martes, 31 de enero de 2012

La guerra entre el dólar y el euro: la crisis no la resuelven ni Evita, ni Alsogaray ni Duhalde. Por Luis Thonis.

A Noni Benegas.

Sur l¨herbe où le jour s´extenue
L´arlequine s´est mise nue
Et dans l´etang mire son corps.

Apollinaire.






He leído un libro de Miret Zaki, La fin du dólar, que tiene mucha repercusión en medios progresistas siempre en busca de una voz evangélica que confirme sus creencias Zaki, que aparece dando conferencias en sucesivos videos, no es economista sino una periodista con ribetes de sensacionalismo: la imaginaria guerra del dólar que plantea contra el euro se parece la “guerra contra el glifosato” en la Argentina que por el sólo resentimiento contra una empresa con la mentira- que puede desmentir cualquier técnico del Inti en la materia como cualquier chacarero- nos empujaría a una agricultura del paleolítico como quieren algunos antiglobalizadores como el simpático John Zerzan y destruir una de las pocas cosas que se hicieron bien en el país estas últimas décadas. Los mismos que apoyan al gobierno difunden videos financiados por el Rey del Roquefort y otros José Bové, defensores de una agricultura "cultural" que da pérdidas, financiada a su vez por los contribuyentes franceses. (I)
Zaki, muy suiza en esto, cree en la moneda como un fetiche y no como un bien líquido de intercambio, que la crisis del euro no existe y el dólar belicista le hace la guerra aunque ella arroja las primeras piedras.
Es cierto que por cada dólar estadounidense hay seis de endeudamiento y que China que financia su deuda acumula montañas de pagarés y este sistema a la larga no será sustentable: no es por lo tanto un gran descubrimiento aunque se lo presente como profecía. La economía norteamericana le resulta una vasta ilusión, Europa un continente sólido, fabula una alianza de Europa con China, cuya economía según Nouriel Roubini - famoso por haber anticipado la crisis del 2008- se derrumbará en 2013. Zaki, suspira y ve otro paisaje: el Youan será la moneda de referencia en Asia y China será aliada de Europa en un mismo combate contra Wall Strett.
En el mercado de la profecía hay para todos los gustos. No habrá nunca una economía absolutamente transparente, agreste y arcádica como en el poema de Apollinaire. Jack Ewin en el último Der Spiegel sostiene lo contrario de Zaki: “La mayor parte de los empresarios siguen viendo a EEUU como el faro de la libre empresa. La imagen del modelo norteamericano muestra una sorprendente resistencia. Para el mundo de los negocios Estados Unidos es más Sylicon Valley y Hollywood que la dinamo un tanto antigua de Wall Street. Incluso para China, EEUU es el país al que hay que emular”.
Yo me sumo con una propia: si Europa sigue haciéndose la desentendida, ignorando el caballo de troya verde que tiene ante su nariz y limitándose al multiculturalismo en dos décadas será Eurabia y la misma Miret sabrá lo que es la Sharia y pedirá a los norteamericanos que hagan el trabajo duro como ya sucedió en Bosnia y en Kosovo: ahi se salvaron miles de vidas aunque no hubiera petróleo como en Kuwait. Zaki reproduce los lugares comunes sobre la guerra de Irak, ignorando los argumentos de Vaclav Havel o Eli Weisel, censurados de los medios argentinos que la presentaron como un agresión imperialista, lo atribuye muy keynesianamente a una salida de la crisis económica. Olvida que Bush recibió un superávit inmenso de Clinton que continuó la política de Reagan y con la economía en crecimiento. Bush, adverso a Wall Strett y del FMI, fue keynesiano en economía, la recalentó a lo Néstor Kirchner, nada que ver con la austeridad reganiana de Clinton. La guerra, inevitable con Afganistán donde estaban las bases de Alqueda, refutó el argumento de Keynes, más bien fue una de las causas de la crisis por el aumento del gasto público que hizo Bush- le faltó decir que fue por el petróleo como mintió la TV pública aquí que como los grandes medios asoció el ataque al Irak de Saddam Hussein al saqueo que habrían hecho en la Argentina no su clase dirigente sino los malvados imperialistas. Son los mismos que ahora minimizan el asesinato de José Luis Cabezas por no haber muerto en Afganistán.




A partir de entonces, ciertos caballos que venían cabalgando a trote lento desde medio siglo antes cobraron aliento hasta convertirse en los cuatro jinetes actuales del apocalipsis: el nazismo y el comunismo, extenuados comenzaron a renacer siguiendo las huellas de los corceles homisuicidas hitlero islamitas. Apareció entonces el cuarto jinete que los representa a los otros que nunca osan decir su nombre y sus intenciones: lo políticamente correcto. Los que hicieron el atentado a las Torres no eran cobardes, dijo la progresista Susang Sontag. "Se lo tenían merecido", juzgó el neo estanilista Ignacio Ramonet, y Fray Beto, católico tercermundista, celebró menos: para él tenían que haberse estrellado muchas más veces. Que el diablo se encargue de las víctimas inocentes, culpables por estar en suelo americano. ¿De qué fuente brotó tanto odio? A ellos se sumaron otros progresistas que odian al capitalismo pero que por nada del mundo quisieran prescindir de sus bienes. En este contexto, el keynesianismo, lejos de su maestro retornó en clave populista como representante de lo económicamente correcto. Con el pretexto de criticar al neoliberalismo noventista le apuntan al corazón de la civilización liberal y en última instancia a la libertad.









Sórdidos cuentos para un jardín de infantes cuyo narrador podría ser Gianni Vattimo, otro que cobra bien por difundir la debilidad de sus neuronas, que piensa que Lenin fue un poeta y Chávez es un notable estadista que redescubre el comunismo como ideal...mediático.
Estas combinatorias que aspiran a cortar en pedazos al individuo y vaciar al sujeto del lenguaje transformado en un esperanto pseudo universal apuntan a dar a luz a un sujeto que sea un zombi terminal, literalmente y en todos los sentidos. Sólo basta afinar un poco el oído para darse cuenta: no existe la menor resistencia cultural a esta avanzada neo nihilista porque lo políticamente correcto predomina en todos los medios. Lo subversivo está confinado a los clowns posmodernos y su humor neonazi. La mejor prueba es que probados embaucadores y estafadores masivos aumentaron su prestigio: se les pide que mientan más. Quien no aplaude es inmediatamente apartado, demonizado por el epíteto que mejor pegue en el momento.
Interesante mujer, esta Miret, pero más seductora que consistente: en estos temas me es imposible seguirla como todo el que refuerza mentiras convertidas en lugares comunes.
El dólar es un papel verde cuyo poder reside en la creencia de que alguien- las instituciones norteamericanas- podrán responder por él el día del arquero, basta reparar en el crédito que le dan los argentinos. Si se cumple la hipótesis de la señora no será la primera vez que se sustituye un patrón de referencia por otro como sucedió con el oro en la primera década del siglo XIX. Algunos, incluso, proponen la vuelta a este tipo de patrón que hubiera evitado muchas crisis- la de Islandia, por ejemplo, tan mal leída por los economistas de la escuela keynesiana- como lo hizo Wilhelm Röpke en los años cincuenta planteando más que una Unión burocrática una especie de club más espontáneo donde quienes acepten las reglas y no las cumplan deberán ser expulsados.
Friedrich Hayec en La desnacionalización del dinero argumentó que una moneda internacional, si está mal administrada, puede ser peor que una nacional. La historia del dinero es también la de su destrucción por los Estados: la Argentina está a la vanguardia en esto, cuántos billones vale hoy un billete del Banco Central desde su fundación en los años treinta.







El Banco Central es nuestra institución más parasitaria: cumplió sus objetivos exactamente al revés de para lo cual fue fundada y esto ha tenido más incidencia en nuestra historia que ganar todos los días la batalla de Obligado. Aquí se caracterizó como neoliberal a la década de los noventa pese a su populismo descarnado. Menem tras ganar la segunda elección multiplicó la deuda. José Luis Espert- liberal- entonces advirtió que la acumulación de déficits fiscales llevaría inevitablemente al default.
Los gobiernos han sistematizado el método de estafar a la gente vía inflación. Para Zaki Europa “es la más grande potencia económica y dispone de una moneda de referencia sólida”. La crisis existe y Zaki debería ir a un analista no demasiado afectado de antiamericanismo- no abundan- para atenuar la neurosis del billete verde y no resolverla mediante una teoría histérica si cree en lo que dice. Entonces tal vez recuerde que cada vez que Estados Unidos tuvo una recesión, Europa la padeció en carne propia. Y empezar por casa, preguntarse por las caras largas y melancólicas de Merkel, Sarkozy cuyos rasgos se dilatan en una bruma angulosa, etc, no nombro a Zapatero porque se quedó sin cara que mostrar.







Lo que advierto es que todas las soluciones se plantean a la europea, desde esta señora a Merkel, mediante un proceso jerárquico “top-down” –de arriba hacia abajo- y ahí está el nudo mismo de la crisis porque se subestima al mercado que en última instancia será el que decida sobre las monedas, si el dólar será sustituido o qué tipos de monedas se impondrán. Pero el dirigismo jerárquico y el keynesianismo está muy arraigado en la clase política europea y sus consejeros económicos.
El mercado no es algo exterior como piensan los populistas, somos nosotros mismos en tanto agentes de oferta y demanda. Estados Unidos, pese a las estatizaciones de Obama, está saliendo de a poco de la recesión y Europa se encuentra empantanada. ¿Qué clase de Unión es una pseudo federación donde no aparecen las palabras fundamentales de “soberanía” y “guerra” y plantea una medida común hipotética entre economías como Alemania y Grecia? Los países de la Eurozona como Austria, Holanda y en parte Finlandia han mostrado responsabilidad fiscal lo que demuestra que el problema no es la moneda en sí misma sino las instituciones en las que se funda.
Joseph Stiglitz y Paul Krugman, no creen para nada en los diagnósticos optimistas de Miret. Efectistas de otro costal, han decretado la muerte del euro más que la del dólar. Stiglitz que hizo descripciones precisas de la “terapia de choque” pero sin tomar en cuenta las instituciones que prevalecieron en Rusia o la Argentina, excluyendo a los países donde las reformas tuvieron grandes logros- India y Turquía, hoy en una lamentable regresión al fundamentalismo- se mostró pronto como un- gran charlatán que dice lo que quieren escuchar los gobiernos que lo invitan a profetizar. Llegó a atribuir la crisis fiscal que llevó al default en la Argentina a la privatización de las jubilaciones dando letra para otro manotazo en 2009, de prepo si los hubo, por parte de un gobierno que se dice popular y se niega a pagar los juicios ganados por los jubilados, esperando que se vayan a otro mundo a reclamarlo al Eternauta.
Stiglitz fue una de las voces autorizadas que legitimó el populismo actual.







Ahora le aconseja a Alemania salirse del euro, salvarse como valkiria virgen, y a todos los otros los países la emisión de bonos basura por los que nadie podrá responder. Aquí vertiginosamente se volvió un discípulo de Alsogaray. En una reciente entrevista con Andrés Oppenheimer- agosto de 2001- Stiglitz destaca a Chile y a Brasil como los países con más futuro en la región. De la Argentina sólo se refiere a las bellas montañas. Habría que decirle que eso se debe a no haber hecho caso a su teoría mecánica de la expansión del gasto público y la utilización de los recursos para una educación con miras al siglo XXI, resistida por apolillados profesores tercermundistas y estudiantes que vienen aquí a estudiar gratis para sumarse a las filas de ideólogos y abogados y continuar la revo pop subvencionada por ustedes y por mí. La transformación de Brasil comenzó con Fernando Enrique Cardoso, cuyos escritos aconsejo leer porque considera a Chile la primera democracia liberal de América Latina, blanco evidente hoy de críticas feroces del populismo. A diferencia de nuestros políticos nestorianos, Cardoso, hombre muy querido por su pueblo, lejos de querer grabar su nombre en calles o avenidas, sólo quiere pasar a la historia por un solo mérito: haber vencido a la inflación.
Paul Krugman, una especie de estrella de rock para progres, por su parte, aconseja poner a trabajar la máquina de imprimir al Banco Central Europeo para comprar deuda a lo loco. ¿Cómo el Banco que es uno de los principales causantes de la crisis va a resolverla? Ahí se revela como discípulo de Eva Perón, que talló la famosa frase: qué bueno que es Miranda, nos da toda la plata que queremos y esto derivó en la grave crisis de la balanza de pagos de los cincuenta y tuvo que venir Gómez Morales y dictar la Ley de Inversiones Extranjeras para salvar la crisis. (Evita, vaya en su favor, no fue Premio Nobel de Economía)
Ahora se entiende mejor por qué estos laureados economistas apoyaron al populismo que hizo del Banco Central un monedero. Paul Krugman hace poco, en pleno 2011 dijo : “Estuve realmente sorprendido cuando una persona dijo que Argentina ya no es más un país serio. ¿No debería ser eso un país serio? En Argentina, y en cualquier otro lugar, ser serio fue un desastre".
Krugman ahí se vuele duhaldista. O sea que para él el menemismo fue algo “serio” aunque no cumplió una sola de las normas del demonizado Consenso de Washington- ni respetó los contratos a diferencia de Chile, Brasil y Uruguay donde no le robaron la plata a la gente- y elogia el default fue una estafa masiva que causó miles de muertes por enfermedades cardiovascularles y de todo tipo. ¿Y del fallo de la Corte sobre la pesificación, una de las piezas más desopilantes de la historia jurídica donde había que pronunciarse sobre un depósito en dólares de Juan o Pedro y además de expropiarlos se les dio cátedra de un socialismo a la medida del capitalismo de amigos? Terminar con lo serio en este lenguaje es romper los contratos de los humildes incautos que pusieron su granito de arena, confiando en los contrados garantizados por el Estado que los rompió a gusto en favor de los más poderosos? Lo no serio, la joda, la hicieron los que unos días antes con información privilegiada sacaron la plata afuera como los K que además cambiaron pesos por dólares y pasado el chubasco los tradujeron otra vez a pesos. Así funciona la máquina delictiva del estado corporativo, cleptocrático y prebendario elogiado por los keynesianos.







