventando conspiraciones como pretexto para mantener la represión de forma permanente.Uno de sus primeras victimas; Frank País, el segundo jefe del movimiento 26 de julio cuando la revolución empezaba, fue ametrallado por la policía batistiana en el callejón del Muro en Santiago de Cuba, pero se ha dicho que quien chivateó donde estaba País para que lo mataran, fue el mismo Fidel.Como el cuento sobre Carlos Fonseca Amador, de quien un jefe sandinista, se dice con insistencia, le reveló a la GN de Somoza su posición mientras en la montaña los mismos sandinistas se le escabullían para que Fonseca deambulara perdido y abandonado sin poder encontrarlas, según ha relatado, entre otros, Edén Pastora, en el libro; “Comandante Cero”.Las victimas de Fidel Castro han incluido a sus mismos sicarios por ser testigos que sabían demasiado. Como Tony de la Guardia, fusilado junto con el general Ochoa, otro de sus esbirros, (chivos expiatorios) y se dice que también el mismo Manuel Piñeiro (a) Barbarroja, uno de los jefes sicarios principales, muerto misteriosamente en una calle de la Habana cuando supuestamente viajaba en su carro, solitario contra su costumbre, a media noche.Barbarroja fue desde los inicios el factor principal del terror, asesinatos, secuestros, cobro de rescates, narcotráfico, lavado de dinero, etc., en América latina. Igual suerte corrió su jefe de guardaespaldas y ministro del interior que le era fiel como un perro, José Abrantes. Sabían demasiado.El plan de Nicaragua fue una copia al carbón de la estrategia usada por Castro en Cuba, y su táctica de poner contra el gobierno toda la nación; la empresa privada, el gran capital, la iglesia, la clase media, el pueblo, y como manipulando los medios de información, ponerle en contra la opinión publica internacional, y la denuncia de la corrupción del mismo gobierno.No dudamos, que, de acuerdo la experiencia de Fidel Castro en el Bogotazo, en Colombia, de cómo el martirio de un personaje público, como ocurrió con Jorge Eliécer Gaitán, que incendió Colombia, e hizo tambalear al gobierno establecido, casi seguro Fidel Castro, perverso y maquiavélico personaje, tuvo que ver con el asesinato de Pedro Joaquín Chamorro, como parte de su estrategia.Fidel Castro ha tenido un departamento de asesinatos políticos para el extranjero en el ministerio del Interior, que en su origen estuvo a cargo del tristemente celebre Tony de la Guardia, a quien después mandó fusilar como chivo expiatorio por el negocio del narcotráfico cubano. Cuando Tony de la Guardia tuvo a su cargo este departamento de asesinatos políticos en el extranjero, a sus miembros les llamaba orgullosamente “los killers”.Cuando Tomas Borge fue ministro del interior, con un tenebroso sistema de seguridad del Estado organizado por los asesores cubanos, tuvo también un departamento de asesinatos políticos a cargo suyo y del vice ministro Luis Carrión directamente.Cuenta José Pardo Llada, el famoso periodista cubano que fue mentor político de Fidel, en su libro sobre el Che y Fidel, después disidente del castrismo, que cuando la muerte por suicidio del político cubano Eddy Chivas, 1951, que movía las masas populares en Cuba desde la cabina de una radio, cuando lo estaban velando en la Universidad de La Habana, Fidel se le acercó a Pardo Llada, que estuvo a cargo del sepelio como dirigente del Partido Ortodoxo, y le dijo que para el entierro; «Llevaran al “muerto” en vez de al cementerio, al palacio presidencial, que ante los miles de gentes asistentes al entierro, el gobierno del presidente Prío Socarras se caería con solo ver venir la manifestación fúnebre exaltada y que Pardo Llada seria el presidente y Fidel, Jefe del ejercito». Cuenta Pardo Llada, que ante tan audaz propuesta, se opuso por considerarla otra locura de Fidel.Fidel Castro hizo esta propuesta, de usar al “muerto” (como lo dijo despectivamente del cadáver de Eddy Chivas) para derrocar el gobierno, por la experiencia del Bogotazo en 1948, en el que participó activamente y descubrió lo que un mártir lamentado por las masas populares, podía hacer contra un gobierno establecido.En Cuba no habrá cambio, mientras no desaparezca el nefasto sistema fidelista, mientras no haya total libertad de prensa, opinión y expresión, elecciones absolutamente democráticas, y una nueva constitución como la de 1940 cuyos principios democráticos siguen vigentes, que implante un verdadero Estado de derecho, mientras tanto, lo que hay con las reformas de Raúl Castro, inspiradas por Fidel, no son mas que toques cosméticos para las apariencias.De todas formas, la pesadilla de cincuenta años y lo que falte, de brutal despotismo, quedará en el pueblo cubano por generaciones futuras como una pesadilla o la resaca que produce el narcótico que el fidelismo traficó para financiar sus lujos, el terror y la mentira.Hay en el libro del subversivo disidente argentino Jorge Masetti hijo, una frase lapidaria sobre Fidel Castro.«El gran comandante guerrillero de América y primero en todo, hoy no es ni siquiera una caricatura de si mismo; es simple y llanamente: el Primer Jinetero de Cuba.»(PS. En Cuba les dicen jineteras a las prostitutas.)

28/4/2008. HTML

El asesinato de Camilo Cienfuegos







El asesinato de Camilo Cienfuegos por órdenes de Fidel Castro es el tema central de un libro sobre el carismático comandante de la Sierra Maestra, que acaba de presentar en la Feria del Libro de Miami, uno de los principales protagonistas de aquellas etapas de la historia de Cuba. Me refiero al escritor Carlos Franqui. El crimen contra Camilo Cienfuegos, como demuestra la reconstrucción histórica que lleva a cabo Franqui en esta obra, se debió a los recelos de Fidel Castro contra un verdadero jefe rebelde, que no se sometía docilmente a las fechorías con las que Castro siempre ha tratado de imponer su dominación. El tema del extraordinario arraigo popular de Camilo Cienfuegos, la simpatía personal que despertaba y su facilidad de comunicación con la mayoría del pueblo cubano, resultaron ser factores intolerables para la frenética egolatría y la soberbía del supremo comandante. Si a estos elementos se le agrega la oposición al comunismo, que Camilo Cienfuegos trasmitía a las tropas del ejercito rebelde que dirigía entonces, según el libro en cuestión de Carlos Franqui, tenemos los orígenes esenciales de la conspiración para asesinarlo, urdida por Fidel Castro y ejecutada por su hermano Raúl, a través de Osvaldo Sánchez, quien era el jefe del G-2 de esos tiempos. Como en todo momento ha denunciado nuestro movimiento cubano pro derechos humanos, las violaciones de estas garantías primarias para el ejercicio de la facultad de vivir y ser libre , en Cuba no constituyen una serie de abusos y atrocidades aisladas, sino, por el contrario, bajo Fidel Castro los atentados contra el derecho a la vida y otros fueros inalienables, son parte intrínseca del modus operandi castrista para llegar y perpetuarse en los poderes omnímodos de la nación cubana. Ahora este Libro de Carlos Franqui sobre Camilo Cienfuegos, como también hace poco demostró la obra “Cómo empezó la noche”, de Húbert Matos, quien conjuntamente fuera unos de los principales líderes del ejercito rebelde que llevó al poder a Castro, aportan con evidencias claras la verdad de que, desde siempre, Fidel Castro no solo ha eliminado a sus oponentes políticos, sino también a todos aquellos de entre sus compañeros de lucha, que sospechara le hacían competencia. Nada mas elocuente para completar este cuadro de terrorismo castrista, que la manera en que, a su vez, Osvaldo Sánchez, el asesino de Camilo Cienfuegos, fue exterminado aparentando un accidente aereo, como había pasado con el primero. Pero, además, las historias de horror de Fidel Castro contra su equipo de gobierno no se detienen en estos hechos de sangre. Anibal Escalante, José Abrantes, Manuel Piñeiro Losada, Osvaldo Dorticós, Alberto Mora, Humberto Sorí Marín, Haydeé Santamaría, Arnaldo Ochoa, Antonio de la Guardía y cientos de otros jefes y allegados a Castro, también fueron muertos a manos de la maquinaría de culto a la personalidad y de exterminio castrista. Comentario para la revista Siglo XXI, 20 de noviembre de 2001

martes, 29 de marzo de 2011

Sartre no entendió nada. Crónica por Luis Cino


Esta aguda crónica de Luis Cino nos presenta a Sartre, uno de los mayores intelectuales del siglo XX, como prisionero de la Ideología que es sinónimo de la voluntad de ignorar. Es la prueba evidente que no hay que pasar de los libros a la fabulación sino como Orwell tener en cuenta qué piensan el tendero y el panadero. Este hombre que negó pero al mismo tiempo defendió al Gulag- además las sangrientas intervenciónes soviéticas en Hungría en 1956 y en Checoslovaquia en 1968 y a las dictaduras comunistas de Asia y Africa- afirmando ante Camus que no había que hacerle el juego al imperialismo tampoco escuchó a Carlos Franqui, uno de los héroes de la revolución cubana que lo invitó a Cuba como un personaje decisivo para una transformación cultural pluralista, luchando cada vez en soledad ante la creciente estanilización del régimen. No escuchó, al igual que Romain Rolland que miró para otra parte cuando la mujer de Maldestam fue a pedirle que intercediera por su esposo, al que Stalin envió al Gulag por haberlo ridiculizado en un poema. Al respecto, escuché decir que eso probaba la importancia que Stalin le daba a la poesía...