Hoy la Argentina demuestra una derrota total no de Lord Keynes- para el cual la inversión pública debía estar controlada por la cámara de los lores y no por De Vido o Aníbal Fernández vía superpoderes- sino de los neokeynesianos que ya no pueden encubrir su ridículo al volverse indistintos de Ernesto Laclau, apólogo de Chávez. Les queda por adherir a inminente invasión norteamericana anunciada muy en serio por Chomsky que ya perdió toda huella de pudor.







Lula hizo lo imposible por evitar el default en vez de echarle toda la culpa al FMI. La corrupción que se ha sistematizado en un sistema delictivo no cuenta: no haber leído el Mapa de la corrupción, donde hay un examen detallado de los casos ha sido fatal para estos sabios. ¿Qué dicen ahora estos dos Premios Nobel que no hacen uno, del brutal recorte del gasto público acompañado de la restricción de las importaciones de las que el país depende en un 80%. ¿Por qué si la sustitución de importaciones ha sido exitosa tienen que prohibirlas? Giorgi acaba de alabar los récords de inversión en gas y petróleo mientras la Presidenta protesta contra la falta de inversión en esos sectores y hay que importar combustible. Y ellos aplauden que se viole la ley de contradicción y el mínimo sentido común y nadie sepa a qué se debe el curioso negocio del fuel oil donde se exporta más barato el de buena calidad y se compra más caro el que viene contaminado. Los Oyarbide cajonearon las denuncias.
Los bancos son empresas y como tales tienen que quebrar y si hay delitos financieros sus responsables tienen que ser juzgados. Hay que dejarlos caer como hizo Estados Unidos con el banco de inversión Lehman Brothers. Se fueron a su casa sin dejar de ser multimillonarios. Para la mentalidad Europea esto sería una tragedia. También para Paul Krugman que desde el New York Times pide, mejor dicho, "ordena" que el Estado ponga directamente capital en los bancos, hay que salvarlos contra viento y marea por los que pagan impuestos. Unos bancos fueron absorbidos por otros. ¿Cuál fue el drama? Eso más que el fin del mundo fue derrumbar una pirámide de mentiras y seguir las pautas que sostienen la existencia misma del capitalismo.
El León inglés no es león sólo por valiente sino por zorro, como decía Joyce: no quiere saber nada con los sofismas que se gastan para que nada cambie. Se mantiene apartado y acusado de poco solidario. El nuevo proceso de integración europeo tendría que ser desde abajo hacia arriba- bottom-up- y tener en cuenta la acción de los individuos y las empresas, todo tipo de emprendimientos, libre de barreras fronterizas, favoreciendo la competencia y abandonar una centralización jerárquica que no es muy democrática porque no tiene los contrapesos que Estados Unidos si tiene– todavía- mediante la división de poderes.
Lo que hace esta muy seductora señora es sustituir la palabra “competencia” por “guerra”- la verdadera guerra está en otra parte- y ahí es donde logra un gran efecto mediático.
La crisis en Estados Unidos se originó cuando luego del atentado a las Torres Gemelas, Greespan bajó la tasa de interés y comenzó un endeudamiento sobre el que las clases humildes no podían responder y algunos vivos como Madoff se aprovecharon piramidalmente. No pasemos por alto que el período Bush fue el de mayor crecimiento de la economía mundial y también de la Argentina hasta que se estrelló con la burbuja inmobiliaria. Pero eso no fue intencional o programado. La izquierda criolla se atribuyó el logro, fue todo un éxtasis llenarse los bolsillos a cada cosecha de soja y dar manija al consumo violando la ley de Say- es la oferta la que determina la demanda y no al revés- mientras se condenaba al “imperialismo”…cuando vino la crisis se vimos un espectáculo cómico: la izquierda dando consejos, más preocupada por el fin del capitalismo que los chupasangres de Wall Street: no se escuchan hablar. En realidad la crisis los desnudó como a esos poetas superburros que hablan contra el “neoliberalismo”- identificándolo al menemismo que forma parte del mismo sistema- y desde hace años cobran cifras vergonzantes en premios municipales por su fidelidad al estado cleptocrático y a la cultura que le es complementaria. La mayoría de la oposición no piensa muy distinto.
El sistema que dio lugar al euro es parecido a la convertibilidad argentina, tiene como condición el no endeudamiento o el gasto público irresponsable que es lo que pasó en España y en Grecia, en este caso con matices delictivos como sucedió en la Argentina: aquí como allá los Duhalde que licuaron las deudas con los ahorros de trabajadores y jubilados. Por eso protestó Eslovenia: ¿por qué tenemos que pagar la fiesta de los otros? Son crisis que ha vivido el capitalismo que se define por la destrucción creativa según Joseph Schumpeter: si se la reprime sólo hay destrucción de la economía como en el socialismo de corte soviético, hasta el populismo ha entendido eso pero no puede con su naturaleza prebendaria y clientelista. Muchos no entienden que no puede haber democracia sin capitalismo, aunque hay capitalismos sin democracia como en China o Vietnam. Yo comenzaría por indagar no sobre el dólar o el euro sino por el dinero en sí mismo a través de su desarrollo histórico, desde el trueque hasta el patrón oro, al que algunos quisieran volver y que Nixon separó definitivamente de su relación con el dólar: esa sí fue una crisis del dólar aunque se la llamó “crisis del petróleo”, por sonar más mediática. El dinero no es una cantidad que puede imprimirse libremente por decreto sino una cualidad que el mercado descubre en los bienes y activos. Esto todavía es chino básico en la Argentina, país inflacionario y defauteador serial, atento a los charlatanes que confirmen este estado de cosas.
El dinero es papel pintado por el Estado, es decir, nada, sino es deseado por el mercado que es el único agente legítimo de liquidez, el resto es retórica bienpensante. Por lo tanto en mi opinión modesta la salida de las crisis está siempre en la liberalización de los mismos, en la descentralización burocrática de la Unión Europea y no en la Gran Regulación o la delirante tasa Tobin, sinónimo de más burocracia, ni el populismo que está haciendo Obama estatizando la economía que impide el proceso de destrucción creativa- las empresas estatales ineficientes terminan siendo pagas por la mayoría- o el proteccionismo europeo que no deja entrar nuestros productos.
El último chiste Página 12 alude a malvados conspiradores de Davos, como salidos de una novela de Hugo Wats, que piensan destruir Europa y venirse para estos pagos para seguir su tarea. Mal chiste. Tengo uno mejor: informarles que aquí Moreno destruyó la industria de la carne- millones de cabezas- y ya no hay asado ni pa´ escupir. Y que desde el Rodrigazo, causado por la demencial política de Gelbard- congelamiento de precios, suba de salarios- la Argentina hasta hoy es un país sin moneda, dolarizado mentalmente, sin que eso importe a tanto nacionalismo patriotero ahora desesperado a la caza de dólares.




Tal es así que a Don Pedro le puede saltar al cuello Rintintin por querer cambiar cien dólares para no ser estafado por la inflación y el sargento García a falta de hacerlo con el Zorro creer haber capturado a Bin Laden.








I) La farsa de la antiglobalización: John Zerzan y Noamí Klein. Libros peligrosos



En este ensayo examino dos perspectivas antitéticas contra la globalización: la del coherente Zerzan que plantea la vuelta al paleolítico y vive humildemente con un viejo televisor en Eugene-uns pequeña localidad de tradición hippie- y la de Klein que proclama que hay que gobernar las multinacionales. Zerzan se negó a editar sus libros- La catástrofe del posmodernismo y Futuro primitivo- que circularon en fotocopias. Antropólogo de profesión, se gana la vida cuidando niños. Vivió en el anonimato hasta que los antiglobalizadores lo convirtieron en uno de sus ídolos aunque no tenga nada que ver con ellos por su anarquismo integral. Para Zerzan la humanidad vivió en una larga edad de oro hasta que surgió la agricultura- que ocupa el lugar de un pecado original que redimirá el "futuro primitivo"- que dividió a los hombres y dio comienzo a las guerras. Zerzan ve en Marx un ideólogo más de la sociedad industrial y en los comunistas los "peores aliados de la civilización contra la sociedad".


Las críticas de Zerzan al posmodernismo y al situacionismo en que ve dos caras del espectáculo contrarias a la "pulsión paleolítica" son tan lúcidas como a la izquierda que levanta banderas de Guevara y que considera como más burguesa que la propia burguesía. Sus héroes son los ludistas que al principio de la revolución industrial destruían las máquinas: este hombre pacífico llama a demoler la civilización técnica como Unabomber pero sin bombas ni violencia. Sus artistas Kandinsky- por romper la perspectiva- Shoenberg- ataque a la música tonal- y los rockeros punk donde resuena la pulsión paleolítica. Aunque contrario a sus ideas, en especial a su pacifismo que dejaría en mundo en manos de un nuevo totalitarismo que exterminaría todo vestigio de la pulsión primitiva suprimiendo las formas artísticas como ya hubo antecedentes, pienso que en el pensamiento de Zerzan hay una relación con la verdad. Dicho de otro modo: la modernidad no puede ser tautológica, vivir a imagen de lo moderno mismo porque deriva en el nihilismo. A su modo muestra la permanencia de lo arcáico que, más allá de su utopía, tiende a ser reprimida por las diferentes ideologías de la neutralidad o exclusión del sujeto y que reaparece en el arte y la literatura y analizo en Lecturas del Museo.

sábado, 28 de enero de 2012

Qué pasó en Islandia? Por Juan Rallo Julián



Si –dejando de lado Estados Unidos– ha habido una crisis que ha cobrado brillo propio, ha sido sin duda alguna la de Islandia. La intensidad del desplome de su economía fue tal, que, en medio de un pánico financiero internacional que amenazaba con llevar a la quiebra a la mayor parte de los bancos internacionales, los periódicos encontraron un espacio destacado para informar sobre los acontecimientos de ese país del que pocos habían tenido noticia antes, salvo por sus géiseres.
La mayoría de los rotativos atribuía la crisis islandesa a la desregulación financiera y al retroceso del Estado. En sus cabezas, Islandia aparecía como un caso flagrante de libre mercado fracasado. Y no, desde luego, porque el tamaño de su sector público fuera diminuto o se hubiera reducido entre 2001 y 2007; más bien al contrario: justo antes de desatarse la crisis, la presión fiscal islandesa era la novena más alta de la OCDE (41,1% del PIB), por encima de la de países como Alemania o España y al nivel de otros tan socialdemócratas como Francia o Finlandia.
No: si numerosos economistas y periodistas se lanzaron a la piscina de la identificación de Islandia con el mercado libre fue por dos motivos. El primero, relativamente disculpable, es que Islandia concluyó la privatización de su sistema bancario en 2003, y ya se sabe que cualquier país que privatice alguna de sus industrias –especialmente si es la que causa problemas– merece el sambenito de potencia ultraliberal. El segundo, sin embargo, no deja de ser un reflejo de la impotencia que muchos intervencionistas sintieron ante la crisis islandesa: cuando quebraron los bancos de la isla, en octubre de 2008, el Estado se planteó rescatarlos, pero se dio cuenta de que le resultaba del todo imposible, porque las deudas de la banca eran once veces superiores al PIB del país, y para más inri la mayor parte de las mismas eran en moneda extranjera.
Para los amamantados en el mito de la omnipotencia estatal, semejante fiasco, semejante ducha de agua fría, obviamente sólo podía significar que algún tipo de perversa influencia estaba teniendo el ultracapitalismo. Lo que debería haber sido un choque de bruces con la realidad se convirtió en una coartada para seguir creyendo en las bondades del Estado, sólo limitadas por la rapiña de los mercados libres.
El problema, sin embargo, es que nada de todo esto nos ayuda demasiado a esclarecer la realidad y a comprender qué sucedió en ese país europeo. Analizando con un poco de detalle la situación, podemos comprobar que el caso de Islandia no supone ninguna excepción con respecto al del resto de economías: sus bancos se endeudaron masivamente a corto plazo para invertir a largo. En concreto, en algunos momentos de 2008 debían a 3 meses 500.000 millones de coronas islandesas más del dinero que tendrían disponible en ese mismo plazo; una cantidad que equivalía a más del 33% del PIB del país.
Las razones que incitaron a los bancos a emprender esa insostenible estrategia financiera las he expuesto de manera extensa en muchos otros artículos, así que me limitaré a sintetizarlas: los tipos de interés a largo plazo son bastante superiores a los tipos a corto, de modo que pueden lograrse cuantiosas ganancias tomando prestado al tipo bajo e invirtiendo al alto. Claro que esta estrategia, por rentable que sea, no deja de estar condenada al fracaso: si los pasivos de los bancos vencen mucho antes que sus activos, más pronto que tarde se encontrarán en una situación de iliquidez, antesala de la suspensión de pagos. Que esto último no se produzca se debe simplemente a las permanentes intervenciones de los bancos centrales en los mercados interbancarios tendentes a refinanciar y sostener a los bancos con mayores problemas de iliquidez; es decir: sólo gracias a la manipulación que ejercen los bancos centrales sobre el dinero fiduciario de curso legal, que emiten en régimen de monopolio, los bancos privados pueden seguir endeudándose a corto e invirtiendo a largo, por mucho más tiempo del que sobrevivirían en un mercado libre.
Aun así, los bancos centrales no pueden retrasar indefinidamente el colapso de esta estrategia, ya que el problema subyacente es que se está invirtiendo a través del crédito mucho más de lo que se ha ahorrado, con el resultado de que la estructura productiva de la economía se distorsiona –con demasiada inversión demasiado alejada del consumo final–, y debe terminar reajustándose en forma de crisis económica.
En este sentido, pues, los bancos islandeses no fueron una rara avis. Si acaso, la nota más distintiva hay que buscarla en el hecho de que se endeudaran a corto en moneda extranjera para invertir a largo en moneda nacional. Dado que durante la primera década del siglo XXI los tipos de interés han estado mucho más bajos en Estados Unidos o en la zona del euro que en Islandia, los bancos islandeses emitieron enormes cantidades de deuda a corto plazo en moneda extranjera, que luego convertían en coronas islandesas (el indicador de la masa monetaria, M1, se multiplicó por 5,5 entre 2002 y 2007 frente a un incremento bastante más moderado del 16% en EEUU), y las prestaban a los ciudadanos islandeses. Es una práctica similar a la de los inversores que en España contrataron una hipoteca multidivisa tratando de aprovechar los menores tipos de interés hipotecarios de los sistemas monetarios extranjeros.
Para que nos hagamos una idea: casi el 70% de la deuda de los bancos islandeses había sido concertada en moneda extranjera, especialmente euros, dólares, libras y coronas noruegas. Parte de esa deuda se había vuelto a prestar a extranjeros (los bancos islandeses actuaban en este caso como simples intermediarios financieros internacionales), pero otra porción muy significativa (unos 2,5 billones de coronas islandesas, casi dos veces el PIB de la isla) había ido dirigida a préstamos internos.
Esta enorme expansión del crédito se canalizó especialmente a la minería de aluminio y al sector de la construcción, y tuvo su reflejo en el saldo exterior de Islandia. Dado que los bancos habían concedido a los islandeses mucho más poder de compra del que los islandeses habían producido y ahorrado, las importaciones se dispararon: si en 2003 el déficit exterior era del 0%, en 2006 llegó a situarse en el 30% del PIB.
Todo este entramado –que a medio plazo implicaba un desembolso brutal en divisas extranjeras, de las que carecía el sistema bancario– podría haberse sostenido mal que bien si el banco central islandés hubiera tenido cantidades apreciables de reservas de divisa extranjera para hacer frente a tales pagos. Básicamente, podría haber intercambiado las coronas islandesas que tenían los bancos privados por los euros y los dólares que necesitaban. Sin embargo, la cantidad de divisas extranjeras que suelen hacer falta para este tipo de operaciones son de tal magnitud, que los bancos centrales suelen mostrarse impotentes a la hora de la verdad. Para tomar alguna referencia: antes de sus respectivas crisis monetarias –en 1994 y 2001–, la deuda externa de México era 12 veces superior a sus reservas de divisas extranjeras, y la de Argentina 5; pues bien, la islandesa era, en octubre de 2008, 32 veces superior a las reservas de divisas del banco central, lo que claramente indicaba una fuerte incapacidad para atender los pagos extranjeros, especialmente los concentrados en los vencimientos más inmediatos.
Lo curioso es que casi nadie se percatara de los enormes desequilibrios que presentaba la economía. Para los bancos islandeses, ese volumen de deudas extranjeras significaba que si en algún momento los mercados interbancarios internacionales se les cerraban, no podrían acudir al banco central islandés para refinanciarse, salvo por el importe de sus escuálidas reservas de divisas (aquél puede crear coronas islandesas, pero no dólares o euros). Pero parece que ninguno vio venir los problemas. De hecho, leyendo sus informes anuales uno tiene la impresión de que incluso se mostraban seguros de que contaban con sobradas divisas extranjeras como para atender todos los pagos futuros.
La fuente de esa ilusoria confianza eran uno de esos productos de ingeniería financiera que se desarrollaron a raíz del abandono del patrón oro: los swaps de divisas. Un swap de divisas no es más que un intercambio de los flujos de caja futuros que recibirán los implicados en sus respectivas monedas. Imagine que un empresario español vende su mercancía a Estados Unidos y que, por tanto, cobra en dólares pero que, al mismo tiempo, paga su hipoteca en España en euros; e imagine también que en Estados Unidos hay un empresario en una posición análoga: vende a España y cobra en euros pero paga su hipoteca en dólares. Si los dos empresarios se quedan de brazos cruzados, se enfrentarán al muy temido riesgo de cambio, esto es, a la posibilidad de que, por ejemplo, el dólar se deprecie muchísimo y, por seguir con el ejemplo de arriba, el empresario español vea dispararse el coste real de su deuda en euros (como debe convertir sus ingresos en dólares en euros para pagar la hipoteca, si el dólar se deprecia necesitará muchos más dólares que antes). Así pues, a ambos sujetos les interesa eliminar ese riesgo concertando un swap: el empresario español se compromete a entregar cada año una parte de sus beneficios en dólares al empresario estadounidense, a cambio de que éste le entregue una parte de sus beneficios anuales en euros (por ejemplo, 100.000 euros a cambio de 130.000 dólares). El tipo de cambio se cierra en ese momento (1 euro por 1,3 dólares), y ya pueden olvidarse de la cotización internacional de las divisas.
Los bancos islandeses suscribieron multitud de swaps de divisas para tener cubiertas todas sus posiciones. Lo que no llegaron a comprender fue que el descalce de plazos, haberse endeudado muy a corto plazo e invertido a largo, arramblaba con la asistencia que pudieran prestarles los swaps. Si estás muy endeudado a corto en moneda extranjera, puede que llegue un momento en el que necesites de inmediato cantidades enormes de esa moneda extranjera, mientras que los swaps sólo te proporcionan cada año una pequeña suma: la porción de la inversión a largo plazo que se recupera anualmente. Dicho de otra manera: si un banco ha pedido prestados 100.000 yenes para conceder una hipoteca de 100.000 euros, con un swap podrá convertir cada año en yenes la letra anual que pague su deudor (por ejemplo, 10.000 euros), pero no de repente la totalidad de la hipoteca.
Así pues, mientras los bancos centrales extranjeros seguían expandiendo masivamente el crédito (entre 2002 y 2005), los bancos islandeses no tenían demasiados problemas para renovar sus deudas a corto plazo en moneda extranjera. Simplemente tenían que acudir a los mercados interbancarios y pedir una refinanciación de sus créditos. No obstante, cuando a partir de 2006 el grifo del interbancario comienza a cerrarse, Islandia empieza a experimentar graves dificultades en forma de inflación y depreciación de la corona. Sin embargo, las fuertes subidas de los tipos de interés (del 9 al 12,75%) dictadas por el banco central consiguen frenar el proceso inflacionario y postergarlo; hasta que la crisis de liquidez se manifiesta en toda su intensidad: agosto de 2007.
A partir de esa fecha, para atender a sus pagos en divisa extrajera, a los bancos islandeses no les queda más remedio que pedir prestadas coronas al banco central e intercambiarlas por euros, dólares y demás monedas, lo cual provocará una intensísima depreciación de la corona, hasta el punto de que en marzo de 2008 ésta había perdido el 30% de su valor con respecto al euro.
El banco central islandés continúa aumentando los tipos de interés hasta llegar al 15% en septiembre de 2008, tanto para limitar las peticiones de crédito de los bancos como, sobre todo, para conseguir que los extranjeros conviertan sus monedas en coronas y las depositen al 15% en la isla. Además, en ese período también logra que el banco central de Noruega le conceda un crédito extraordinario para poder refinanciar las deudas nominadas en coronas noruegas. Los esfuerzos no son del todo en vano, porque aunque la inflación sigue escalando hasta el 14%, la depreciación de la corona islandesa se detiene.
Sin embargo, este encaje de bolillos salta por los aires cuando quiebra Lehman Brothers y el pánico se extiende por todos los mercados financieros del mundo. A partir de ese momento, el crédito se restringe de manera muy considerable y los tres grandes bancos islandeses –el Glitnir, el Landsbanki y el Kaupthing– entran en quiebra, a raíz de lo cual pasan a ser controlados por el Estado. Si hubieran dispuesto de créditos a corto plazo, habrían podido hacer frente a sus obligaciones a corto, o, en caso de que hubieran tenido sus deudas a corto en moneda nacional, el banco central podría haber refinanciado sus operaciones durante un tiempo. Pero como no era ninguno de esos casos, se veían forzados a vender sus activos a largo plazo en moneda nacional para acudir con las resultas a los mercados internacionales de divisas para obtener moneda extranjera a un precio cada vez más alto (ya que necesitaban comprar grandes cantidades de moneda extrajera de manera inminente, y además la expectativa era que la corona se siguiera depreciando). Con lo cual sus activos sufrían un doble recorte: el descuento derivado de vender en grandes cantidades activos a largo plazo y el descuento derivado de convertir apresuradamente el dinero de esa venta en moneda extranjera. Ese doble recorte daba lugar, necesariamente, a su bancarrota.
Como es lógico, esas quiebras generalizaron la desconfianza en la corona islandesa (ya que nadie quiere poseer depósitos en un banco quebrado), y su depreciación se hizo aún más intensa: en un sólo mes pierde el 60% de su valor; con lo cual la sociedad islandesa se ve sumida de súbito en una autarquía de facto ante la imposibilidad de seguir importando: incluso hubo problemas de abastecimiento de comida.
Por su parte, el mercado bursátil islandés, cuyo valor dependía en tres cuartas partes de los tres grandes bancos, se derrumbará después de haber estado cerrado más de una semana: el 15 de octubre pasa de 3.004 puntos a apenas 678 (lejos quedaba su máximo histórico de 9.000, en 2007). Todos los que habían invertido allí perdieron, pues, sus ahorros.
Ante la gravedad de la situación, el Fondo Monetario Internacional interviene proporcionando una línea de crédito extraordinaria por importe de 2.100 millones de dólares, que sin ser demasiado con respecto al monto total (alrededor del 3% de la deuda externa islandesa), sí permitía hacer frente a los compromisos de pago en divisa extranjera a corto plazo y, por tanto, estabilizar el valor de la corona.
Desde entonces, la economía está en bancarrota técnica; pero sigue funcionando gracias al crédito exterior que le van proporcionando los países, al estilo de un deudor moroso al que se le va aplazando la hora del pago.
La mejor manera de comprender el caso de Islandia es, pues, que nos imaginemos el país como un gran banco que se endeudaba a corto plazo y prestaba a largo sin que tuviera, autónomamente, la posibilidad de refinanciar su deuda a corto (como habría sucedido durante un tiempo si su deuda hubiese estado nominada en coronas islandesas). Con semejante imagen en la cabeza, más de uno pensará que, efectivamente, el caso de Islandia es un fallo del libre mercado, ya que nadie obligó al banco "Islandia S. A." a asumir estrategias financieras tan descabelladas e insostenibles. Lo cual, claro, sería cierto... si pensáramos que el sistema financiero y monetario actual tiene algo de libre.
En realidad, si uno abandona la ceguera monetarista, la crisis de Islandia es todo un ejemplo de qué le puede suceder a un país en un sistema de dinero fiduciario nacional. Islandia simplemente se sumó a la expansión crediticia que llevaron a cabo los bancos centrales extranjeros –principalmente, la Reserva Federal y el Banco Central Europeo–, bajo la absurda hipótesis de que esas inyecciones continuas de liquidez que presionaban artificialmente a la baja los tipos de interés se mantendrían de por vida.
Nada de esto podría haber ocurrido –o al menos no durante un plazo tan prolongado, que fue lo que volvió dramática la situación en Islandia– en un sistema monetario de patrón oro. En ese marco, los bancos centrales no tienen la capacidad de crear dinero fiduciario nacional para refinanciar las deudas a corto plazo de sus bancos, con lo cual a éstos no les resulta posible expandir el crédito sin respaldo previo de ahorro.
Por consiguiente, en un sistema de patrón oro Islandia no podría haberse endeudado masivamente a corto plazo ni en moneda nacional (oro) ni en moneda extranjera (oro), con lo cual no se habría producido la hipertrofia bancaria, que copó el mercado bursátil, ni los bancos (que hubieran sido más pequeños... y solventes) habrían quebrado. Además, el valor de la corona islandesa, al estar respaldado por el oro, no habría fluctuado lo más mínimo con respecto al de otras divisas (también respaldadas por el oro; con lo cual los tipos de cambio no variarían, serían fijos) y la sociedad islandesa no se habría visto desprovista de importaciones.
Por mucho que les pese a ciertos economistas adoradores del papel moneda, éste tiene bien poco que ver con el libre mercado, ya que es fruto de una imposición estatal (monopolio de emisión más curso forzoso) destinada a privilegiar a los bancos privados y a su insostenible estrategia de descalce de plazos. Y por el mismo motivo, los fallidos swaps de divisas no son un instrumento espontáneo de los mercados libres, sino un mecanismo para tratar de paliar, muy parcialmente, los problemas que genera el abandono del patrón oro.
Sí, los bancos islandeses actuaron libremente, pero sólo dentro de un marco impuesto por el Estado que genera los perversos incentivos para que estas cosas sucedan de manera regular (ciclos económicos). Echar la culpa del colapso islandés al libre mercado sería tanto como decir que la culpa de que un preso que no ha recibido alimento alguno durante semanas es del propio preso porque era libre para deambular por su celda... y aun así no hizo nada para evitar la inanición.