Del mismo modo se razona en nuestra cultura cuando se dice que Orlando Zapata es el culpable de haberse dejado morir de hambre. El hecho tuvo siempre la misma respuesta de la canalla intelectual argentina que por década acumula manifiestos en favor de Cuba, a la que confunden con el " pueblo " a medida de sus lucubraciones, omitiendo que no puede votar, y está sometido al terror que impone la Seguridad del Estado. Tampoco se escucha ahora al valeroso Oswaldo Payá.


Se diría que no tienen orejas y la pérdida- por embotamiento, manía, cobardía, lo que fuera- de uno de los mayores dones que le fuera concedido al hombre lo ganaron en la facultad de simular que se han vuelto animales depredadores que se presentan como humanitarias presas. Luis Thonis.





LA HABANA, febrero (http://www.cubanet.org/) – Todo fue fácil de comprender para Jean Paul Sartre en su primera visita de 1949. Cuando regresó 11 años después, a comienzos de 1960, la capital cubana lo confundió. “Esta vez no he entendido nada”, confesó en el primer capítulo de su libro Sartre en Cuba. Su incomprensión total de los asuntos cubanos no impidió que se dedicara a opinar con entusiasmo y desenfado sobre la revolución de Fidel Castro. Tales opiniones, viniendo del más importante filósofo de su época, contribuyeron a cimentar el mito de la revolución cubana entre la intelectualidad europea. Sartre y su esposa, la escritora Simone de Beauvoir, se hallaban en el ensayo de una obra teatral en París cuando los invitó a La Habana el director del periódico Revolución, Carlos Franqui. Franqui no había consultado la invitación con Fidel Castro, pero al Comandante le encantó la idea. Sartre y Beauvoir asistieron a los carnavales habaneros, al estreno de “La ramera respetuosa” y a encuentros con intelectuales cubanos que recibieron aprensivos y atónitos su defensa de la Unión Soviética y el realismo socialista. El escritor y filósofo francés, gesticulante y tocado con un típico sombrero de guano, se deslumbró con el desaliño y la inexperiencia política de Fidel Castro y Che Guevara. Se dejó seducir por una revolución que balbuceaba aprendiendo a discursar, desafiaba a los Estados Unidos, alzaba fusiles y lanzaba consignas que hablaban de muerte. Sartre, creyéndose en el ágora ateniense, escuchó arrobado a Fidel Castro gritar en la Plaza y a la multitud que respondía también a gritos. Cuenta Carlos Franqui que en una conversación en el periódico Revolución, discutió con Sartre sobre la democracia directa. Le explicó que “era un estado de ánimo pasajero que dependía totalmente de Fidel Castro, que no tenía ninguna forma orgánica ni estructural, que era puro teatro revolucionario y no funcionaba en la práctica cotidiana”. De nada valió la franqueza de Franqui. Sartre sólo oía los gritos de la Plaza y repetía la letanía elogiosa de la democracia directa. En enero de 1968 regresó a Cuba para asistir, “como parte de la vanguardia cultural de la revolución mundial”, al Congreso Cultural de La Habana. Se mantuvo en sus 13 hasta que los ecos estalinistas del Caso Padilla, en 1971, lo hicieron firmar a regañadientes una carta de protesta con algunos de los principales intelectuales del mundo. Por entonces ya había retirado su amistad a Carlos Franqui. Sartre no entendió nada de Cuba. En 1960 lamentaba que su visión de la isla adoleciera de la pérdida de la visión lateral. La retinosis pigmentaria se la diagnosticó no un oculista, sino la lectura de un discurso de julio de 1959 del ministro Oscar Pino Santos. Pino Santos afirmó: “Cuba es una de las naciones más afectadas por esa tragedia internacional, el subdesarrollo”. Sartre se tragó gustoso el cuento del tercermundismo cubano, como si La Habana fuera Nairobi. El intento de Sartre de ver Cuba desde la esquina del ojo sólo complicó las cosas. Miró a través de la ventana de su habitación refrigerada en el Hotel Nacional y sólo vio carros americanos y rascacielos. Sartre interpretó, con más o menos acierto, que los rascacielos del Vedado nacieron de los malos hábitos de un país subdesarrollado. “En Cuba, la locura de los rascacielos tuvo un solo significado: reveló “la terca negativa de la burguesía acaparadora a industrializar el país”.

Jean Paul Sartre fue mucho más certero en sus vaticinios sobre la suerte de los carros americanos en Cuba. Profetizó que tendrían que durar largo tiempo funcionando. Sartre adivinó, solo que sospecho no imaginó que “el largo tiempo” sería medio siglo. 14 de febrero de 2008.

Rodolfo Seguel. Sobre las damas de blanco en Cuba





La recepción de cada libro, texto, voz está siempre condicionada por la cultura de cada país. En la Argentina una voz como la de Seguel suena a inaudible o inverosímil. Resulta difícil inventarle un prontuario negando su trayectoria y lucha contra Pinochet. No es contradictorio que haga una lectura puntual de la situación de los trabajadores en Cuba que barre décadas de charlatanerías y obsecuencias ante un dictadura que califica de asesina y criminal.





No siempre fue así. En los primeros tiempos de la revolución en los desfiles Fidel Castro prometía "constitucionalismo", "pan con libertad", "pan sin terror", "ni dictaduras de derecha o de izquierdas", "ni capitalismo ni socialismo, humanismo revolucionario" y hasta elecciones. Eran palabras juramentadas por los revolucionarios de Sierra Maestra: el comunismo no estaba en el programa. Tenía una historia antipopular. Ninguno de los que llegaron de Sierra Maestra se proponía volverse enemigo y delator de sus propios compañeros. Es ridículo decir que el "pan sin terror" no pudo realizarse por el embargo comercial, es decir, la interdicción por parte de Estados Unidos luego de las expropiaciones de prohibir que sus ciudadanos inviertan en Cuba: una de las banderas la revolución fue terminar con ellas, acusadas de neocolonialismo. Además, hace tiempo que los productos entran a través de Canadá.





Al referirse a unas de las primeras crisis de racionamiento- de café, arroz, azúcar, carne, frijoles, leche, viandas, etc- Carlos Franqui recordaba que el Che advertía: "no se puede acusar al imperialismo de la baja de la producción nacional. Al imperialismo lo suyo. A nosotros el resto".





Franqui argumenta: "Fidel había entregado el poder a los comunistas, que según él eran los únicos que sabían de socialismo: Escalante y los otros. Estos eran los resultados. Intervinieron todo. Moscovizaron todo. Tabla rasa. Le echaban discursos a la máquina; si no funcionaba por falta de combustible o racionamiento, la acusaban de contrarevolucionaria. Y si algún técnico decía que la Internacional no sirve para los motores, fuera. Un enemigo. El fracaso productivo se explicaba como sabotaje."





Los latifundistas y ganaderos abandonaron los cultivos, las tierras fueron expropiadas y nacionalizadas. Escalante nombró interventores que eran gente de ciudad que desconocía el campo y el descalabro fue general: las redes de distribución fueron aniquiladas, lo que se producía se pudría y no llegaba a los mercados. Todo culminó en un gran latifundio con un solo patrón, Fidel Castro, que destruyó la mejor industria azucarera del mundo pero también signo del monocultivo, el latifundio y la opresión- el Che se la agarró directamente con la caña, la devastó mediante incendios- que Franqui proponía ir sustituyendo de a poco por otras industrias mediante la autogesión.





En 1969, Alfred Hitchcock filmó Topaz, un complejo film de espionaje y de suspenso en el cual el funcionario francés, enviado para informarse de la entrada de misiles soviéticos a la isla, se hace amante de la contrarevolucionaria Juanita cuyos compañeros sacan fotos de los barcos rusos descargando misiles pero son detenidos por la Dirección General de Inteligencia- aunque logran esconder la cámara en la viga de un puente- donde son brutalmente torturados:Hitchcock los presenta desfigurados, con imágenes que evocan la piedad de Miguel Angel. La película describe anticipadamente el futuro de un régimen que una vez que elimina a sus opositores pasa, a través de los parapoliciales denominados Comités de Defensa de la Revolución- modelo que Chávez ha tomado para sus milicias populares- a detener a cualquiera que le resulte sospechoso, armando incluso las escenas con el estilo soviético de las "cuotas", o sea purgas periódicas para aterrorizar e intimidar a la población.





Alfred Hitchcock era un autor de culto para el público de izquierda de entonces. La película en su trama y en su perspectiva es notable y excepcional desde el punto de vista histórico. Pero tuvo escasa repercusión: todo el mundo, incluyendo los norteamericanos, estaba embobado con los barbudos y aunque sobraban evidencias- el marxista Karol por hacer críticas sensatas a la economía fue declarado agente de la Cia- nadie quería saber nada que contradiga el "cine de la revolución"(Savino).





La función continuó por décadas. Sigue. Los espectadores están atornillados a sus butacas. Hace tiempo que no miran. Sólo calculan los réditos que todavía pueden sacar del negocio de los pueblos oprimidos que practicaron por décadas: algún viajecito, una beca, etc. La servidumbre voluntaria y el código de silencio es practicada a rajatabla por nuestro nacionavanguardismo que desde 2003 milita en el no pensamiento, el populismo, la apoteosis de la mercancía espectáculo que hoy gira en sus prácticas hacia el fascismo.





La libertad es más importante que el azúcar decía Martí: un país pobre no tiene por qué convertirse en un Gulag. Acotaba Martí: en política lo más importante es lo que no se ve. Castro nunca dio muestras de tomar siquiera en cuenta aquellas consignas. Concentró en sí todo el poder de decisión. Fue decisiva la rusificación de una revolución que fue olvidando los compromisos de Sierra Maestra para terminar secuestrada por los comunistas que no habían participado en ella, eran aliados de Batista y la condenaban como aventurerismo con Rául Castro a la cabeza. Castro fue humillando a los mejores hombres como Manuel Urrutia, encarcelando a Huber Matos, asesinando a Camilo Cienfuegos- algo que el régimen todavía niega- y rechazando cada propuesta cultural de Carlos Franqui, director del diario Revolución que hizo venir a Sartre y a otros intelectuales y artistas a la Isla.