Cortesía de Ilustración liberal.

viernes, 27 de enero de 2012

Gustavo Sala, Página 12 y la fusión roja parda verde. Por Luis Thonis



“El que quiere hacer de ángel hace de bestia” Pascal.

Página 12 cambia de colores como el camaleón, pero en su paleta hay colores constantes que a veces se mezclan: a veces es el rojo- adhesión religiosa a Castro y a Chávez, otras es el pardo- caso de los mal llamados chistes de Sala que son propaganda de tipo nazi- y otras el verde, me refiero a la complicidad con los hitlero islamitas de Hamas, Hezbollah, Irán y cualquier dictadura que les suene antinorteamericana y antisionista. Participa del nuevo Eje antialtantista, heredero de Auswichtz y el Gulag cuyos nostálgicos ideólogos- Chomsky, Badiou, Agamben- al mismo tiempo que niegan su existencia apuestan a favor de los hitlero islamitas como nueva versión universitaria de los pueblos oprimidos.
El discurso de Página 12 no tiene nada que ver con la socialdemocracia europea, por ejemplo, con España cuyos diputados se han despojado de todos los privilegios en la reciente reforma de la constitución asumiendo pautas de responsabilidad fiscal sino con libros como La razón populista de Ernesto Laclau que, cómodamente atornillado en su cátedra en Londres y haciendo una ensalada digna del Astrólogo de Arlt, hace una lectura ahistórica del fascismo y el maoísmo, despojándolos de su carácter dictatorial, salteando en el caso de Mao la política del Gran Salto y los millones de muertos que dejó entre hambruna y exterminio. Ni noticia de la monumental obra de Simon Leys sobre China ni el registro del pasaje al capitalismo más extremo bajo una dictadura de partido único que practica desde hace décadas la limpieza étnica en el Tibet. Eso sin contar la obvia consideración de populares para un régimen como el de Castro y la boligurguesía chavista que se dice antimperialista pero que tiene su principal refinería en Texas. Todo Página 12 está condensada en el insulto de León Gieco a los "putos canadienses" como si entraran al país como Pancho a su casa, omitiendo que hay un Estado que hizo los contratos, sin ningún control del Congreso. Lo grave del asunto es que no sólo el oficialismo sino gran parte de la oposición piensa lo mismo incluso aumentando la apuesta: todo iría mejor si nos limitásemos al "compre argentino" de Alberto Samid o al "vivir con lo nuestro" de Aldo Ferrer. El "vienen a robarnos todos" del nacionalismo a ultranza omite que el petróleo administrado por una compañía extranjera puede estar en mejores manos que en las de Cristóbal López y empresarios nacionales de la patria contratista. Se mezclan todos esos colores y están ausentes los que refieren a una democracia liberal y un estado de derecho sustituidos por un matriarcado delegativo que escala global se va coloreando de rojo pardo verde.





La culpa no se debe a los de afuera sino al mismo modelo que de entrada pasó por alto que el desarrollo de los países nunca se logró a través de los recursos naturales y la negación del conocimiento inmaterial como lo platea Fernado Iglesias en Qué significa ser progresista en la Argentina del Siglo XXI. Lo que obliga a este tipo de cultura a ganar todos los días la batalla de Obligado y volver a pelear guerras que ya están perdidas.




Los siniestros chistes de Gustavo Sala, por ejemplo, el titulado Bife angosto- Auschwitz no fue suficiente, aquí está el sillón verde, el exterminio, la fiesta, debe continuar- han tenido el mérito de exponer de manera cruda el antijudaísmo que estaba reprimido en las formas de negacionismo progre, sea mediante la inversión de las pruebas o las formas light o caviar. Digo así porque el antisemitismo es algo común, una forma de racismo habitual, como la del tachero que habla con bronca de los moishes como de los bolitas pero no sueña con asesinarlos en masa. Shoklender debe ir preso no por ser judío sino porque robó de los fondos públicos, pero los judíos que presenta Sala son meros deshechos como si Auschwitz ya fuera la capital de la humanidad: todavía este sueño tiene porvenir.
Los chistes tendenciosos de Sala son un verdadero ahorro en términos de Freud: la historieta como arte permite la suspensión de la coerción crítica y ahí aflora el deseo de viva la muerte. Se ahorra la Shoá msma. Hay un chiste de Mark Twain que ejemplifica el ahorro de la compasión y el placer humorístico que tiene como resultado: su hermano era capataz de una empresa de contrucción de caminos, explota un barreno y lo lanza al aire, lejos del puesto que tenía asignado y el contratista lo multa con un día de haber por “alejarse de su puesto sin permiso”. La hilaridad se lleva puesta la crueldad del contratista y somos indiferentes al daño corporal del accidentado. Sala se ahorra toda huella de la memoria de la Shoá- mal llamada Holocausto ya que éste supone una voluntad de la víctima- y un retorno no traumático a un escenario que le dio lugar. El ahorro es tan inmenso que el chiste pierde toda comicidad al extremo que no haría reír ni a los mismos nazis. Lo celebrarían como una consigna, como un imperativo dictado de antemano, como una propaganda antisemita de los tiempos de Goebells.

Más que chistes son un insulto a las víctimas que retoman sin innovar la estética nazi analizada por Gombrich- siempre las narices son ganchudas- marcan un punto de inflexión respecto al negacionismo progre que practicaba Página 12, discursos del tipo de Pedro Brieger o Atilio Borón que siguen el método de Chomsky de defender los regímenes más genocidas- caso al Baschir- presentándolos como democráticos porque son antiimperialistas o negar la existencia de otros ayer el de Pol Pot y hoy Zimbaube o Corea del Norte.


Sartre dijo sin pestañear en 1950 que fue Corea del Sur la que invadió al Norte iniciando el método de la inversión de la carga de la prueba. Ya en la guerra de Vietnam todo el mundo estaba en contra de quien peleara por el mundo libre aunque fue el Norte el que atacó al Sur. Todorov afirmó que los crímenes de Ho Chi Min superaron largamente a los norteamericanos. A mediados de los noventa los mandarines de Hanoi se incorporaron al FMI y nadie quiso saber más nada de Vietnam y su colonización de Camboya. Resulta evidente que si EEUU hubiera ganado la guerra habría instituciones libres en Indochina como hoy en Corea del Sur. Así nació el negocio de los “pueblos oprimidos”.




Cuando apareció a la luz de todo el mundo el Archipiélago Gulag, Chomsky por un problema de un editor que se negó a publicar un libro suyo sobre los crímenes norteamericanos en Vietnam hizo un escándalo para probar que había censura en Estados Unidos. Aunque pueda ser injusto un editor tiene derecho a no publicar una obra: con ese argumento, Chomsky trataba de demostrar que en Estados Unidos había la misma censura que en la Unión Soviética pasando por alto los más de veinte millones de víctimas del Gulag del mismo modo que las atrocidades de Ho- Chi Min posteriores al retiro norteamericano y a los boat people que se ganaron la burla de García Márquez que hizo lo mismo que Sala con los judíos.
Chomsky negó la existencia de Alquaeda y fue elogiado por la multinacional terrorista ahora en repliegue, se entrevistó y fotografió con el líder de Hezbollah y pese a sus aberraciones sigue siendo considerado un progresista y un hombre ético, fue premiado incluso como el mejor intelectual del mundo. El grupo Quebracho y Luis D´Elía podrían haberlo acompañado.
El motivo: hay un público de consumidores contestatarios de clase media que demada, vive comiendo eso e incluso lo aplaude. Desea la servidumbre voluntaria y el pueblo ha dado muestras de ello en su amor por los dictadores- sea Galtieri o Fidel Castro, aplaudido a rabiar en el Congreso- o sucedáneos mafiosos, el pueblo que nunca votó a Menem y volvió a votar a los Kirchner.
Las infamias de Sala suponen una vuelta al negacionismo duro como el de Robert Faurrison, que negó la existencia de cámaras de gas en el nazismo.
Los chistes de Sala excedieron la demanda, apareció su deseo de volver a los tiempos de la Shoá, cuando los judíos no podían defenderse. Van en contra del negacionismo progre cultivado por los articulistas de Página 12, por ejemplo, Alejandro Kaufman que escribe: “Autodefinirse como de derecha requiere deslindarse del horror radical, tarea ingrata y punto de partida perdidoso para quien sea. Esta sola circunstancia nominativa define una diferencia: no es vergonzoso autodenominarse de izquierda porque no resulta difícil aclarar que los horrores de Camboya o de Stalin son más deudores de las derechas que de las izquierdas. En todo caso, un razonamiento que vincule el corazón del pensamiento de las izquierdas con las violencias o con el horror deberá admitir que hay una contradicción insalvable entre los fundamentos históricos y teóricos del pensamiento emancipatorio y algunas de sus derivaciones inaceptables.” Tesis nueve. Revista pensamiento de los confines. Nº 15, diciembre 2004. Págs. 71 y sgts.
Kaufman no tiene la prestigiosa desfachatez de un Chomsky, no niega los millones de muertos de Stalin o Pol Pot pero nos dice que fueron de “derecha.” (¿Ricardo Alfonsín, Macri?)
Stalin, por lo tanto, nunca escribió Fundamentos del Leninismo- teoría del imperialismo que nada tiene que ver con Marx y todavía vigente en estos pagos- o Pol Polt no tuvo influencias de Ho Chi Min en su estadía en París y luego de Mao, cuya revolución cultural aplicó en Camboya, quemando etapas y asesinando a un cuarto de la población. El mismo Lenin- el verdadero- también sería de derecha, porque masacró a más de un millón de personas de Kronstand en adelante y liquidó a todas las facciones de izquierda desde el momento en que tomó el poder. ¿Y a mí que me queda?, diría el fallecido Fraga Iribarne, un niño de pecho en comparación con estos exterminadores y que defendió la democracia cuando el intento de golpe de Estado de Tejero.
Llamando al pan pan y al vino vino sería mejor decir como Cornelius Castoriadis que el marxismo leninismo fue la ideología más criminal en número de víctimas de la historia de la humanidad. ¿Qué libros leyó Kaufman sobre el siglo veinte?
Ni a Furet, ni a Lefort, ni a Poliakov ni al notable libro de Claude Milner sobre el nombre judío: la voluntad de ignorar cuenta más que la ignorancia.
Sus discursos sobre Medio Oriente reproducen en clave progre las mismas palabras de los carniceros nunca mencionados de Hamas, Hezbollah, la Jihad Islámica sobre los “pobres palestinos” víctimas de Israel que les robó las tierras- cuando las ganó en las guerras que le hicieron desde 1948 y de haber perdido una ya no existiría- pasando por alto las cientos de mujeres que matan por año o cómo usan la ayuda multimillonaria en educar a los niños para ser bombas vivientes o usarlos de escudos humanos. Israel como todo estado no es inocente: se trata de saber por qué tiene que aceptar ser bombardeado pasivamente, abrir el muro de contención y recibir con una amplia sonrisa multicultural a la cultura de los cinturones con bombas. Se trata de la cada vez más acentuadaza fusión de los totalitarismos rojo- comunista- con el pardo- nazi- y los hitlero islamitas que encarna lo que podríamos llamar el totalitarismo ideal ya que se dice en nombre de lo teológico político, el partido de Dios, Hezbollah. Forman parte de un discurso de la fusión y la convergencia analizado detenidamente por Alexander Del Valle.
Sala en ningún caso hará chistes sobre Ahmadineyad y sus secuces: con esos no se jode. Ni se burlará del discurso de Ismael Haniyed de diciembre del año pasado en el 24 aniversario de la fundación de Hamas- léanla, ven judíos hasta detrás de los árboles- donde dice que el pacto con Fathah es estratégico y van a continuar hasta destruir todo Israel: el tema de los territorios es puro pretexto, Israel devolvió Gaza y se instaló una base iraní. Todo esto no existe para los bienpensantes.
Lo que Sala, vía inconsciente, ha mostrado, es lo que “verdaderamente piensan” más allá de la retórica progre y victimista, no sólo los intelectuales del oficialismo- que podrían ser parte de la declaración jurada de los K- sino la oposición, por ejemplo, Beatriz Sarlo que pasó un gran papelón luego de la clase que le dio Pablo Jakobkis por considerar a Israel “genocida” porque sonaba bien
Sarlo exaltó a Mao cuando éste ya había cumplido la política del Gran Salto a fines de los cincuenta que entre represiones y hambrunas dejó unos treinta milones de muertos. El que la refutaba era considerado reaccionario. Es gente que vive dando clases para un Kindergarten y llegan a los temas con diez o veinte años de retraso. Los que saben algo se callan la boca por miedo a perder consenso. La voluntad de ignorar supera a la ignorancia no sólo de que el mundo está en guerra sino que hay una guerra de los mundos que se caracteriza por tener como blanco a los civiles indefensos, sea en Darfour o en el Tibet, en Nigeria pastores musulmanes de la etnia fulani asaltan las viviendas de las localidades de Dogo Na Hauwa, Ratsat y Jeji en las primeras horas de ayer matando a todos los que encontraban en ellas, principalmente mujeres y niños, ya hubo dos sucesivas masacres de coptos en Alejandría por parte de los hitlero islamitas que practican la limpieza étnica en los países árabes con cristianos y budistas, las cosas hoy también se complican en Turquía ante el giro del partido islámico que abandona las reformas de Kermal y en la voz de su primer ministro Erdorgan no sólo no reconoce el genocidio armenio sino que niega el de Darfur porque “un musulmán no puede cometer genocidio”.
¿Cuál es el objetivo?
Presentar la visión de un mundo Kindergarten- mancillado por maldades judías o yanquis- que ya no existe a imagen y semejanza de los setenta y transformar al sujeto en zombi terminal, alguien que crea en esas versiones del mundo que son un insulto a las pocas neuronas- y de dignidad- que le quedan a los argentinos, lo digo por los que ahora patalean, los riojanos que votaron a Beder Herrera o al gobierno dejándose humillar por una justicia en manos de Oyarbide y creyendo en el INDEC de Moreno, aun peor que la tabla de devaluación de Martínez de Hoz que por lo menos le informaba al trabajador cuánto le expopiaba mensualmente el Estado. O la inminete invasión yanqui anunciada por en un reciente video por Chomsky. El último chiste aparecido en Página 12 sobre la reunión de Davos es complementario a las injurias de Sala: hay una conspiración para destruir a Europa de la cual son culpables los yanquis y no las políticas adoptadas por los griegos o Zapatero. Van a terminar con Europa y luego venir a la Argentina: habría que decirles que no esperen comer carne porque Moreno destruyó esa industria con su subsidio al lomo a diferencia de Brasil o de Uruguay.
En un país donde las nociones de la historia del siglo veinte ni las leyes elementales de la economía cuentan no es extraño que la teoría de la conspiración que pervierte la causalidad atribuyendo a cada hecho una intención subjetiva se haya convertido en el modo hegemónico de lectura. Cuando ya no se puede tratar como reos a los hijos de Noble, que no resulte creíble que Clarín o La Nación sean los culpables de la crisis en curso aparecen los judíos como chivos expiatorios y por metáfora otros descerebrados piden campos de concentración para los opositores.




Maikel Nabil, de origen copto, es una voz singular en la Primavera egipcia. Ha sido condenado a dos años de prisión en una célula sin lecho y en las peores condiciones por denunciar las violentas represiones de los militares en el poder. Se define en su blog como liberal, pro capitalista, secular (laico), feminista, pro occidental, pro israelí, ateo, materialista, mundialista...algo indescifrable para la "ideología argentina" y el negocio de los oprimidos. Esto responde a un contexto donde la violencia y el sectarismo contra los coptos se ha convertido en una convocatoria a la masacre contra los que concurren a las iglesias. Su compromiso a favor del mantenimiento de la paz con Israel le ha ganado la acusación en los medios gubernamentales de estar pago por el extranjero y de “antinacional, cristiano ateo” y “pro sionista. Los que están a favor de su liberación pueden escribir para exigirla a la embajada de Egipto.



Se anuncia una superproducción polaca sobre el cura asesinado en 1984 por la policía secreta del comunismo polaco, silenciado por los neo negacionistas."Era un deber hacer una película sobre Popieluszko. Cuando yo era pequeño él hablaba bien alto y con valentía de lo que la gente pensababa y no podía decir. Y murió por eso. Como dijo Juan Pablo II este sacerdote murió por nosotros, como Cristo. Por eso pensé. Cuando Polonia sea libre necesitaremos recordarlo. Decidí hacer una película sobre él, pues sino las próximas generaciones no sabrán lo que pasó".


Será un agujero más sobre el muro de silencio que coexistió con el de piedra y se ha reforzado luego de su caída: la mitología comunista ha quedado intacta a la crítica como lo prueban las lucubraciones de los Zizec y otros nostálgicos que cada vez que hablan insultan millones de víctimas.

lunes, 16 de enero de 2012

Macedonio Fernández: máximo de individuo, mínimo de Estado. Por Luis Thonis.



“Los privilegiados se habían dado cuenta desde hace bastante tiempo de que la base más segura para la oligarquía es el colectivismo”
George Orwell, 1984.

"No veo dilema forzozo en mi primera pregunta, pues el ‘determinismo económico’, el ‘ materalismo histórico’ ya cursaron su curso”.
Macedonio Fernádez, El disconformismo individualista( Gaceta del Foro, 1920)