Franqui se exilió cuando Castro justificó la entrada de los tanques en Checoslovaquia en la primavera de Praga. Castro se convirtió en estanilista en el pensamiento y en el arte, encarcelando a los escritores cubanos que no lograron exilarse y convirtiendo al Estado en una máquina de matar, empujar a algunos a autoinmolarse como Arnaldo Ochoa o a suicidarse como Haydée Santamarina y Osvaldo Dorticós entre otros.





El Buró, lugar de torturas de Batista, cambió de color y fue creciendo hasta convertirse en Seguridad del Estado, donde se concentra el poder sobre la vida y la muerte de los ciudadanos convertidos en sonámbulos de un sistema esclavista. Seguel demuestra que quien estuvo realmente contra una dictadura sangrienta de derecha tanto más no se hará cómplice de la dictadura castrista que las supera en tiempo y víctimas.





Seguel describe a Osvaldo Payá con lágrimas en los ojos cuando ve que el Congreso argentino aplaude a rabiar a Fidel Castro- invitado a la asunción de Kirchner en 2003-, que ha dado suficientes muestras de haberse convertido en un psicópata criminal. Es la misma dirigencia argentina, en su mayor parte delictiva, que aplaudió el default después de fugar los préstamos del FMI a sus cuentas del exterior a lo largo de los noventa y tranfigurándose luego en antimperialista. Esos dos aplausos- a sí mismos por haber llevado el país a la bancarrota, al máximo criminal del continente- muestran una dirigencia que no asume ninguna responsabilidad y a la cultura de un país que insiste en vivir en el mito reforzando núcleos reactivos que lo encaminan hacia una destrucción en la que no pocos quieren participar. No será en mi nombre.





Que se haya dado a Chávez en la Universidad de la Plata un premio a la libertad de expresión muestra un poder que se regodea con su impunidad y apuesta a tratar a los ciudadanos como idiotas. Esta vez la gran ovación a pedido de Chávez se la llevó Kadafi, que tal vez lamentó que sus milicias infantiles no hayan madurado para defender al gran revolucionario libio. Al ella se sumaron el embajador de Irán, Luis D´Elia, amigo de los hitlero islamitas y Estela de Carlotto, que ni se moscó ante el informe que atribuye a Kadafi 300.000 mil desaparecidos. Algo habrán hecho, seguro, por todos lados hay gorilas.





Tampoco podría digerir la versión de Cuba que muestra Seguel. Por críticas mucho menores le dijo a la médica Hilda Molina- patoteada por barrabravas K en la Feria del libro-que se llame a silencio respecto a criticar la sagrada Revolución. La noble lucha por los derechos humanos se vuelve tuerta desde el momento que las víctimas no sirven a la mercancía espectáculo.





A la distancia, Cristina aportó lo suyo a esta Armada Brancaleone: después de tratar de atenuar la acusación de genocidio en la ONU cuando el "compañero"Kadafi- así lo llamó en su encuentro- bombardeaba a su pueblo repudió la intervención de los malvados imperialistas para detenerlo. Por muchas crítica que merezcan, asombra que la indignación brote cuando cae un dictador feroz al que sólo falta que se llore. Luis Thonis.

Entrevista de Gabriel Salvia







El líder sindical chileno Rodolfo Seguel tuvo un gran protagonismo enfrentando a la dictadura de Pinochet. Fue preso político y exiliado. Encabezó en Chile la gran huelga del sindicato del cobre que marcó un punto de inflexión en la dictadura de Pinochet. En Argentina marchó junto a las Madres de Plaza de Mayo y a mediado de los ochenta estuvo en un debate televisivo junto a Lula y Ubaldini. También intercedió por Lech Walesa y le impidieron ingresar a Polonia. Fidel Castro lo propuso en 1983 al Premio Nobel de la Paz pero, a diferencia de otros activistas de derechos humanos, Seguel es un duro crítico de la dictadura cubana. En el retorno a la democracia en Chile fue diputado por la Democracia Cristiana y actualmente asesora al Ministerio de Trabajo de su país. Recientemente estuvo en Cuba, justo en la semana del 1º de mayo, donde mantuvo reuniones con los disidentes.








Gabriel Salvia: ¿Cuál fue su tarea en la lucha por la democracia en Chile?








Rodolfo Seguel : Fui presidente de los Trabajadores del Cobre en Chile y después creé y formé el Movimiento Sindical Chileno completo y fui su presidente y quien inició las protestas nacionales en contra de la dictadura de Pinochet y en varias oportunidades estuve en la Argentina. Recuerdo, nunca me voy a olvidar, una vez que estuve en un debate televisivo junto a Saúl Ubaldini, presidente de la central sindical, y con Lula, actual presidente de Brasil. Estuvimos por el año 85 en un debate de televisión donde los otros países vivían en democracia y yo en un país que implementaba una dictadura. Estuve muchas veces preso en Chile, luego estuve fuera del país por un par de años en Australia, volví a Chile, fui diputado durante seis años y en la actualidad estoy siendo asesor y conferencista. Salgo a hacer conferencias a lo largo del país y a veces fuera de Chile, pero fundamentalmente en Chile soy asesor del Ministerio de Trabajo.








G. S.: ¿Qué sintió al estar un primero de mayo en La Habana bajo un gobierno que precisamente no es muy respetuoso de los derechos labores y la libertad sindical?








R. S.: Estar en La Habana un primero de mayo es algo sorprendente. Nosotros en Chile y me imagino que en la Argentina también y en todos los países democráticos del mundo, están acostumbrados a los desfiles de las Fuerzas Armadas, pero yo vi un desfile militar prácticamente: faltaban las armas nada más. Trabajadores, estudiantes, jóvenes secundarios que marchaban en bloques militares, frente al estrado donde estaba Raúl Castro y toda la plana mayor de la dictadura cubana y fue realmente impresionante. Nunca me había imaginado que esto era de la forma en la cual yo la vi. Y digo la vi porque yo no participé del acto de forma oficial sino que me metí en medio de toda la gente con mi cámara fotográfica y tratando de pasar todos los bloques que tenían que desfilar. Esto comenzó a las ocho de la mañana y terminó pasada las diez, pero la gente esperó durante las once de la noche del día anterior. Cerca de doce horas estuvo la gente parada en las distintas calles con su grupo que lo acompañaba en el bloque para poder pasar después de las ocho de la mañana. Fue realmente impresionante. Yo tenía entendido que las luchas sindicales que nacen a raíz de una huelga en Estados Unidos, no precisamente en Cuba ni en los países del Este, sino que fue en Estados Unidos, por las ocho horas legales de trabajo, acá se celebran como una imposición prácticamente marcial a desfilar frente a los dictadores de turno.








G. S.: ¿En la Argentina participó durante la dictadura militar en una marcha junto a las Madres de Plaza de Mayo?




R. S.: Si, tengo un recuerdo hermoso en la década del ochenta. Estuve en Buenos Aires, tendría unos veintinueve o treinta años, y una de las cosas que yo mas quería era acompañar a las Madres de la Plaza de Mayo a desfilar frente al Palacio de gobierno y fue realmente hermoso: hice una, dos, tres vueltas ya no sé cuántas alrededor de la Plaza y tengo todavía una escarapela que me regaló la presidenta de las Madres de la Plaza de Mayo con la foto de la gente detenida o familiares desaparecidos: fue una marcha impresionante que la he tenido que volver a repetir en estos días.








G. S.: ¿En este viaje a Cuba repitió ese gesto solidario, en este caso con las Damas de Blanco? R. S.: Es que yo creo que quienes somos libres y quienes amamos la libertad esta no tiene colores políticos. La libertad es libertad como la cantan los grandes cantores como Mercedes Sosa. La libertad es nuestra y uno la tiene en la mente, la tiene en el cuerpo y en el alma y tiene que luchar para que el cuerpo también sea libre en el país donde uno vive y es por eso que en mi viaje a Cuba acompañé a las Damas de Blanco a la misa que tuvo lugar el día domingo y marchamos, salimos de la iglesia y ellas rezaron un padre nuestro y pidieron antes de salir de la iglesia que no les fuese a ocurrir nada, que sus familiares presos estén bien y que la marcha fuese tranquila. Realmente impactante, pero tan impactante que cuando marché con las Madres de la Plaza de Mayo y como las millones de veces que marché en Chile por la libertad de mi país y acá lo hice con ellas durante una media hora, un grupo de Damas de Blanco, completamente vestidas de blanco que son las esposas y familiares de los presos políticos que están bajo la dictadura de Cuba y es una marcha muy emotiva y muy valiente con mucha adrenalina. Porque estar en Cuba marchando no es lo mismo que haber marchado con las Madres de la Plaza de Mayo, que haber marchado en Chile bajo la dictadura. Todas las dictaduras de izquierda o derecha son dictaduras, pero una dictadura que lleva cuarenta y ocho años en el poder obviamente que ya tiene varias generaciones aniquiladas y que los tiene adormecido. Entonces la valentía de esas mujeres realmente me sorprendió y me hizo recordar todo lo que viví años pasados y uno quiere que estos pueblos, nuestros hermanos, puedan tener la libertad, la justicia y la democracia que ustedes y nosotros hemos ganado.








G. S.: ¿Cómo recibieron su visita “Las Damas de Blanco”?




R. S.: La experiencia es tan impactante porque la gente, los cubanos o los extranjeros en Cuba que pasan con los autos, las miran y siguen; uno que otro bocinazo saludándolas, pero muy poco. Y tan profundo los sentimientos que uno recoge en el momento que está con ellas ahí. Yo conversé con la actual secretaria del Movimiento Sindical Cubano Disidente, porque el presidente está preso, le dieron una condena de veinticinco años de cárcel, estaba la esposa de él dentro de las Damas de Blanco marchando y me recordó a mi esposa cuando yo estaba preso y se tomaba la iglesia, se tomaba la OIT , las esposas de los trabajadores hacían marchas y huelgas de hambre. Me recordó exactamente lo mismo y al conversar con ellas uno le entrega el saludo solidario, el abrazo fraterno, el cariño. La verdad que son tantas las emociones que se viven y ellas también las viven, y sienten el cariño que uno le entrega, porque muy poca gente se atreve a hacer lo que hice yo, de participar en el interior de la iglesia en la misa de las once y después salir a la calle con ellas en Cuba siendo extranjero. Eso yo creo que muy pocos extranjeros lo habrán hecho en Cuba. Tengo mis fotos, mis recuerdos en mi mente y obviamente mi consejo hacia ellas y mi saludo fue el saludo de los pueblos democráticos, de los luchadores sociales que hemos vivido bajo la dictadura y sabemos lo que son las dictaduras y sabemos también lo difícil que es terminar con ellas. Era entregarles ese cariño.








G. S.: ¿También estuvo con Oswaldo Payá Sardiñas, el líder demócrata cristiano que impulsó el Proyecto Varela y tiene prácticamente a todos sus correligionarios presos?




R. S: Conversé en su casa con Oswaldo Payá. Tenía que conversar y entrevistar a mucha gente, pero a varios de ellos les cortaban el teléfono y no tenía forma de ubicarlos y era realmente difícil. Pero bueno, uno tiene que hacer todo lo que esté al alcance en estos países que viven bajo este tipo de dictadura. Lo de Oswaldo Payá es algo tan fuerte como lo de las madres y las Damas de blanco, pero hay una gran diferencia. Yo llamé un día antes y hablé con su esposa y me dijo que si quería verlo él estaba acá, de una manera muy cortante, muy seca y yo entendía perfectamente las razones de porqué era así. Al día siguiente tomé un taxi y partí, llegué a un barrio, que son todos barrios muy parecidos, bastantes pobres pero dignos, me bajo del auto y lo primero que hace se me acerca un fulano y me dice: “¿viene a la casa de Oswaldo Payá?” Sí, le digo, y me contesta: “ah, esta casa de acá”. Golpee la puerta, sale un niño de unos 15 o 16 años que es el hijo menor y me dice: “mi padre no está y mi madre tampoco, pero si quiere lo espera”, y me hizo pasar adentro de su casa. Esperé diez, quince minutos, y llega Oswaldo y me saluda muy cortante. No sabía quién era yo. Luego llega la señora y también me saluda de la misma forma. Me identifiqué quién era y fuimos tomando confianza, fuimos haciendo amistad y una conversación que tenía que durar cinco minutos duró tres horas. Luego la esposa se levantó de la mesa, fue a la cocina a preparar el almuerzo porque quería que yo pasara toda la tarde con él, contándole de Chile, contándole de cómo hicimos nosotros la lucha en contra de la dictadura y a mi interesaba darle el respaldo, el saludo solidario. Le conté del seminario que participamos en la Argentina hace algún tiempo sobre la libertad y los derechos de los cubanos en Cuba, le hablé de las gestiones que se están haciendo, de las distintas organizaciones a nivel sudamericano y obviamente sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría. Realmente era ver a un hombre que estaba con una desesperación de querer escuchar cosas en favor de su movimiento. Ellos tiene a través del Proyecto Varela, que presentaron todos los líderes a través de Cuba, muchos presos a lo largo del país y al único que dejaron en libertad es a Oswaldo; y él tiene un año más que yo, cincuenta y cuatro. Está realmente con fuerza, con ánimo, sabe que el único que está en libertad es él y su esposa y sus niños, y que en cualquier momento lo van a llevar preso o lo van a hacer desaparecer. Frente a su casa hay cámaras de televisión, hay manifiestos y hay dibujos que dicen “socialismo o muerte”, “patria o muerte”. Es muy dramático ver la forma en que está viviendo y él hace toda la actividad política en la clandestinidad, porque esa es una clandestinidad realmente, es impresionante. Hay que ser muy valiente para hacer lo que está haciendo Oswaldo Paya y su gente en Cuba, porque él tiene una crítica muy fuerte sobre los cubanos que viven en Miami por la forma de hacer la oposición y por la forma de tratarlos a los que están en el interior de Cuba. La lucha la están dando desde adentro, los que están afuera hacen prácticamente una oposición radial, televisiva. Entonces ellos están sufriendo una enormidad. En Cuba sí por Dios que se sufre.








G. S.: ¿Cómo está la situación de los derechos laborales en Cuba?




R. S.: Primero, no existe ningún respeto de los derechos de los trabajadores en Cuba. El horario normal de trabajo son doce horas ampliable sin consulta al trabajador a dieciocho horas diarias y el sueldo es exactamente el mismo. No se pagan horas extraordinarias, no se pagan bonos de colación ni de locomoción, no se paga absolutamente nada. Nadie tiene derecho a ningún tipo de reclamo, no existe la posibilidad de que el sindicato te defienda ante ninguna eventualidad o algún contratiempo que tengas tú en el empleo: si no te gusta te vas y hay muchos más esperando el mismo puesto de trabajo. Segundo, las empresas internacionales no hacen acuerdos con los trabajadores sino que hacen acuerdos con el Estado. Si el Estado les paga por cada trabajador veinticinco dólares mensuales el Estado al trabajador le paga diez dólares mensuales y lo otro queda para el Estado. Ningún cubano puede hacer una empresa en Cuba salvo los extranjeros que tengan una residencia en Cuba, pero como extranjeros forman sus empresas pero hacen los contratos con el Estado. Un taxi que te mueve dos kilómetros te cobra cinco dólares o cinco euros de los cuales todo eso va para el Estado, que le paga al empresario extranjero y le paga al trabajador con el 0.020% de cada euro que conquista. Entonces hay una falta de respeto a los derechos de los trabajadores que es realmente inhumana, es absurda, arcaica, dictatorial, asesina y criminal.








G. S.: ¿Cómo se siente la disidencia cubana frente la ausencia de solidaridad por parte de América Latina?




R. S. : Con mi experiencia de haber vivido la dictadura en Chile y de ver todo lo que le ha tocado vivir a los países sudamericanos llegué con una amarga y triste impresión y esto lo conversé con Oswaldo también largamente: muchos europeos van a pasear, la pasan bien, Cuba se ha transformado en una suerte de playa de descanso y paseo y para algunos de sexo, sin saber del sufrimiento del pueblo cubano. Un euro para los cubanos es igual que un euro para los extranjeros; uno paga en una comida diez, quince, veinte euros y la gente en Cuba gana diez euros al mes y con eso viven. Entonces es distinto ir de viaje de paseo, visitar a un hombre como Oswaldo Payá y visitar a las Damas de blanco y después venirse, volver a sus países como los europeos. Lo difícil es ser constante en la solidaridad y eso es lo que él me decía: “nos vienen a ver y conversamos, pero yo no tengo cartas de apoyo a nuestro movimiento de democracia en Cuba de los sindicatos, no tengo de los trabajadores de América Latina, no tengo de los partidos políticos de América Latina”. Me decía que en Argentina se han hecho tantas cosas, hay grupos que saben que los están ayudando, pero va Fidel Castro y es aplaudido de pie en el Congreso argentino: “Entonces dime cómo Rodolfo le vamos a pedir apoyo al parlamento argentino, en este caso, si cuando llega el dictador lo aplauden de pie”. Es un dolor tan grande, la impotencia, porque ven que todas las luchas que ellos dan no tienen repercusiones internacionales de ninguna especie. Obviamente yo me comprometí en mi partido político, la Democracia Cristiana en Chile, y nosotros ya tenemos un acuerdo tomado y vamos a presentar un proyecto en el cual le entregamos el pleno respaldo y solidaridad con el pueblo cubano y por el retorno a la democracia y por la lucha que da Oswaldo Payá y su movimiento.








G. S.: ¿Va a seguir involucrado en el apoyo a los demócratas cubanos?




R. S.: Yo ya tomé un compromiso con él (Oswaldo Payá) y no lo voy a dejar de lado. Ya le informé a Exequiel Silva, que es el encargado internacional de mi partido, le di cuenta completa de todo lo que fue mi viaje, para sacar un acuerdo político de la Democracia Cristiana y un respaldo unánime al pueblo cubano y a su lucha por la libertad y la democracia y la posibilidad de conseguir que haya una visita permanente a Cuba de gente para ir y darle el apoyo y conseguir aquí en Chile a través de los centros de estudiantes universitarios para que ellos manden cartas de adhesión al pueblo cubano por su lucha por la democracia y también a través de los frentes de trabajadores para respaldar el movimiento cubano.