Metafísica, política y estética on los aspectos más frecuentados en la obra de Madeconio Fernández. Menos se habla sobre su pensamiento sobre el Estado, omitido por la hermenéutica que rescribe la historia y la literatura, según el curso interminable de materialismo histórico en la mano. Macedonio escribe: “El Estado debe ser meramente el mínimo renunciado de libertad, porque el mayor bien psicológico y económico es la libertad, o porque el bien por coerción casi nunca compensa la degradación psicológica que la coerción inflinge a la persona coercida y a la coerciente, la que se traduce en degradación de la persona económica de ambos, del hombre como creador de valores”
Con Borges tiene en común la exigencia liberal de un mínimo de Estado en lo político, pero en lo literario, la diferencia con él es ostensible entre el lugar del sujeto que enuncia y la actitud respecto de los géneros. Borges respeta estos de antemano e inventa desde ese punto de partida. Incluso cuando hay un cruce genérico, esa instancia va de la mano del juego de las simetrías invertidas que sostiene a sus narraciones- sea del traidor que es el héroe, sea del Judas que es Jesús- según una lógica precisa : dos elementos se revelan uno, el mismo que, por otra parte, no es. Para Borges se trataría finalmente en tanto que para Macedonio Fernández se llega al no ser a fuerza de querer ser en demasía: el zapallo que se vuelve cosmos o la manzana devuelta a su estatuto empírico, en tanto cosmos que no se puede ver ni nombrar. Todo esto redunda en posiciones distintas ante la guerra : la forma típica de combate en Borges es el duelo, unas de las primeras víctimas del abolicionismo, pero en cuanto a la guerra total, que se inicia desde la primera guerra mundial y las teorías de Ludendorff, todo cobra un aura wagneriana y se resuelve en una paz indiferenciada, la banalidad final que corona la épica más entusiasta se revela tautológica ; en Macedonio, por el contrario, la guerra se vuelve el último recurso para sostener una forma de vida y de civilización y ,en ese sentido, continúa a Sarmiento y Alberdi, quien escribió que sin la existencia de Inglaterra no hubiera habido libertad en el mundo. Ambos se sitúan de modo exterior e irónico a la Universidad que todavía no se había convertido en la madre de los nihilismos que apuntan a democratizar la nada y un descerebramiento que deriva en la religión negacionista, la forma actual que Macedonio anticipaba como maximalismo.
Macedonio en la década del veinte está en retirada y desigualdad de fuerzas ante los avances del nacionalismo y el socialismo, que tuvieron en Lugones a un creyente, tentaron al mismo Borges y terminaron en el golpe de 1930- a partir de lo cual los desastres institucionales se resuelven con la presencia cada vez más autoritaria y dirigista del Estado. Desde entonces vivir del comercio se convertirá en una empresa cada vez más difícil por obra y gracia del Estado Providencia que, según Macedonio, “comercia y ara, fija los precios de las mercaderías y salarios, arbitra huelgas como juez forzoso, legisla las ventanas y los muros, las velocidades y las tarifas, las diversiones, los vicios...”, amén de una enumeración interminable en la que se ve cómo va usurpando las funciones propias del individuo y volviendo obligatorio lo que no es sujeto a derecho, logrando que cualquier cosa pueda serlo : esta liquidación del derecho por el derecho mismo, con la cual se expropia al pueblo de sus bienes con el beneplácito del pueblo mismo, es el eterno artilugio de los tiranos, y una demagogia que no reside sólo en su persona sino en un conjunto de ideólogos parano-psicópatas que con una mascarada universitaria o doctoral pueden probar cualquier cosa. Hay que aclarar que este estado nunca rigió en la Argentina como en Europa que permitió medio siglo de bienestar y un satisfacer con exceso las necesidades elementales. Nunca se pudo salir de una trama corporativa y luego de sucesivos golpes el Estado se vuelve terrorista y de una ambición cada vez más depredadora. Vive a expensas de la población y sueña separarse de ella.
La lectura en acto de Macedonio pone en evidencia los sofismas de la Nomenklatura actual , que extiende la lógica prebendaria del capitalismo a todos los sectores de la sociedad sin la cual no se explican las elecciones donde volvieron los mismos que tenían que irse.
Emisión de moneda e inflación estatal son dos constantes de un Estado Benefactor que se caracteriza por empobrecer económica y psicológicamente a quienes debería servir. La antítesis del mismo es el mínimo de Estado que responde a la necesidad de fortalecerlo con una administración limitada y meritocrática que a su vez es controlada por los poderes republicanos. Esto no ha acontecido en la Argentina: los golpes de estado han expandido el Estado y en ese sentido como vaticinó Alberdi el liberalismo ha sido una forma de corporativismo entre otras, que además de apoyar a los golpes de Estado y dictaduras ha acentuado en la última década una política basada en la especulación, cuyo ejemplo descarnado son los capitales de corto plazo o golondrinas
Suele afirmarse que desde el golpe de 1976 hubo un proyecto satánico para destruir la industria nacional y endeudar el país en cifras astronómicas. En esa secuencia se pasa por alto la guerra interperonista que hubo entre 1973-1976, la formación de las tres A por Perón y López Rega y la política de Celestino Rodrigo. La cosa viene de antes: desde el mismo peronismo que retomó la Carta del Laboro de Mussolini y agotó en pocos anos los saldos en millones de libras esterlinas que había en el Banco Central. Perón hizo girar el país a ese segundo occidente- el antiliberal y antioccidental, el del comunismo y el del facismo, que van a combinarse en el peronismo setentista- en que la cultura argentina todavía está atrapada : tal es así que el negacionismo es nuestro maximalismo actual.
Macedonio sin ser profeta, por por ser profeta sin querer serlo, lo atisba muy precisamente. Mira sin ninguna fascinación los totalitarismos sangrientos generados en Europa que recorren el siglo XX, nazismo y estanilismo- además de los nacionalismos fanáticos, que inic’0.[ian la primera guerra mundial, pasan por el franquismo, el facismo y la república de Vichy hasta llegar a nuestros días- y toma partido por el mundo anglo-norteamericano vinculado al estado de derecho y a la democracia imperial. No se puede hacer un pacifista de Macedonio Fernández que no ignora que hay cosas más importantes que la paz y peores que la muerte.
A veces la guerra es el único recurso que queda para defender a una civilización que el autor define como el mal sin maldad : “Yo soy un hombre de la civilización, un egoísta bueno ; así, en el ejemplo que propuse :no soy tan bueno como para retenerme de hurtarle al viajero que estaba adormilado el rico sombrero que se ve junto a él en el asiento : pero sí bueno como para alegrarme mucho de saber después que el sombrero no le gustaba y lo habaría arrojado por la ventanilla un rato más tarde. En cambio, el malvado, que los hay, se alegra de hurtar ese sombrero y de haberle causado un buen disgusto a su víctima”
En esa ética, de filiación anglosajona, no se trata de hacer de lo otro objeto de una máxima universal sino de no causarle disgusto.
Es una voz singular, exéntrica, de un sujeto huérfano y aristócrata, democrático como Churchill por defecto. En lo político no ignora que el Estado, con los pretextos más demagógicos, avanza cada vez más hasta destruir no sólo a la sociedad sino a la misma civilización: “Soy antiestatal : toda civilización verdaderamente avanzada es antiestatal”
El mejor ejemplo de esto lo constituye el máximo de Estado del marxismo, que será el siniestro ideal de no pocos intelectuales : “ la clase obrera, reducida a la esclavitud, no ha tenido ningún derecho en los socialismos concretos en los cuales se manipuló, “educó” y destruyó toda forma de arte y literatura, además de la vida de los artistas, sean Maldestam o Virgilio Pinera entre tantos. Nadie en el mundo occidental y democrático, por otra parte, les creyó a los que vinieron del mundo comunista o como George Orwell comprobaron quiénes eran : mediante mil sofismas stalino-sartreanos fueron neutralizados hasta la caída del Muro. Después, hablar contra el comunismo era ensillar un zaino viejo, algo anacrónico, hacerle el juego al satánico neoliberalismo y sus intereses prosaicos. Así, esa forma superior del revisionismo, el negacionismo- que pasa por alto que hasta ahora todo régimen comunista realizado culmina en el Gulag- fecundaba el estiércol con sus comisarios de El Mundo Diplomático en concurrencia con los poetas stalino- montoneros( que aceptaron premios menemistas) y la gran franja de una izquierda subvencionada, ladina y cajetilla.
Macedonio no está desencantado ni desconsolado. No llora utopías perdidas. Enterado que en última instancia la justicia la hacen los vencedores, está en posición de combate : prefiere ser una irónica digresión en el espacio que el reflejo educado de una nomenklatura. Con simple contundencia, observa la lógica concomitante a un siglo leninista : “ Advirtamos que no damos tropezones con las palabras ‘comunismo’ y ‘fascismo’ porque todos los estados son actualmente comunista-fascistas, dos modos de errarle a lo único bueno :mínimo de Estado” ( Consejo de un confusiano a un maoísta : “no olvidar llevar el barbijo junto con el Libro Rojo”)
Para neutralizar o borrar simplemente frases como la anterior hay especialistas universitarios que tienen como objeto descerebrar a la gente al ritmo de los ideólogos parano-piscópatas. Se trata de adecuar a Macedonio a la lánguida revuelta de la izquierda caviar y subvencionada : no pueden analizar el Estado y la función que ha tenido en el cambalache argentino porque constituyen una pequena oligarquía que se alimenta de versículos donde los mismos adulan a los mismos.
Es evidente que estas citas del libro Teorías( Corregidor, 1974) no aparecen ni por asomo en la mayoría de los trabajos uiversitarios que se han encargado de hacer de Macedonio un casi- socialista, del mismo modo que falta poco para volver a Lucio Mansilla un escritor antiliberal o a Héctor Murena, que caracterizó al marxismo como plusvalía del terror, director de la revista Contorno.
Son operaciones propias de un medio cultural argentino que nunca asumió críticamente la mitología nacional-popular- cubano- maoísta- guevarista de los anos setenta que tuerce la historia para que se la lea desde la hermenéutica heideggero-sartreana-derrideana
Macedonio atisba un universo hobbesiano : la propia jungla convertida en ley mediante una piscología de las multitudes crédulas de las que, como sucede con los personajes de Beckett, al sujeto sólo le cabe ser un expulsado. Se hubiera reído despectivamente de los estribillos de Tony Negri : las masas tan como la imaginan lo que Borges llamó las crédulas universidades. Masa, pueblo, estado, nación : no hay lugar alguno para que alguien puede enunciar alguna cosa y la censura palpita cuando se utiliza la libertad de expresión para ejercer lo chabacano. Las garantís individuales, la libertad de expresión, el derecho a no declarar contra sí mismo son formas de la soberanía del estado de derecho. Cuando esto está ausente o restringido surge una vertiente anarquista del autor que alienta un partido político que se presente a elecciones para que Nadie gobierne : no postula que se vayan todos sino que nadie se presente. Sin embargo, Macedonio no cae en el idealismo anarquista. El anarquismo se revela siempre como una soberanía impostada : todo anarquista lleva en sí un autócrata como todo marxista a un estanilista. Macedonio contempla el universo con los ojos de Hobbes y ante la alternativa de la ley de la selva o la junga sin ley, concluye : el mundo es un almismo.
No todo culmina en Hobbes : en ese estado de naturaleza donde se da la lucha de todos contra todo surge una pauta de diferenciación y discernibilidad. No todos son iguales y apuntan a lo mismo. Es que no luchan sólo los hombres sino que hay una guerra de relatos. Algunos, incluso por métodos bárbaros, luchan por la civilización : aquí, ante esa diferenciación, podemos recordar con Leibnitz que Dios logra a veces los mejores propósitos por medios no del todo buenos. Macedonio quiere y afirma en la guerra de relatos una composibilidad que está en favor de la civilización y no de los nihilismos contemporáneos que coexisten con los totalitarismos. El almismo supone no un vago espiritualismo sino una extrema singularización del cuerpo. No un sí mismo o ser consigo sino un almismo, es decir, una tautología feliz que la filosofía es impotente para deshacer y que da lugara a una aventura : la del arte que aprende a jugar con las tautologías en el límite mismo de lo imposible. Algo que no puede traducirse al lenguaje de una sola vez que pasa por la metafísica, la política y la novela, y ,ajeno al pacifismo de la época, toma partido por la guerra- el bando anglonorteamericano- antes que Hitler abra las condiciones de una época que opone al Oeste contra el Oeste, a Europa contra Europa : algo que se da en el interior de las débiles democracias fascinadas por las providencias del estado total.
Macedonio ve con una claridad inusitada el horizonte de la guerra. No era un pensador de tipo universitario que dice lo que el público está dispuesto a escuchar. Macedonio, en un país que suele enamorarse con gula de los dictadores, bien puede dialogar con Alberdi y con Murena. Autor es una palabra decisiva en sus escritos : toda la revuelta está ahí, en un escritor que está en contra del autor porque es autor de un personaje, que se revela comediante de su propio ideal.
La manzana se convierte en un ejemplo de almismo : “La manzana que no veo, toco, huelo, saboreo, no existe, es decir, cuando la toco, etc.. sólo existe la sensación táctil, térmica, etc.,que yo siento ; es decir, que “se siente” meramente, que “es”estrictametne, pues no habiendo más que ser que lo sentido, esta modalidad es indenominable, no es modalidad, es ‘indecible’, porque nombrar es separar, discernir es otra cosa, y no hay ‘otra cosa’ que lo sentido”
En este pasaje enfrentamos el modo de pensamiento de la metafísica clásica : no es aristotélico en tanto el ser o sustancia- manzana- no es separable de sus atributos. Algunos reconocerán el sensualismo de Condillac o el empirismo de Hume, una de sus referencias ineludibles. La sensación que se siente a sí misma, sea una manzana o el mismo universo, le sirve para formular otro problema : el de la inadecuación entre lenguaje y pensamiento, donde la “solución final” es el recurso que plantea el otro como diferencia. Cuando la solución final se vuelve el lenguaje de un estado que quiere terminar con el sujeto que habla tenemos las experiencias máximas de exterminio del siglo que son el nazismo y el comunismo.
Macedonio acepta al lenguaje como instrumento de comunicación y que el pensamiento está hecho de imágenes y sensaciones. Es el punto de partida para una experiencia exterior, “eterna” que desconcierta vanguardia y museo y sobre todo a los filósofos. El lenguaje filosófico se constituye como un drama laberíntico en torno al Ser que puede rastrearse desde Platón a Heidegger y que se atenúa en el planteo de Wittgestein de los juegos de lenguaje. En los juegos de Macedonio, el Ser se disuelve en la santa comicidad de ayuntamientos imprevisibles y no ignora que el tiempo, la causalidad y el espacio- tres elementos que reconocen sus escritos de corte metafísico- no tienen existencia en sí mismos sino que son construcciones de falsos problemas. Pensemos en la historia entendida por el liberal Guizot como lucha de clases, a la que los hegelianos y Marx dieron un sentido teleológico : cuánta sangre ha corrido en torno a la ilusión de un final feliz, largamente “superado” por Hollywood.
Lo propio de la fenomenología- que parte de Hegel, pasa por Marx y culmina en Hurseel y Heidegger- es creer que hay un lenguaje de las cosas : por eso se ha podido plantear que la economía iba en una sola dirección, la del comité central que fija caprichosamente los precios de las mercancías, soslayando el mercado- las demandas, los precios, las expectativas que son la economía misma- y que esto era un paso hacia la sociedad perfecta de manana que era el campo de concentración de hoy. Lo mismo acerca del sujeto : cuando Lenin afirma que el sujeto no es un individuo sino “representante de determinadas ideas” sólo le cabe esperar lo mismo que los marineros de Kronstand que querían soviets sin bolcheviques, es decir, representantes de la nueva clase. Es postular que toda vez el sujeto tiene una intencionalidad y anular la zona más fertil de lo involuntario : cuando como el pintor se obra sin obrar. Macedonio capta algo que escapa a la jauría universitaria que quiere sumarlo al embrutecimiento nihilista. Es la división interna en Occidente que por un lado se soporta desde los griegos, pasando por el judeocristianismo que tiene un lugar respecto a la concepción de la soberanía de la tradición anglosajona que limita el poder del Estado respecto del individuo y el Occidente de base franco-alemana- Rousseau y Hegel- la que filosofa con el objetivo de imponer el pensamiento único( que proyecta contra sus enemigos) y cuya realización política es el estado total : Lenin y Carl Smidt- no olvidar la entusiasta oración que escribe a Hitler- son los teóricos del estado de excepción- comunista o nazi- donde la eliminación del diferente es ley fundamental. A través de Alberdi, Macedonio suma a la Argentina la la tradición anglosajona : se lo puede leer en todas las letras en Teorías.
La inadecuación de las palabras y las cosas afecta a los sistemas filosóficos que, cuando se convierten en ideologías, hacen lo contrario de lo que predican, pero no resultan estériles para el humorismo. Macedonio tiene algo de estoico y evoca la ataraxia como ausencia de preocupaciones. No busca salvarse como propone el estoico ni ayudar a los otros como predican las ideologías altruísticas, para obrar a menudo contra el prójimo cuadno no se ajustan al esquema. El oro es siempre la hipótesis de una lectura posible-imposible. El mismo es el lector de ese almismo sin causa y sin traducción simple : literatura. El tiempo, el espacio y la causalidad son refutados- reducidos a la nadería- por constituir la misma metafísica.. Razonamientos que tienen en Macedonio la forma de un regreso al infinito y la negación de la causalidad : los fenómenos no son causa uno de otro, la sustancia aristotélica pasa a ser espinozista- el ser está en sus mismos atributos- y la metafísica ya no trata de “la busca de las causas del Ser sino del asombro de existir”
Elsuyo es un asombro antiheideggeriano, sin fijeza o nostalgia de origen y mucho menos temeroso de la chingada hermenéutica. No formula la existencia en términos de ser o de no ser sino en la posibilidad de enunciar esa nadería de muchas maneras. Polemiza con el determinismo y abandona el tema de la causalidad a la Ciencia. Lo hubieran interesado el gato de Shrondiger o la actual teoría delas cuerdas en el unvierso y la dark energy.
El almismo habla de la impotencia de la fenomenología, perpetuamente retardada respecto al ser que habla y a los efectos de la ciencia. El fenómeno- aparición- tiene el lugar de un acotecimiento único, con dos efectos irreductibles : la pluralidad y la diversidad, vinculadas a la libertad- individuación y singularidad- antes que con determinismos como el materialismo histórico del cual la fenomenología termina subordinandose en un sonambulismo pleno. Lo propio de un materialista histórico- Sartre, ex fenomenólogo- es ver que la Corea de Norte totalitaria de Kim Il Sung ataca a Corea del Sur e “interpretar” este hecho en partitura en clave : satisfacer la demanda que necesita un público de creer que es el imperialismo norteamericano el causante de la provocación, contra todos los datos históricos y todas las evidencias. Lo mismo ocurre con Chomsky que prologó al doctor Faurrison- que niega la existencia de las cámaras de gas en el nazismo- y luego atribuyó descaradamente el genocidio camboyano a Estados Unidos que se había retirado de la región en 1973. Esas creencias forman parte de las mentes rectoras de nuestra época : los mitómanos y los paraideólogos psicopáticos que no tienen que emplear demasiadas piruetas para instaurar mentiras superlativas, en el fondo supuestas de antemano. La historia se vislumbra como un velo sin ragaduras desde el texto sagrado del marxismo leninismo : al ser una filosofía insuperable sólo cabe superar desde ese método que deriva en un descerebramiento máximo. Macedonio no compra este buzón precisamente porque no teme equivocarse. Sin espiritismos ni ocultismos : para Madedonio no hay ningún misterio en la realidad. Un color o un sonido son todo el ser en plenitud y por eso éste es perfectamene inteligible en cada estado de cosas. Este antideterminsimo reaparece en sus reflexiones políticas. Macedonio parte de Spencer que extrema el pensamiento liberal tradicional, ejemplificado en la fábula de las abejas de Mendieville de la cual de los vicios privados derivan las virtudes públicas, es decir, en términos de Maquiavelo un ser no necesariamente moral pude servir más a la república que el más puro de los moralistas que a menudo anticipa un tiempo de devastación para la ciudad. La cuestión no reside, otra parte, en el egoísmo personal sino en el sistema político que fecunda diversos actos individuales. Spencer agudiza el planteo de Mendieville : ya no es sólo el individuo mediante las garantías individuales se protege del Estado sino que se constituye contra él, vale decir, radicaliza esa posición ante los avances y abusos del mismo. El siglo veinte vuelve a poner en escena el problema de la soberanía : el estado se presenta ante las masas y quiere todo el poder para sí, encarnado en la figura del Gran Hermano, garante de la fraternidad horizontal y asesina de los súbditos.
La fórmula de la soberanía para Macedonio es la siguiente : máximo de individuo, mínimo de estado. Casi resuena humorísticamente ante la nomenklatura actual que tiende cada vez más peligrosamente a monopolizar la política y pasar de ahí a la cultura, proyectando cada vez más sus hábitos sobre una sociedad acostumbrada a la violación de la constitución y al unicato. Hay que leerlo en un contexto histórico y pensar que Macedonio escribía en una Argentina próspera que recibía a europeos hambrientos y estaba entre los primeros países del mundo. Sin embargo, Macedonio escucha la estridencia de los nacionalismos que comienzan a sonar fuerte en la década del veinte, aunque las reivindicaciones eran ante todo morales al extremo que eran antieconómicas. Esos nacionalismos desde principios del siglo ya eran presa del antinorteamericanismo a ultranza. Había mucha ignorancia de lo que pasaba en el mundo y sobre todo en los mercados y mucha lectura de Charles Maurras, mentor del Estado fuerte por encima de los partidos políticos. También el antisemitismo era el inevitable complemento y Salvador Ferla declaraba que la democracia era una invención de los judíos mientras ya se anunciaba el Hugo Wats que postula en sus novelas al mundo dominado desde “ el Vaticano judío de nueva York”
Cuando la Argentina era uno de los priemros países del mundo : los yanquis nos robaban antes siquiera de haber comerciado con nosotros..
El filonazi Scalabrini Ortiz apuntaba a un blanco más creíble : Inglaterra, que había cometido la agresión imperdonable de dotarnos de tecnología a cambio de carne y de trigo, era la culpable de que fuésemos un país pródigo, con una cultura afirmada en el talento, salarios que superaban a los europeos y con una de las ciudades más habitables de la tierra. Fue Perón quien cambió definitivamente de eje en el momento más inoportuno : cuando los mercados volvían a abrirse en una expansión vertiginosa, Perón optó por la Carta del Trabajo mussoliniana, que dio beneficios a los trabajadores pero que vació las arcas de la Nación generando las condiciones de la infación futura, que no tardó en presentarse. Tuvo un acto con los ingleses que éstos no hubieran imaginado de algún benefactor amante del imperio al nacionalizar los ferrocarriles a tan bajo costo que causó un festejo en Londres. Pero ya las cartas estaban echadas : la Argentina lejos de haber sido víctima de un proyecto satánico originado en el golpe de estado del 76 y proseguido indefinidamente- antes hubo un Celestino Rodrigo, luego un Alfonsín, entre otros- fue afectada seriamente al separarse de las zonas de libre comercio más activas del mundo a las cuales estamos cada día más lejos de retornar.
Estaos Unidos ya se esbozaba como el Gran Satán : en la multiracial Nueva York acontecía la irrupción de las mujeres, sonaba el charleston y otros tantos ritmos más y desde lo más oscuro del mar el jazz comenzaba a ganar según Phillipe Sollers la segunda guerra mundial. Esos desafíos, esas voces, esos cuerpos ligeros eran observados con pavor por el moralismo católico : lo único que falta es que aparezcan desnudas, decía la Nueva República. Los nacionalistas, Julio Irazusta o Federico Ibarguren, lectores de Charles Maurras, proponían un Estado fuerte contra la democracia.
Estas ideas de Macedonio Fernádez son apenas posteriores a la revolución rusa de 1917, que en realidad fue un golpe de estado, que desconoció a la Asamblea y en nombre de una clase proletaria cuyo porcentaje era ínfimo en un país campesino. Macedonio tiene palabras duras con el leninismo. Dante le ha ensenado que los imperios educan más que los fanatismos que se exacerban en los pagos chicos. En No existe problema social económico, un texto de Teorías, Macedonio argumenta que el error del maximalismo- así llama el marxismo leninismo y las formas radicales de socialismo- es querer hacer del altruismo un objeto jurídico-político que deriva en inflación estatal, en emisionismo- casi un pecado capital del Estado en sus escritos- y en una traición del Estado a us represetado, el individuo.
Hay párrafos escritos en los 20 que anticipan el populismo de los 40 :” No presenciaremos al derrota del Capital por sus enemigos curiosamente unidos : el Trabajo y el Estado ?”
El maximalismo puede sustanciarse así : “ la unión del trabajo y el gobierno contra el capital para suprimir las diferencias económicas e intensificar las políticas por el absoluto gobierno y la sumisión de los gobernados, que advierten demasiado tarde un crecimiento en la opresión, supresión completa de las libertades y seguro empobrecimiento”
Está escrito en Teorías con todas las letras : obsérvese lo premonitorio de esa aseveración en cuanto a que se advierte demasiado tarde el crecimiento de la opresión, algo que ha ocurrido en los procesos revolucionarios de estilo europeo o latinoamericano. En la Argentina, dice, no hay problema económico, sino un sistema institucional harto mafioso. Esto irá agravándose. Macedonio no es pacifista ni por asomo. Más bien aprieta los dientes. Pero no lo hace en el sentido de la historia que confunde al maximalismo con el progreso y con la historia misma. Mas bien es al contrario : la guerra en us caso es el último acto de defensa de la libertad contra la historia que se viene. Macedonio sabe que hay cosas peores que la guerra misma, como la ideología maximalista que contribuye a la restricciones a la libertad de los países que tienen que defenderse mediante la fuerza : “ La libertad que antes de la guerra era muy poca, durante ella desapareció y no sólo sino que se hace la teoría necesaria para que no vuelva más”
Para Macedonio las causas de la pobreza no están en el lujo ni en la concentración de la riqueza sino en las actividades de Improducción y Destrucción alentadas por el Estado coercitivo que, escribe, “ no ha tenido nunca la eficiencia y la espontaneidad de un millonario yanqui que suprime la herencia y aun la propiedad dando sus bienes, y no sólo a sus vecinos compatriotas sino a cualquier población de la tierra ; en cambio, el Estado, como las religiones, crean instituciones de beneficiencia parasitarias, adulteradas, costosas y egoístas. Así, el comunismo, si es fecundo, no empobrecedor, vendrá por espontaneidad, no por Ley.”