G. S.: ¿Qué mensaje le enviaría a los demócratas de América Latina luego de esta experiencia que tuvo?




R. S. : Especialmente a los países que vivimos en democracia, obviamente no podemos olvidar que nosotros también en algún momento vivimos bajo el yugo de las dictaduras, sean estas de derecha o de izquierda son dictaduras criminales, asesinas y sanguinarias. Nuestra obligación moral, de seres humanos y de cristianos es ayudar a todos los pueblos hermanos que estén viviendo estas situaciones y hoy en día quien la sufre es Cuba y tenemos que fijar nuestra mirada en Cuba, nuestro apoyo y nuestra solidaridad, así como yo lo dije en un seminario en Argentina que un garzón en un restaurante gana el doble que un médico, ahora te puedo decir con toda tranquilidad gana veinte veces más que un doctor con las propinas que recibe una persona que está en un bar y un doctor te gana diez dólares. Entonces no es posible que los que somos demócratas y libres en el mundo y en América Latina estemos mirando a través de la televisión qué pasa en el mundo, cómo desfilan en Cuba en el primero de mayo y no nos preocupamos de cómo vive el pueblo cubano durante trescientos sesenta y cinco días del año y durante cuarenta y ocho años seguidos bajo el yugo de la dictadura de Fidel Castro.








Por apertura latinoamericana.7/2/2007

lunes, 28 de marzo de 2011

Carlos Franqui, un hombre solo. Por Orlando Jiménez Leal




Carlos Franqui era un hombre solo. Lo conocí, hace más de 50 años y lo recuerdo ya instalado en su soledad, como si fuera un hombre invisible rodeado de gente. Su poder, sin embargo, era extraordinario. Eran los primeros meses de 1959, la revolución cubana había triunfado y Carlos había bajado a La Habana desde la Sierra Maestra, en pleno entusiasmo revolucionario, para dirigir el periódico Revolución, el órgano oficial del Movimiento 26 de Julio, de donde emanaba el verdadero poder político en Cuba. En contraste con mi naturaleza optimista y fácilmente irónica, lo recuerdo como un tipo cauto y mordaz, y distante, entusiasta y, por momentos, desconfiado. Creía que la revolución consistía en la genuina alegría del pueblo, en el folclore, frente a las formalidades de las clases altas. Llegó a creer, como un día le oí decir "que la rumba era más fuerte que el comunismo". Ya en el poder, armó la fiesta. Atrajo a artistas y a poetas, rescató a escritores olvidados, fundó una casa editorial, un suplemento literario y apoyó entusiasmado todo tipo de manifestación cultural y artística. De repente, La Habana se llenó de productores de cine, de filósofos franceses, de poetas, de poetas chilenos, de agentes de la KGB, de pintores de vanguardia, y hasta de los que alguna vez lo habían sido. En sus calles lo mismo veías filmar a Carol Red que a Errol Flynn. La Habana era de veras una fiesta. Pero todas aquellas libertades se fueron apagando poco a poco, hasta que ese gran diálogo multitudinario, se convirtió en un gigantesco monólogo. Hasta que todas las voces se convirtieron en una sola voz: todo el mundo empezó a hablar como Fidel Castro y a pensar como Fidel Castro y a imitar a Fidel Castro, a tal extremo que, hasta el propio Fidel Castro, llegó a imitar a Fidel Castro. Los más, los inocentes, asistían encandilados a esta puesta en escena, detrás de la cual, un grupo de altos conjurados iba tejiendo la trama de un régimen siniestro. Carlos Franqui lo presentía, y ese sentimiento iba acentuando en él una soledad en que pugnaban, como ángeles y demonios, sus más viejas pasiones: la soñada utopía que lo llevó a militar de joven en el Partido Comunista y el amor a la libertad que lo hacía enemigo natural de cualquier tiranía. Pasó varios años en esa pelea contra sus demonios, librada en estricta soledad. Mientras tanto, unos amigos empezaban a desertar, otros eran enjuiciados y otros, sus amigos también, revelaban sus verdaderos rostros de capos y verdugos. Al fin, su amor a la justicia pesó más que cualquier tipo de beneficio dado por un poder cada vez más espurio; poder que él salió por el mundo a denunciar con una vehemencia que era también un exorcismo y una declaración de principios. Llevaba a cuestas el drama de la revolución cubana devorándose a sí misma, con los rostros de sus compañeros, revolucionarios como él que, habían sido fusilados o encarcelados a largas condenas. "Yo soy un campesino, y estoy acostumbrado a la libertad que tienen los ríos y los caballos en el campo", me dijo una vez. Por el resto de su vida sería un batallador solitario contra la tragedia que él había contribuido a crear con su entusiasmo, y en ese empeño prescindió de grupos y partidos, con la disposición de un auténtico caballero andante. Así, solo y tenaz, acaba de rendirse a la muerte. Soñaba con Cuba, seguramente, que, era a la vez su sueño y su pesadilla. Jamás renunció a la gran esperanza para su isla, a la que no volvió. Orlando Jiménez-Leal es escritor y cineasta cubano. El Pais, 28/3/2011

Carlos Franqui y la fatalidad de la historia. Elizabeth Burgos





Acaba de fallecer el hombre que ha sido el cerebro mediático del castrismo, Carlos Franqui. Plasmó en una de sus últimas entrevistas, su visión de la fatalidad de la Historia, y divide las revoluciones en tres tiempos. Afirma que Cuba llegó a su tercer periodo, que termina con la autodestrucción. Carlos Franqui, quien fuera en sus comienzos una pieza clave del aparato mediático del castrismo, falleció a los 89 años de edad en Puerto Rico en donde había fijado residencia, tras haber deambulado por varios países europeos después de haber roto con el régimen y, como tantos cubanos, haber optado por el exilio. Su desaparición coincide con el momento en que la crisis que atraviesa Cuba da la impresión de estar llegando a un punto de agotamiento con signos de fase terminal, pues el propio régimen, por su actitud numantina, parecería darle razón a Franqui quien en una entrevista a la revista mexicana Letras Libres (2006) declaró: “que el comunismo en su primera fase acaba con toda oposición; en su segunda fase, se paraliza, y en su tercera fase, se autodestruye”. La ceguera del régimen ante el sufrimiento de una población que está dando signos de agotamiento, aunado a los escándalos de corrupción en el que están involucrado un general de la oligarquía castrista, y chilenos hasta hoy íntimos del Líder Máximo, denotan la existencia de una lucha interna que tiene los signos de la autodestrucción. La vida de Carlos Franqui simboliza la fatalidad de aquellos que participaron en el advenimiento del castrismo y terminaron en víctimas del mismo. La coincidencia de su desaparición, con el desmoronamiento del mito de la Revolución cubana en el imaginario de quienes hasta hoy habían sido sus cautivos, aparece como el símbolo de un ciclo que se cierra. Su ruptura formal con el régimen ocurrió al firmar un documento condenando la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968, que para sorpresa de muchos, Fidel Castro aprobó. Desde entonces Carlos Franqui se dedicó incansablemente a denunciar la política totalitaria del régimen. La vida de Franqui es la representación de la tragedia que ha significado el régimen de Castro para millones de Cubanos. Como participante desde sus orígenes del movimiento 26 de julio, fue actor y testigo de los primeros años del castrismo. Fundador de la emisora Radio Rebelde que desde la sierra Maestra hacía escuchar la voz del movimiento armado, constituyó una pieza clave para que Fidel Castro se impusiera sobre el resto de las organizaciones que desde la ciudad también participaban en la lucha contra la dictadura de Batista, que de hecho fue su acción la que en la realidad debilitó a la dictadura. Tras la toma del poder por Fidel Castro, Carlos Franqui fundó y dirigió el periódico Revolución, y el suplemento Lunes de Revolución, que dirigía Guillermo Cabrera Infante, cuyo propósito era alentar el debate de ideas la crítica y la difusión de las vanguardias literarias. Conciliar la crítica con la dinámica del proceso revolucionario, fue al propósito de ambos. Pronto entró en conflicto con los conservadores y con los antiguos comunistas cuya influencia era cada vez mayor en las filas del nuevo poder. Pero no se pude soslayar que el diario Revolución fue también vocero y defensor de las medidas radicales y de la pena de muerte. En sus editoriales fustigaba a aquellos que protestaban en el extranjero por las ejecuciones que se estaban llevando a cabo en Cuba, tras juicios sumarísimos de los miembros de la policía de Batista. Pena de muerte que pronto fue aplicada también a quienes cometieran delitos “contrarrevolucionarios”. De igual manera, desde sus páginas se realizaron las campañas contra los órganos de prensa tradicionales, que concluyó en el cierre de los mismos y en el fin de la libertad de prensa. Luego Franqui se percató de que Fidel Castro permitió al principio de manera táctica algunas iniciativas. La primera víctima fue el suplemento cultural Lunes de Revolución, luego fue el propio periódico Revolución que sufrió el peso de la censura, hasta su clausura. Caros Franqui, con su talento y su don de gentes, entabló relaciones con la intelectualidad europea. Gracias a él acudieron a la isla los mas connotados intelectuales y artistas europeos. De él fue la idea de invitar a Jean Paul Sartre a Cuba cuyo resultado fue de una rentabilidad incalculable para el prestigio del régimen cubano. Sartre, a su regreso de Francia, conmovido profundamente por su experiencia cubana, quiso darle la mayor difusión a sus impresiones, para ello escogió el popular vespertino France-Soir, de amplio tiraje, en donde publicó una serie de 16 reportajes que se publicaron del 28 de junio al 16 de julio de 1960. El hecho de que un intelectual de la categoría de Sartre se expresara en las páginas de un cotidiano popular, ya constituía un acontecimiento en sí, además del prestigio mundial del gozaba en la época, le daba al castrismo una legitimidad incuestionable. El otro gran éxito de Franqui fue el llevar a La Habana en su integralidad, las obras, más los artistas, del Salón de Mayo (1967); el acontecimiento plástico de mayor relevancia en París en aquella época. Gesto que se oponía a la dictadura del “realismo socialista” que ya en esa época se imponía como política oficial. El Salón de Mayo fue su último intento de pretender contrarrestar la deriva conservadora y totalitaria desde dentro del sistema. Carlos Franqui, concluye su entrevista en Letras Libres con estas palabras : “El castrismo es un cáncer que no termina sino con la muerte. Después de que muera, vamos a ver si podemos esta vez enseñarle al mundo todas las cosas terribles que ocurrieron en la isla. Porque el comunismo desapareció, pero se ha propiciado un olvido casi total del desastre y de sus crímenes”. Desgraciadamente el cáncer crea metástasis, y las del castrismo han alcanzado a Venezuela.

Domingo, 25 de Abril de 2010.

viernes, 25 de marzo de 2011

Joumana Haddad: Sade en las noches árabes. Por Luis Thonis.







Mme. de Simiane.-: Dios traza una lí­nea entre el bien y el mal tan defi­nida como la que raya un niño so­bre el pavimento.
Mme. de Montreuil.-Me pregunto si esa línea, como la que deja la marea en la playa, no cambia constantemente.(Yukio Mishima, acto II de «Madame de Sade")
El daño que ha causado la mirada occidental a la mujer árabe es importante pero secundario; el daño de los sistemas políticos y sobre todo religiosos es más grave, pero el peor es la incapacidad o la indiferencia de la propia mujer árabe para sentirse indignada por lo que está viviendo”. Joumana Haddad.(1)


Para desprenderse del peso y la opresión de lo teológico político el mundo árabe no necesita sabios consejos sino escritores "malditos". Nadie pudo imaginar nunca un cóctel tan insólito: Sade hablando por boca de una mujer de los derechos humanos y asombrándose del retorno de Lilith, la que sedujo al mismo Yahvé arrancándole el nombre que le permitiría fugarse del Edén. Sabemos algo por la pintura de De Kooning, que retornó al nido de la serpiente: Lilith es la actriz escondida en la serie de sus mujeres. El abismo infernal que se refleja en sus rostros es conjurado por la acción directa pero su huella se inscribe en innumerables rostros.
Joumana Haddad "pertenece al tipo de intelectual cada vez más escaso que se niega a ser amedrentado"(Roberto Saviano), provoca pero también seduce. Muchos discursos que se autogestionan como progresistas tienen un rechazo sugestivo por Joumana Haddad porque afecta el supuesto exotismo y a las idealizaciones del mundo árabe como el caso de Edward Said que en la década del ochenta llegó a defender con Chomsky las masacres en Sudán de Al Baschir, que entonces alojaba a Bin Laden rodeado de teólogos favorables a la Jihad- autor del mayor genocidio del siglo XXI a partir del 2004- en Actos de Agresión, nada más porque era antiamericano y EEUU las criticaba como hace con Siria hoy. Para Said Oriente es una invención de Occidente. Su análisis tiene validez para la época de expansión del imperio inglés, el período comprendido entre 1815 hasta la primera guerra mundial donde se “crea en cierto sentido a Oriente, al oriental y su mundo”.




El suyo es el Oriente donde resurgen fundamentalismos- wahhabismo, salafismo- al ritmo de los precios del petróleo desplazando y amenazando versiones sabias como el sufismo. Ni el que mata a cineastas como Theo Van Gogh o amenaza de muerte a quienes hacen caricaturas de Mahoma, algo insólito en Occidente, incluso en las dictaduras. Said muestra los límites de la lectura occidental pero no nos dice nada sobre el lado oscuro de Oriente: lo mantiene en lo enigmático, no nos dice nada del lugar y del goce de la mujer en el harem y de ahí a la angelización hay un paso.



El Oriente de Said pasa por alto petromonarquías como Arabia Saudita- donde rige la Sharia y se mata homosexuales- o el de dictaduras cuyo símbolo son las fosas de Kadafi. Si Occidente "inventó" Oriente habría que ver qué cosa es esta civilización: la generadora del colonialismo, el nacionalismo que exacerbado dio lugar al nazismo y el comunismo- que oponían la Kultur, las raíces al cosmopolitismo- pero también la única dio lugar a libertades que les son antitéticas y que puso en crisis sus fundamentos a través de sus escritores, Sade entre ellos. Tampoco vendría mal una aparición de Lautreamont cuando en los cantos muestra a Dios mismo entrando a un burdel y revelando tendencias homosexuales. La civilización es un antidestino: no se opone a la barbarie sino a la fatalidad.


Joumana Haddad se desprende de las raíces, revuelve el avispero y Sade es uno de los nombres de referencia de su espíritu cosmopolita donde también se encuentra Alfonsina Storni.
Lo que retorna es un jirón de noche de la poesía erótica árabe que se desvía de El Libro de las Batallas donde el Cid y los musulmanes coinciden en que vivir con deshonra es peor que morir con honor pero también en el reparto del botín al final de cada combate.
Suena insólito una joven mujer libanesa de formación católica, pero que creció en la diversidad cultural con árabes cristianos, drusos, suníes, chiíes y ortodoxos, autora de Yo maté a Sherezade- una antropología de la mentalidad árabe-, que habla siete lenguas y parece surgida de un cuento mileanochesco, tenga como referencia a Sade, el escritor que con mayor firmeza combatió el Ser Supremo de los jacobinos.
En un país abrumado por el terrorismo de Hezbollah y los bombardeos, es ya una revolución individual, silenciosa en el país del cedro tan importante como el retiro de las tropas sirias.
No obstante los espantos, a las guerras, dice “les debemos el habernos convertidos a muchos de nosotros, los supervivientes, en luchadores fieros, con un infinito apetito por la vida, los logros, la dicha, el conocimiento y el progreso”.
Fustiga a los predicadores de una doble moral, a los oscurantistas del honor y la moralidad, y a políticos ladrones que hacen lo contrario de lo que dicen: “Ser árabe significa hoy ser parte de un rebaño”. Rechaza la consigna de que a “las naciones árabes las hacen las masas”, se muestra escéptica frente a grupos e ideologías de tendencias homogeneizadoras en “un tiempo marcado por el populismo” y a la “lógica del grupo por encima del individuo” porque vaya donde vaya- de Yemen a Egipto, de Arabia Saudí a Bahrein advierte que las autoridades religiosas y sistemas políticos “son excelentes a la hora de encontrar modos innovadores de humillar a la mujer”.
Son escritos anteriores a la primavera árabe con la cual podría tener coincidencias en cuanto a reivindicaciones de tipo occidental como garantías individuales y elecciones libres. La mujer árabe ha probado un valor increíble ante la metralla de Kadafi pero hay serias dudas si tendrá alguna decisión sobre el futuro de una sociedad donde el fundamentalismo tiene mucho peso y puede sustituir un despotismo por otro. La primera decisión del gobierno de Túnez fue pronunciarse contra Israel con el que tiene ningún conflicto territorial. Lo mismo ocurre con Irán y Turquía que ha comprobado que alentar el antisemitismo da votos. El único que tiene un conflicto concreto- por lo altos del Golán - es Siria, ahora ocupada en masacrar a la propia población. Se trata de una crisis de tradición y de traducción en la que resuena la voz de Haddad.

La mujer es parte fundamental del mito que los árabes han urdido respecto a sí mismos con la contribución de quienes reiteran los estereotipos de Said.(2) El primer paso es desplazarse del lugar de la víctima, no ser artífice de la propia victimización y la Fatalidad que supone. A veces, afirma, es más fácil decir ‘No puedo hacer nada, es mi destino, tengo que abandonarme a él, que transformar cada día en una declaración de guerra." También:"He vivido y crecido con mucha hipocresía y hostilidad. Por eso he decidido ser una guerrera". Su actitud más evidente es la publicación de la revista Jasad, Cuerpo, insólita en el mundo árabe, acusada de depravada y que puede costarle la cabeza: agradece a dos ministros que salieron en su defensa ante todo el mosaico cultural y religioso.
Sade es una de las salidas del Templo pero no de las Musas. Sade las convoca y añade el vicio a la purificación de la que habla Aristóteles respecto al miedo y el temor. Extraña purificación. La moral tradicional dice: de un lado el espíritu, del otro el sexo.




Lo propio de Sade es haber sorteado este dilema: Sade es el sexo en la escritura y viceversa. Lo leo como un antropólogo en la pornografía de los ideales en el gran burdel planetario. Sade escandalizaba a las prostitutas, buenas muchachas acostumbradas a libertinos convencionales con sus discursos sobre el diablo. (2). El libertino de Sade trata de sacar el máximo de placer, incluyendo al dolor y “deliciosas humillaciones”, utilizando incluso hostias como instrumentos de penetración anal. ¿Perverso? Ponía en escena perversiones como la Madre Superiora de la Religiosa de Diderot y no con esas honestas mujeres que vivían del más viejo oficio del mundo y declararon contra Sade tomando a la letra sus discursos diabólicos. Que el discurso de la libertina Saint Fond sea el mismo que el del Papa habla más de comicidad que de indistinción.
Joumana, que ya a los doce años buscaba respuestas en los libros prohibidos, el francés le posibilitó la lectura de Las Ilusiones Perdidas de Balzac y a poco se encontró con Justine o Los Infortunios de la Virtud de Sade, que narra una lucha entre la virtud, Justine y el vicio donde éste triunfa siempre…cuando Justine parece estar salva de los padecimientos la parte un rayo en el campo: “De libro en libro, de lectura en lectura, el marqués de Sade fue apoderándose de mi cerebro. Me agarró por los hombros, me miró directamente a los ojos y me dijo: tu imaginación es tu reino. En tu mente, todo está permitido. TODO es posible. Abre las ventanas de par en par y no temas transgredir ni delirar”.
Joumana cita textos del siglo XV cuando la cultura árabe daba lugar a libros como El jardín perfumado donde las figuras del acto sexual se describen en detalle y en términos de objetos parciales para aumentar el placer erótico. Los contrasta con escritos de líderes religiosos musulmanes como el ayatolá Jomeini donde éste dice que “un hombre no debe tener relaciones sexuales antes que ella cumpla nueve años de edad, tanto en forma ocasional como regular pero puede gozar sexualmente con de ella ya sea acariciándola o abrazándola, o bien frotándose contra ella, aunque sea tan niña como un bebé”.
Para Jomeini puede penetrar a la niña bebé incluso pero no desvirgarla y si lo hace su única sanción es que “será responsable durante toda la vida de ella”.
Es el mismo Jomeini que en sus discursos hablaba contra la depravación y exaltaba la pureza en todas sus formas. Es la religión la que interviene en el cuerpo del otro, apunta a regular los cuerpos, tiene lugar en la realidad misma y no en la ficción. “Sade” es el instigador del crimen que Haddad comete con Sherezade para terminar con un pacto precisamente burocrático perverso donde la narradora tiene noche a noche que salvar su vida satisfaciendo con su imaginación al amo. Para ella es el primer paso para narrar de otra manera las relaciones entre la mujer y el hombre. ¿Qué otra cosa es la historia sino una guerra de narraciones donde la Biblia y sus versiones ocupan un lugar decisivo? Sade continúa narrando los días de Sodoma que se extienden a escala planetaria.