La historia más que la ingeniería con solución final de la lucha por el dominio de una raza- superior- o una clase -elegida- por otra es la búsqueda de los hombres de instituciones adecuadas que limiten al mínimo la necesidad de poder. Esas sociedades que tienden al mínimo de estado están doblemente amenazadas : desde afuera por los totalitarismos que Macedonio prefigura desde el maximalismo de principios de siglo y desde la primera guerra ; por dentro, por los que niegan la existencia del totalitarismo, vociferan que la palabra “libertad”carece de sentido justificando el estado de cosas que se vive en los totalitarismos y ponen el grito en el cielo cuando en las democracias se toman medidas retrictivas que suelen justificar o pasar por alto en las sociedades concentracionarias. Es ese círculo vicioso y maníaco de la inteligencia europea-latinoamericana que Macedonio sortea.
Macedonio Fernádez destaca a Inglaterra, Estados Unidos y a la Argentina de entonces- que en la década del veinte estaba al mismo nivel que esos países y desde el golpe nacionalista del treinta entrará en una curva descendente- como los que han adherido al máximo de individuo y anticipa que no tardarán “después de hacer frente mental y materialmente al maximalismo, en retomar su camino hacia la Libertad, que es lo único que hace histórica y historiable a la Humanidad”.
Revista Tokonoma










domingo, 15 de enero de 2012

Al pan pan y al vino vino. Por Luis Thonis.


A distancia me vuelvo para mirar





los restos de este abigarrado grupo,





esas almas que odian la fuerza que la mía tiene





templada en la escuela del viejo Aquino.





Allí donde ellos se han arrastrado, encogido y orado





yo permanezo firme, sin amigos y solo





indiferente como la raspa del arenque,





firme como los riscos de la montaña





en cuyo aire agito mi cornamenta de ciervo.





Que continúen como está convenido





para adecuar la hora del balance.










Aunque laboren hasta la sepultura





jamás tendrán mi espíritu





ni unirán mi alma a la suya





hasta que llegue el Mahamanvantara





Y aunque a patadas me rechacen de su puerta





más a patadas los rechazará mi alma.




































James Joyce, El Santo Oficio, 1904, fragmento final, traducción Andrés Bosch.






En este poema de título irónico, que es también una carta de despedida antes de su exilio, Joyce, nombrándose a sí mismo Catarsis Purgativa, satiriza a los popes del nacionalismo irlandés que por cierto no le son indiferentes: consideraba que Irlanda era “un país aristocrático sin aristocracia” cuyos barones se pasaron peleando por siglos en guerras instestinas mientras que “al otro lado del Canal de San Jorge, obligaban al Rey Juan a firmar la Carta Magna( primer capítulo de las libertades modernas) en el campo de Runnymede” (Irlanda, Isla de santos y sabios, 1907) En esta conferencia- Trieste-, Joyce demuestra que conocía en detalle la historia política, religiosa y económica de su país, hasta se detiene en la industria de la lana. Para él esa cultura ya había cumplido su ciclo y se movía, ahogaba en las aguas empantanadas de la impostura y del mito.











A propósito de las reacciones a un poema de Leónidas Lamborghini.

Es imposible controlar los efectos de lo que uno escribe y lo que dicen los otros y lo que dicen que dicen y así, hay que limitarse a lo que firma cada uno. Cuando hay mucha confusión, hay que llamar al pan pan y al vino vino. Introduzco así a cierto tipo de reacciones que generó el poema de Leónidas Lamborghini- de Suad- publicado en la Risa Canalla. Dejo de lado los elogios o las lecturas inteligentes. Me interesaron algunas opiniones como "documentos" de tipo arqueológico. Me limito a reacciones unilaterales en las que oigo nítidamente un llamado desesperado a la afasia, a que no se hable más de ese tema, hasta el punto que no están lejos de pedir que el mismo poema sea suprimido del libro.






Hay que dejar de lado la indignación selectiva, lo único que se puede hacer es cruzarse con ellos en una bifurcación de caminos, en las líneas de transmisión de la escritura, y punto. No me place aplastar a los demás y este u otro señor, por ahora, no entran como otros en la línea de fuego, no tienen armas ni poder, no puedo constituirlos como enemigos porque no tienen peso. Hay un club de “borgeanos” que han hecho un modelo de Borges, que no tiene la culpa de que lo hayan reducido a un estecitismo paralizante. Llegado el momento se vuelven parte de una jauría ensimismada como la que en el poema de Leónidas persigue a Souad. Se trata de un escritor al que nadie puede reprocharle haber sido pro yanqui, pertenecer al "movimiento sionista internacional"- la fantasmal sinarquía que maneja todo desde las sombras según Hugo Wats- o haberse pronunciado sobre temas de la región.






Mi hipótesis es al pan pan y al vino vino: vio que incineraban a una mujer y se le salieron los ojos de madre.
Hay un cierto insulto en considerar a Rabelais rabelesiano, a Kafka kafkiano y a Borges borgeano sin que se les pase por la cabeza que escribieron para no ser eso precisamente. Hay algunos que piensan que Leónidas Lamborghini es el poeta oficial y luego derrumbarlo de ese supuesto pedestal para proponer a Borges. Es una pelea de salón, fuera del campo de batalla, ahí yo no peleo porque aun ganando pierdo. Leónidas y Osvaldo Lamborghini leyeron a Borges mejor que los que lo parafrasean religiosamente.
Así que digo textualmente:“el Leónidas que presento no tiene nada que ver con el supuestamente oficial”, el que imaginan. Les reconozco el derecho de que participar en la inevitable guerra del gusto. Que ladren nomás.
Si a Fulano el poema le pareció “execrable”es porque hace saltar la mierda hasta el techo y llueve sobre sus cabezas, ensucia el salón y el jardin se llena de olores de sangre podrida, de decenas de miles de muertas mal enterradas. Execrable: condenar o maldecir con autoridad sacerdotal o en nombre de cosas sagradas.”(Diccionario de la lengua española). Es un término sacerdotal. Maldijo- es decir, dijo mal- porque el poema tocó algo sagrado, intocable, puro…un crimen cometido en común y silenciado por bienpensantes no sólo borgeanos…se lleva puesta a toda la ideología argentina y a sus sacerdocios- lo sagrado actual- si lo examinamos detenidamente.
Lo que dije no fue para borgeanos o nacional populares sino contra esa forma de leer la literatura que la hace transitar del salón al jardín- nunca se bifurca- y viceversa. Yo introduzco el poema en la guerra de los mundos, eso sí se me puede reprochar, creo que es lo que angustia a muchos, ya que nadie quiere hablar o saber de eso, trabajan día y noche para pintar un mundo que ya no existe, eco de otras décadas.
Algunas señoras también reaccionaron: la vida para mí no es esto, quiero otro mundo, etc. Son madres que tienen hijas, más sinceras que las que dicen que la política no viene a cuento: es como si se hablara de un desaparecido en la época de la dictadura sin referirse a ella. Hay que escuchar esa demanda, su verdad: quiero otro mundo. Ahí aparecen los ideólogos y falsifican los doblajes de la guerra y la paz. De no existir Israel, todo iría mejor, ofertan sin invertir nada, cuidándose el trasero y esa demanda va adquiriendo la coloración suicida de los viejos pacificadores. Israel ocupa el mismo lugar que la literatura cuya solución los obsesiona. Jorge Jinkis tuvo que esperar casi tres décadas para "odiar a Astiz", pero en 1982 no se le notaba un pimiento de odio: apoyaba la amnistía de Luder para los militares, aliado a los sindicalistas. Tienen adelante al abominable Hombre de las Nieves y piensan a qué bloque pertenece.






Los que atribuían a Hitler las mejores intenciones, basta leer a los corresponsales de el New York Times que trabajaban en Berlín. El negacionismo actual es directamente alucinatorio. Es el caso de Alejandro Kaufman que escribe en la revista Confines: “Autodefinirse como de derecha requiere deslindarse del horror radical, tarea ingrata y punto de partida perdidoso para quien sea. Esta sola circunstancia nominativa define una diferencia: no es vergonzoso autodenominarse de izquierda porque no resulta difícil aclarar que los horrores de Camboya o de Stalin son más deudores de las derechas que de las izquierdas. En todo caso, un razonamiento que vincule el corazón del pensamiento de las izquierdas con las violencias o con el horror deberá admitir que hay una contradicción insalvable entre los fundamentos históricos y teóricos del pensamiento emancipatorio y algunas de sus derivaciones inaceptables.” Tesis nueve. Revista pensamiento de los confines. Nº 15, diciembre 2004. Págs. 71 y sgts.






Esto supone que tanto Stalin como Pol Pot eran de derecha, que el primero no escribió los Fundamentos del Leninismo- teoría del imperialismo que nada tiene que ver con Marx- o Pol Polt no tuvo influencias de Ho Chi Min en su estadía en París y luego de Mao, cuya revolución cultural aplicó en Camboya, quemando etapas y asesinando a un cuarto de la población. El mismo Lenin- el verdadero- también sería de derecha, porque masacró, a más de un millón de personas de Kronstand en adelante y liquidó a todas las facciones de izquierda desde el momento en que tomó el poder. Más simple sería decir al pan pan y a vino vino como Cornelius Castoriadis que el marxismo leninismo fue la ideología más criminal en número de víctimas de la historia de la humanidad. Que las primeras hayan sido las facciones de izquierda cuando llegan al poder no significa que sean de derecha sino que ejercen el terrorismo de Estado que se puede leer con todas las letras en Lenin: exterminar todo lo que sea contrario al Partido. ¿Qué libros leyó Kaufman sobre el siglo veinte? Ni a Furet, ni a Lefort, ni a Poliakov…supongo que al negacionista Hosbwaum que la TV pública sigue citando pese a que negó la masacre de Katin, reconocida recientemente por Rusia.