El nombre de Sade irrumpe en un mundo donde lo femenino tiende a ser vedado, petrificado, momificado en cada línea del desierto para que la Mujer lo abrace todo enmascarado de un machismo que no soporta un cara a cara ni un cuerpo a cuerpo. Joumana descubre algo que puede leerse en historias de la Biblia: que en todo patriarcado hay un matriarcado subyacente que lo sustenta. Podríamos añadir desde la misma Biblia: las guerras de religión tienen como objeto controlar a las mujeres, en última instancia, instalar la reproducción contra el placer y como único goce.


En el mundo árabe como en Japón se plantea el problema del equilibrio- entre el pasado arcaico- y la modernidad. Aparentemente Japón la ha logrado: hasta hace poco era el segundo país del mundo, su banquero indiscutido y sus productos de alta tecnología entraron en el mercado norteamericano superando a sus competidores. Sin embargo el arcaísmo aparece en forma de racismo- los millones de burakumin no pueden ser mencionados en sociedad- y la mujer ocupa un lugar secundario, gana menos que el hombre, no participa de las decisiones del Estado y sólo tiene que sacrificarse a su hombre. Más: el confinamiento en la casa de la mujer japonesa tuvo muchas analogías con la situación de la mujer en el mundo árabe y tanto Murakabi Sukibo como Sei Shonagon- las Virginias Wolf del siglo XI según Laurent Dispot- se han referido a eso sorteando la censura del momento. Kawabata consideró La Saga de Gengi como la mayor obra de la literatura japonesa y no estuvo solo en esa valoración.
Yukio Mishimia introdujo a Sade en Japón poniendo a prueba su singular universalidad.
Mishima no escamotea el motivo de su obra. Está intrigado por la fidelidad a toda prueba que Pèlagie- su mujer, Madame de Sade- demostró durante su largo cautiverio, pero también por su abandono posterior. En el post facio de la publicación de la obra, deslizó: "Por qué ella tuvo que abandonarlo en el momento mismo en que fue puesto en libertad. Este enigma sirvió como punto de partida de mi obra, que es un intento de dar una solución lógica".
Pèlagie que estuvo junto a él durante su larga prisión por una falta agigantada por su fama previa y hasta fue cómplice y encubridora de sus orgías. ¿Será este interrogante algo que contradice el tema de la traición femenina que recorre toda su obra?
Después de ayudarlo, supo saber perderlo, algo que a veces testimonia más amor que abandono. Su aquiescencia era una tentación. Sade, en todo caso, estuvo entre dos mujeres, el peor lugar que puede tocarle a un hombre que se agrava si son familiares. Se recuerdan los tormentos de Nietzche entre la madre y la hermana. Si esas dos mujeres son la madre y la hija- su esposa- que están en una guerra suspendida por momentáneos armisticios la situación llega al colmo.
A Sade se le hubiera perdonado todo si no hubiera dilapidado y disipado la fortuna familiar que afectaba a otros personajes. “Es la economía estúpido” se le podría decir a quien creyera que la sociedad libertina de entonces o el mismo Rey tomaba en serio su gesta a favor del Mal. Burgueses y jacobinos están más atentos al cálculo.
El Sade de Mishima más que un liberador es alguien esclavizado entre el Estado y las mujeres. Destaca a su mujer que no sólo lo condenó sino que se hizo cómplice de sus fechorías. En Joumana es su obra la que libera la imaginación.
Sade en la obra de Mishima es un nombre que resuena a través de las voces de las mujeres. Mishima mezcla personajes históricos con seres de ficción.
Además de su madre y Madame de Montreuil, desde la pura hasta la libertina Saint Fond, pasando por la religiosa Madame de Simiane y Charlotte, la criada que representa a pueblo, podría conjeturarse que están "todas": representantes que lo representan a él. Cada una cree que Sade habló para ella, incluso que Sade es ella misma. Extraña manera de apropiarse de un texto que no se resuelve: el sadismo persigue un objetivo que por repetición de vuelve contra sí- de ahí la necesidad de la escena como exhibición. El nombre de Sade no cambia el lugar de esas mujeres como sucede con Joumana.
Es que en Mishima siempre resuena el tópico de la fidelidad como en Patriotismo donde el teniente se hace el sekkupu- al volverse contra él la rebelión- y su mujer, educada por él y para él, se clava una puñalada, escena precedida por escenas de intenso y dramático erotismo, parábola de la muerte joven. (3) O en la imposible relación entre la Concubina Imperial y el Sacerdote, es decir, el choque de dos fidelidades contrapuestas. Para el Sacerdote el mundo es un montón de basura, placeres vacíos, ilusiones. Ella es un personaje impensable en Sade: está hastiada de los libertinos de la corte, busca el Amor absoluto y lo encuentra en ese viejo de carne marchita a quien la imagen del Buda es vencida por la belleza de su rostro.
En los dos la referencia es La esencia de la Salvación de Eshin, donde “los Diez Placeres no son más que una gota de agua en el océano comparado con los goces de la Tierra Pura. El suelo es allí de esmeralda y los caminos que la cruzan, de cordones de oro” Y sigue la una extensa descripción del paraíso budista que sólo en breves instantes se conoce en el mundo. El Sacerdote se inventa que a través de su belleza accederá a la Tierra Pura; ella, por el contrario, sabe que eso significa la condenación pero es él quien retrocede y poco después alcanza la liberación con la muerte mientras ella copia los rollos de las escrituras que son los protagonistas de la historia. Los dos acceden a la Tierra Pura, figura de un goce ilimitado, mediante una historia perversa en el sentido clásico de negación de la castración, algo que se reitera en Mishima.
Sade sólo es fiel a sí, es “traidor” a los hábitos de su clase- se enamora inicialmente de la hermana menor y luego de su cuñada, la canonesa Anne Próspere- y profanador de la religión que recibió, pero también de cualquier otra: encuentra su blanco ideal en la Diosa Razón, que desconoce su reverso. Madame de Montreuil, su suegra, vinculada al Estado, que toda su vida obró para salvar a Sade de sí mismo y hace lo que sea para mantenerlo más de veintisiete años en prisión, encarna a la Sociedad misma ante la cual el divino marqués parece un niño encaprichado en escribir y disipar su fortuna en orgías. Jean Jaques Pauvert en su monumental biografía afirma que si su suegra no hubiera existido él la habría inventado.
Ella quiere corregirlo pero su mujer es la que lo defiende contra viento y marea. ¿Y la mujer de Sade no sería del tipo que amaba al niño que había en él en tensión con su madre? En la escena escrita por Mishima, Sade está ausente. No la cortesana Saint Fond, una teóloga del mal divino que podría representarlo. Está su antípoda, la religiosa Madame de Simiane y Charlotte, la criada que representa a pueblo, podría conjeturarse que están "todas": representantes que lo representan a él. Cada una cree que Sade habló para ella, incluso que Sade es ella misma. Extraña manera de apropiarse de un texto que no se resuelve: el sadismo persigue un objetivo que por repetición de vuelve contra sí- de ahí la necesidad de la escena como exhibición. Mishima según su estilo escribe para investigar la extraña lógica de Pèlagie. Buen tacto. Sade es irrepresentable como ciertos personajes históricos que vienen con demasiadas mochilas.

Sade echaba espuma por la boca al leer que la madre naturaleza es buena en el Emilio de Rousseau. Concide en eso con Voltarie que ya sospechaba en el ginebrino el anuncio del idiota universal en su lectura del devastador terremoto de Lisboa, cuando argumentó que sus víctimas de habían salvado de daños peores. (3)La Naturaleza era tan "buena" como el hombre. La ironía del poema de Voltarie se transforma en osadía y desafío en Sade al ver los estragos de la Revolución y los discursos que los legitiman.
Sade repudiaba la pena de muerte porque separaba a ésta del placer. Quería que la misma muerte fuera placentera. Se apeló a Rousseau, se proscribió a Voltaire. Así nació el Ser Supremo y la circularidad del Terror que haría a Robespierre en nombre de la Razón firmar su propia sentencia de muerte.
Sade es un aristócrata a secas para el que vale la frase de Claudel: hay que hacer bien incluso el mal. Escribe en La filosofía del Tocador. "Una joven apenas salida de la casa paterna que no conoce nada, que no tiene experiencia alguna, obligada a pasar súbitamente a los brazos de un hombre al que jamás ha visto, obligada a jurar a este hombre, al pie de los altares, una obediencia y una fidelidad injusta. Inmolándola, por la pérfida codicia paterna, a un esposo que o no tiene nada para hacerse amar o lo tiene todo para hacerse odiar. ¿Hay en el mundo suerte más horrible que esa?"
¿Cómo, Sade preocupado más que Rousseau y Molière en la educación de las mujeres? ¿Habrá escrito Sade también para el mundo árabe, que entonces no era ajeno al pensamiento de las luces como se refleja en ciertos cuentos de Voltaire y en las referencias de Joumana?. Hoy las mujeres afganas pueden votar y leer. Pero no se puede no tener en cuenta ciertas regiones de Afganistán, alejadas de la mano de Dios, donde las mujeres se inmolan- se queman vivas- para no casarse no sólo por el hombre que no desean sino porque se las hace entrar en una familia que las trata como esclavas (5).
La burka, dice, es también un insulto para el hombre. Pide egoísmo a las mujeres árabes, al diablo la sagrada comunidad. Ha descubierto en sí una maravilla ausente en mil y una noches: ser un individuo, aunque se repita que ella sea un no todo. Es más bien un punto a favor que en contra: hay algo en la mujer que resiste a la socialización total, sea en el Partido o el Templo, a veces tan parecidos en la Fiesta del Ser Supremo que decretó Robespierre en el período jacobino de la Revolución. ¿Qué se festeja? La libertad, la igualdad y la fraternidad. Pero en el período del Terror, La Libertad, el fin de la servidumbre no hace sino tornarla voluntaria, la Igualdad sólo se la encuentra en las cabezas guillotinadas y la Fraternidad se cambia en la delación del familiar y del amigo. (6)
La Diosa Razón que debía garantizar esas fusiones se pone a delirar como borracha empedernida que nunca calma su sed de sangre. La República está orgullosa de haber terminado con la superstición de siglos, de ser atea pero enseguida se arrastra a los pies del Ser supremo, más monótono y déspota que el Uno de los tres monoteísmos. Ahí nacen divinidades que todavía no se terminan de reconocer. El autor del Moisés, Freud, que puede leerse como una carta de amor a la lengua alemana- la lengua de Goethe en manos de las SS- contra las raíces- Moisés era egipcio como Cristo judío- entró de otra manera al mundo de Sherezade, para descifrar en uno de sus relatos las siniestras implicaciones de la realización del deseo.
El asesinato de Sherezade en su caso supone enfrentar la muerte y el suicidio. La soledad de quedar afuera de la homogeneidad comunitaria.
Escribir es siempre desplazarse del origen. Pero algunas escrituras desplazan el mismo origen, a veces extraviando una tradición, otras reencontrándola. En el caso de Haddad se reencuentran los temas eróticos de la poesía árabe medieval en un cruce de tradiciones- castellanas, portuguesas y judías- que hoy llamaríamos multicultural. Las reinventa desde otro lugar de enunciación: no es la narradora de Las mil y una noches pero tampoco la muchacha árabe pasivamente enamorada. Su libro Miroirs des passantes dans le songe es un conjuro contra el suicidio.
El suicidio es sin duda el estrechamiento total de un entre dos con el inconsciente, colonizado en esta cultura por el Templo. Los hombres lo llevan consigo, la mujer sólo es mujer despojada de todo atributo femenino.
¡Que diferencia con la poética amorosa árabe y el lugar que ocupan las joyas!
Joumana mata el suicidio en vida como a la narradora contractual de las arabian nights: "Déjame matarte, vida, para que me poseas. Para que yo posea mi vida".
La vida y la muerte, eros y thanatos intercambian sus máscaras. Haddad explora las motivaciones de suicidio de otras poetas-Alfonsina Storni, Marina Tsvietáieva, Sylvia Plat- y finalmente se impone la conjunción de eros con logos. Y eros se va abriendo camino: "Las tristezas no son tu manantial. ¿Tampoco son el estuario, sino el viaje que hace el oro del alma? ¿Extranjera, alma, quién eres? ¿Se te toma por la rebelde, y no eres más que lubricidad que se traspasa? ¿Lo que se toma por rechazo no es más que el vértigo del extravío? Y el exceso de las máscaras borra tu rostro."
Aquí interpela su propia comunidad que toma por rechazo una la afirmación del extravío, el exceso, el no tener un cuerpo como las demás. El furor y el rechazo hacen lo posible por igualar las pasiones aunque se trate de sociedades jerárquicas. La sociedad nace de un crimen cometido en común y poner el deseo en el lazo que la sostiene despierta retroactivamente el crimen. Así son innumerables las jóvenes musulmanas asesinadas por familiares- hermanos- en el corazón de Europa por tener contactos con extraños. ¿En nombre de qué? Del Templo que succiona las vidas. Hoy, mientras Joumana se apoya en las tradiciones liberales de Occidente, Europa está en vías de islamización, la Sharia se aplica ya en el Reino Unido. A su vez, los partidos de ultraderecha crecen, Anders Behring Breivik, el noruego que asesinó a más de 76 personas, dispuesto a matar mediante atentados terroristas a todo lo que huela a musulmán inclyendo a supuestos cómplices, es alguien más que un loco suelto, es una muestra más de lo que Angela Merkel ha considerado el fracaso del multiculturalismo europeo que no logra constituir una alternativa ni al fundamentalismo ni a la xenofobia.
Hay una línea de poemas que conectan con la mejor tradición árabe de alabanzas al amado. En la cultura árabe se conocen los poemas de la doncella enamorada al habib, al amado, contrarios al gusto árabe antiguo que en los cantos románicos peninsulares o en la poesía galaico portuguesa se llamarán cántigas de amigo. En las canciones mozárabes recurre el tema de que "falar e reir está ben" pero meter la mano no tanto. También: "El joyero, ay madre, no me da alhajas. Blanco cuello verá mi dueño, no verá las joyas". También hay una jarcia que le hace contrapunto como el caso de la doncella que rechaza las joyas porque van a ocultar su cuello a la mirada deseante de su habib.

Las joyas se reiteran en las jarcias de diferente manera. Aparecen también en la poesía de Juda Halevi : “Seda bordada es el vestido de tu cuerpo/ pero la gracia y la hermosura recubren tus ojos/las joyas de las doncellas son obra de artesano/ mas esplendor y encanto son tus adornos." La joya como fetiche no cumple esta función estabilizadora. Más bien inspira variaciones como lo muestran las jarcias establecidas por Ramón Menéndez Pidal: el estremecimiento de la mujer al sentir que el habib llama su puerta, la esquivez ante las caricias, la protesta por las enfermedades que causa el amor, la súplica al habib para que no se ausente, el desconsuelo por su ausencia, la honda pena al ver llegar la Pascua- motivo de celebraciones- y que el habib no llega.

Las culturas están en interacción, pero las formas- la jarcia, las muwaschabas- las atraviesan. Las polémicas entre la lectura individualista y la tradicionalista fundan escuelas.

Escribe Joumana en Yo tengo un cuerpo:" Yo tengo un cuerpo que aguarda en el lecho del mar. Como un volcán es mi cuerpo, el agua entibia su cráter para que no llegue el placer antes de que el amor llegue. Tengo un cuerpo ignoto. Puede ser un grano de arena o un pez rojo o la perla en su concha. Hallaré su sabor con dos labios que abrasan y una lengua que absorbe, y ese sonido de lava semejante a penetrar en el Edén".
Un cuerpo desconocido y un rostro. Sólo las certezas de la Sociedad mediante el fetiche nos ofrecen un saber sobre el cuerpo, que se acomoda a todas las funciones, incluso las del sexo obligatorio. Pero el cuerpo que pasa por el nombre atraviesa la frontera de los sueños diurnos y entra en la noche donde la mujer tiene mil ángulos, rostros imprevisibles donde el riesgo cero no existe y que pueden ser el de la Concubina de Mishima o las figuras demoníacas de De Kooning.
El soplo de Yavhé que multiplica las lenguas contra la lengua única de la soberbia de los hombres de Babel es una fiesta de lo arcaico que encuentra el don de lenguas de Pentecostés. Leer y hablar muchas lenguas, entrar en las culturas, incluso la argentina, ha sido para Joumana su arma de defensa y una entrada en la alteridad: "Las lenguas me han dado la posibilidad de ir al encuentro con el otro, lo que es por añadidura, la posibilidad de ser más libre".
(1) Yo maté a Sherezade, confesiones de una mujer árabe furiosa, Debate, 2011.



2) Cornelius Castoriadis escribe: "Son países o bien donde las estructuras de poder de poder son o bien arcaicas o bien una mezcla de arcaísmo y estanilismo. Tomaron lo peor de Occidente y lo plasmaron en una sociedad culturalmente religiosa. En estas sociedades la teocracia nunca corrió peligro, la ley no el resultado de una voluntad nacional sino que es sagrada. El Corán mismo no es un texto revelado, consignado por manos humanas, es sustancialmente divino. Esta mentalidad profunda permanece y resurge ante la modernidad." Entre el vacío occidental y el mito árabe, El avance de la Insignificancia, Eudeba,1997.



3)Sade, una inocencia salvaje, Jean Jaques Pauvert, Tusquets editores,1989.(3) La muerte en el Estío y otros cuentos, Yukio Mishima, Monte Avila editores,1966.



4)Voltaire: de Lisboa al jinete de Bronce, Luis Thonis, Tokonoma 9, septiembre de 2004.

5)La inmolación último recurso de las jóvenes afganas. Por Vicent Vulin. Le Figaro 18/2/2011. El trabajo de Vulin está basado en un informe de la ONU y está publicado en librospeligrosos.blogspot.com6) Phillipe Sollers, Sade contra l´Être supreme, Qua Voltaire, 1992




















































































































































































































































































































































































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