Han llegado a decir que quienes apoyan como yo el petitorio para evitar como el año pasado la lapidación de Sanihek Ahstiani le apuntan al petróleo de Irán. Esa mujer es, luego, un barril de petróleo, que en todo caso sirve para quemarlas vivas. Aluden al diablo norteamericano, reactivan desesperadamente el discuso de la guerra fría, encallan en un puerto fantasmal de amarre. Un modo de no pronunciarse mientras la lapidación u el ahorcamiento se aproximan. Niall Ferguson, cuestionando el poder del promocionado BRIC de Golman Sachs- Brasil, India, China, Rusia-, afirma que Estados Unidos tiene inmensas reservas en América del Norte y está a punto de convertirse en exportador neto de sus productos derivados.¿ Qué ocurrió con las licitaciones del petróleo en Irak?





Hay una escencialización heidegerriana de la guerra por parte de los filósofos del estado universitario global que lo leen en clave antimperialista: el polemos sólo muestra en Heigegger la aparición de "los Dioses y los Hombres, los Libres y los Esclavos" ý en comparación con eso " las guerras mundiales permanecen superficiales". Por eso, Heidegeer lee la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial como signo de "decadencia".
En Francia, más informada que en estos pagos sobre las licitaciones de petróleo en Irak, hubo un debate donde se preguntaban para qué se había hecho la guerra y que pone en evidencia el desconocimiento global de la guerra que está en curso por parte de los habitantes del Kindergarten.






Juan José Sebreli está trabajando en Marx y con el objetivo de integrarlo a la democracia y a la globalización. Pero hoy ni una ni otra cosa están aseguradas. Hay un renacimiento del nazismo y el fascismo y nuevas combinatorias. Lo único seguro es el antijudaísmo como porvenir de la Humanidad. Para mí el nudo más arduo de la cuestión se da en poner de manifiesto los efectos combinados de Mein Kampf y Heidegger. Las nuevas vueltas de tuerca del revisionismo más elemental: en la Argentina no basta con hace un análisis favorable a las posiciones de Manuel Dorrego, hay que cantar un himno a su martirio. No por la política sino por la metapolitización que producen continuamente con el lenguaje gratificante del "princeps juventutis", como dice Meschonnic.






Es la metapolítica la que lleva la delantera. Aplicando los métodos de Mein Kampf, Ahmanidejad que parecía un loco al llegar al poder, poco a poco ha convencido al mundo zombi progresista que Israel es un estado genocida y él es un defensor de los débiles.






Si se busca por el lado del tema, el poema es un atentado al terrorismo de la pseudo universalidad, trata de la ESTUPIDEZ HUMANA- en algunas partes es más consistente que en otras- y coincide con mi ensayo sobre la estructuración actual del sujeto como zombi terminal, por si sólo derrumba miles de libracos sobre el tema a cuyo término resuena con un encanto que encubre su sonido y su furia la flauta de Hamelin que atenta contra el silencio de las sirenas que tan bien escuchó Kafka.

Gabriel Roel me puso esta cita: ""Dios bendiga los campos de concentración para homosexuales de Fidel Castro y los veinte mil desaparecidos de Argentina y la jeta perpleja de Videla y la sonrisa de macho anciano de Perón que se proyecta en el cielo y a los asesinos de niños de Río de Janeiro y el castellano que utiliza Hugo Chávez, que huele a mierda y es mierda" Roberto Bolaño; Los mitos de Cthulhu; 2003). Esta frase me parece una pequeña obra de arte de la injuria que fija una posición ahorrando palabras. No leí a Bolaños, sólo sé que dijo que los chilenos no se merecían a Enrique Lihn. Escribí una nota sobre Enrique Lihn y la elogió mucho, está en la web. Me escribíó varias veces, me enviaba libros, le dije que no iba a contestarle porque temía que capturaran la correspondencia bajo la dictadura. No tenía tampoco mucho que decirle. Nunca intimé con los que admiraba. Debía pensar que tampoco me merecía a Linh.










La política cultural de Macri aplica al tango los mismos parámetros de la soja. Es sólo una mercancía de exportación según los viejos criterios de la patria libremercadista- contratista que piensa que los creadores son secundarios y sólo aceptan productos terminados. Hay nuevos grupos como la Astilleros y la Guardia Hereje que merecerían apoyo y difusión. Los intendentes populistas hacen su contribución, destinando la plata a la murga en vez de formas experimentales de teatro. Destruyen como en Victoria la plaza sólo para ganar en sobreprecios, que pierde su encanto anterior y queda a medio terminar como un minúsculo Yaciretá. Además deja cesantes a unos doscientos empleados para sustituirlos por punteros propios. Parece que esto sucede en varios municipios. Nunca se sabe lo que una forma en proceso puede llegar a dar. El tango y el teatro son prácticas aptas para desfilosofar. La murga, por el componente populista, está más cerca de los filósofos, el diablo se acerca a ella, pero para imitarla mejor para otro tipo de negocios. Curiosamente puse como foto de perfil la escultura donde Teseo ataca a Procusto cuyo lecho es sinónimo de intolerancia a lo que no encaje a un una hipótesis previa. Teseo escucha de Ariadna decirle soy tu laberinto y sin embargo la abandona, ella termina con Dionisios, tema para un tango que ya Nietzche no escribiría.


Esta navidad fue doblemente amarga para el diablo. En primer término porque en cuanto ángel caído, él pertenece a la familia y a su manera participa de la fiesta: nadie más católico que el diablo escribió Baudelaire. Con el paso de los siglos en la mayoría de las catástrofes ha manifestado su neutralidad. No hay que olvidar que su objetivo fue siempre espiritual: apropiarse del alma de los otros, no de sus bienes, aunque no ha habido como él para hacer un arte del fetichismo siempre lo hizo para su causa- buena para él- y nunca como un fin en sí mismo: no es noticia que filosóficamente esté más cerca de Kant que de Sade.




La Argentina actual lo dejó sin trabajo y con pocas almas que subyugar, sus técnicas lo superaron. Anoche hizo una excusión por un supermercado en Victoria. Daba pena ver al diablo disfrazado de murguista- pese a que se puso espuelas nazarenas para no ser uno más- que no se bancó la sidra de tres mangos de Moreno y se convirtió en un pequeño aprendiz de ladronzuelo más.











Arturo Jauretche, citando a Bentham, diferencia entre el error, simple opinión falsa- que puede ser bienintencionada- y sofisma, “con que designa la introducción en el razonamiento de una premisa extraña a la cuestión, que lo falsea” Y continúa diciendo que Bentham nunca sospechó que tendría tantos discípulos rioplatenses que superaban lo que se proponía combatir. Acuerdo con él, añadiendo que los sofismas se han incrementado de modo inflacionario hasta convertirse en enunciados zombis.







Jauretche escribe: “Porque cuando un zonzo analiza la zoncera- como se ha dicho- deja de ser zonzo.” ¿Colorín colorado? No. También se puede afirmar que los discípulos nacional populares de Jauretche hubieran infartado a su maestro. La Argentina se pobló de enunciados zombis que ahora son la base de su cultura. No vaya a creerse que me refiero sólo al oficialismo, la oposición no piensa diferente, le molesta la corrupción oficial pero no piensa distinto, tanto es así que toma- tanto ella como sus adherentes- a Beatriz Sarlo como si su ignorancia sin límites fuera equivalente a la inteligencia de un Sebreli. Sarlo pasó el papelón de su vida luego de las refutaciones de Pablo Jacovkis. Los medios lo silenciaron, finalmente, Orlando Barone casi se prestó para reivindicar a Sarlo como una intelectual complementaria de Sandra Russo. Aplausos.






El verdadero intelectual va contra la corriente general. Sebreli fue el primero que leyó al Stalin de Boris Souvarine. La mayoría del progresismo todavía está en pañales y todavía no ha abandonado la teoría leninista del imperialismo: el mitómano Chomsky anuncia una invasión de Estados Unidos a América Latina y le creen. Incluso hacen suyos los argumentos de videos truchos de la TV pública que abundan en delirios ecológicos presentando a un mundo arcádico invadido por los OGM de Monsanto, obsesionados con el glifosato y olvidando el Riachuelo.






Si no fuera por los transgénicos, Argentina nunca habría tenido el mayor crecimiento de su historia. En el fondo, le apuntan a los derechos de patentes que son la única manera de evitar el monopolio. Hay que gobernar las multinacionales, clamaba Noaemí Klein. Monsanto no tiene la culpa que la Argentina dependa para subsitir casi con exclusividad de la soja. También se presenta como argumento que los campesionos en Hungría quemaron miles de hectáreas, pero se olvida el resurgimiento en este país del nacionalismo exacerbado y el fascismo que destruye los cultivos como lo hizo el Che en Cuba como con la industria azucarera.






Sebreli en su reciente reportaje de La Gaceta, dice: “No nos olvidemos de que el Partido Comunista apoyó a Videla, no nos olvidemos de que los maoístas del PCR apoyaron nada menos que a López Rega, no nos olvidemos de que todos los partidos de izquierda sin excepción apoyaron a Galtieri.”
Y si da un paso más encontrará a los fascistas del grupo Quebracho aliados a D´Elía y a los hitlero islamitas atacando la embajada de Israel al grito de “todos somos Hezbollah- en la guerra de 2006 mediante la combinación de Hezbollah, Siria y Hamas. ¿Qué dijo Sarlo de todo esto? Tal vez espere veinte años para que sea correctamente político pronunciarse. Hoy el régimen sirio masacra la población de por miles y no se ven manifiestos ni manifestaciones ni “flotillas humanitarias”.







Cuando Moyano afirmó que la inflación “favorece la movilidad social” creí haber escuchado una de las frases más impopulares de la historia argentina. Sin embargo, pronto fue superado por Boudou para el cual “la inflación es un problema de los ricos”. El que está en la vanguardia de todos es Guillermo Moreno, empeñado día y noche en refutar la ley de Jean B. Say para el cual no puede haber demanda sin oferta. Cada frase que emite es un atentado a las leyes elementales de la economía como en la que dice que “los costos determinan los precios y no los precios los costos” o que cuando hace unos meses decía que todo producto que ingresa al país desde ese mismo momento es “argentino” y él puede disponer a su antojo de éste, pasando por alto los contratos que hayan hecho. Bien: aplicándole su propia teoría Moreno sería un apátrida que suspende las importaciones de productos que aspiran a ser "argentinos", decisivos para la economía de un país que vive de un 80% de las mismas. Que se cuide Moreno: hay gente de izquierda que está de acuerdo con sus políticas aislacionistas pero es capaz de hacer finalmente la revolución si no cuentan con la última novedad de Apple.








También Adrián Suar ha dicho que Cristina es una “gran actriz” ignorando que muchos que actúan muy bien en público con un escenario adecuado y sostenidos por la identificación con el público o la masa no soportarían una prueba en las tablas. No es lo mismo ser histrión que actor. Decir que Cristina es actriz equivale a decir que Luis D´Elía es filósofo, Aníbal Fernández escritor o Sandra Russo o Beatriz Sarlo intelectuales. Pobre Don Arturo: Hannibal es la mejor prueba que las zonceras analizadas por semejante personaje se vuelven más enunciados zombis que zonceras.






Cuando el psicoanalista lacaniano obsesionado por la literatura dijo que Nabokob era un “imbécil” me di cuenta que las cosas no iban ir bien en esa revista de sonados nombres: ¿qué nos quedaba a nosotros? Las cosas se agravaron cuando en el escritorio de recepción alguien que no conocía, Hugo Savino, trajo una traducción de Mallarmé y la me pasó nombrándome “especialista”. Todo consiste en reparar en los detalles. Vino la guerra de Malvinas y todo se fue al diablo. A la reunión había llevado un ejemplar de Folisofía para desfilosofar como punto de partida estratégico para iniciar la resistencia al delirio colectivo que prometía el nuevo contexto. No captaron. Se metieron en el delirio de cabeza. Considerar imbécil a Nabokob o pasar por alto a Folosofía se pagó caro. Todavía están blanqueando esa historia, ahora combaten a la dictadura militar.





Hice mi discurso- si se ganaba la guerra qué pasaría con los desaparecidos, pero la guerra estaba perdida ya que Inglaterra era parte de la OTAN que no iba a tolerar guapos que tiraban gente de los aviones en el Atlántico Norte, etc- y a la salida me crucé con la cara casi sonriente de Savino: “yo estoy con el mundo libre”, dije, casi con reflejo pavloviano y en ese contexto de angustia- la angustia que los psicoanalistas empujaban hacia los estafadores de la masividad, algo que se volvería rito – resonó una carcajada homérica. Yo sólo había dicho lo que pensaba y la palabra traidor ya zumbaba en el aire. La misma película de Literal, ampliada y a la luz de todos. Para qué se hicieron los amigos sino para traicionar, ésta era de Cabrera, y otra risa. Ramón Alcalde lo lamentó de veras. Teníamos todo armado y estos histéricos arruinaron todo, comentó el novelista "asesorado" de aspecto de sepulturero que no te acompaña ni a la puerta del cementerio.



Al pan pan y al vino vino: lacrimatorios y botas. Otra guerra había comenzado.