Dane Zajc (1929-2005). Poeta, ensayista y dramaturgo, nació en Zgornja Javoršica, Eslovenia. Es uno de los máximos exponentes del movimiento modernista en Eslovenia. Librero y editor, publicó junto a la llamada »generación crítica« las revistas 57 y Perspektive, que dio a conocer en lengua eslovena a Ionesco, Beckett, Sartre, Camus, entre otros. La ocupación nazi, en palabras del propio Dane Zajc, dejó una marca indeleble en su vida y en su obra poética.
Quién
cuando están todos hundidos
en la nada del sueño
en el agua de los sueños en el pozo del murmurio
cuando nadie en el durmiente mundo
piensa en mí ni me oye
en el lugar del atezado olvido
cuando la Vía láctea ha atravesado
la mitad del cielo y se ha hundido hace mucho
la Osa Mayor tras el Monte gordo
cuando todas las uniones se han aletargado
cuando todas las cabezas han sido cubiertas
y sólo yo
estoy aún en vela y solísimo
como en verdad
como fue y será
sé que un día el error será completo error
pero ¿quién velará entonces y quién dormirá,
amada mía? ¿Quién?
En el recuerdo
sales del oscuro cuarto en lo alto
sales por el umbral de madera te inclinas bajo
la viga baja serruchas algo
hachas algo me dices algo para cuando llegue la noche
vuelves al cuarto donde en el oscuro vacío de la madera
chisporrotea el fuego luminoso en el hogar
de nuevo afuera y ahora las cabras de pezuñas veloces
se enriedan entre tus piernas cuando las
encierras tras la puerta de madera
sales del oscuro cuarto en lo alto
sales por el umbral de madera (no hay umbral)
te inclinas bajo la viga baja (no hay viga)
hachas algo (no hay hacha) serruchas algo (no hay serrucho)
te vuelves al cuarto donde en el oscuro vacío de madera
no hay fuego en el hogar, nada chisporrotea
no ilumina
de nuevo afuera: no se enriedan las cabras
de pezuñas veloces entre tus piernas no encierras
nada tras la puerta de madera que no chirría
no sales del oscuro cuarto en lo alto
no sales por el umbral de madera no te inclinas bajo
la viga baja no serruchas no hachas
nada dices para cuando llegue la noche
no te vuelves al cuarto donde en el oscuro vacío de madera
no chisporrotea el fuego luminoso en el hogar
nada vive no se mueve no suena la pezuña
no bala sólo la quietud
se dibuja
en el gigantesco trasfondo del silencio.
Leche
ya la luz se derrama sobre el polvo
ya se mueven las cosas en el soplo de la mañana
ya se ha cerrado el chorro helado del agua de la noche
no murmura más no gorjea en el silencio
y aquel grito mortal de un pájaro
que oías por la noche
y que toda la noche ardió en tu cerebro
ya se apaga
oyes los chorros de leche que corren desde la ubre
de la vaca hasta el fondo blanco
y no te preguntas adónde ir con este aullido en el cerebro
abres la puerta y el sol te golpea en la cara
cascadas de rayos de luz láctea
sales por fin y no tienes miedo
y estás por fin en tu cuerpo, que te obedece
y es tan tu cuerpo
que no piensa dejarte jamás
ni traicionarte
Blanco
fuera del mundo en colores
te alzas como un muro ante nuestros ojos
fuera del sentido del oído y el gusto
estás
cuando te encontramos se confunden los pasos
los ojos bailotean en sus cuencas
los pensamientos son un puñado de yuyos secos
y sabemos: el camino está embrujado
el camino es errado errante es el camino
por un momento en el lugar iluminado
vemos el oculto blanco
estás
pronto pronto dejamos
el mundo de los sonidos los colores y sabores
pronto gotas entre gotas hermanas
sin sonido sin sensación
como gotas caeremos
sobre nuestros blancos huesos expropiados
pronto
Kdo
ko so vsi potopljeni
v nič spanja
v vodo sanj v tolmun mrmranja
ko nobeden na svetu spečem
ne misli name me ne sliši
v kraju črnega pozabljenja
ko je Rimska cesta prepotovala
polovico neba in je Veliki voz že zdavnaj
utonil za Debeli vrh
ko so vse povezave zamrznjene
ko so vse glave pokrite čez glavo
in edino jaz
še bedim in sem sam samcat
tako kot v resnici
kot je bilo in bo
vem da bo nekoč narobe čisto narobe
ampak kdo bo takrat bedel in kdo spal
ljubezen moja. Kdo?
V spomin
stopiš iz temnega prostora visoko
stopiš čez lesen prag se skloniš pod nizkim
prečnikom nekaj žagaš
nekaj sekaš nekaj mi rečeš za večer
se vračaš v prostor kjer v temni leseni praznini
prasketa svetli ogenj na ognjišču
spet ven in zdaj so ti koze pod nogami
hitrih parkljev nekaj zahtevajo ko jih
zapiraš z lesenimi vratci
stopiš iz temnega prostora visoko
stopiš čez lesen prag (praga ni)
se skloniš pod nizkim prečnikom (prečnika ni)
nekaj sekaš (sekire ni) nekaj žagaš (žage ni)
se vračaš v prostor kjer v temni leseni praznini
ni ognja na ognjišču nič ne prasketa
ne sveti
spet ven: niso ti koze pod nogami hitrih parkljev
nič ne zahtevajo nič zapiraš
z lesenimi vratci ne škripajo
ne stopiš iz temnega prostora visoko
ne stopiš čez lesen prag se ne skloniš pod nizkim
prečnikom ne žagaš ne sekaš
nič ne rečeš za večer
se ne vračaš v prostor kjer v temni leseni praznini
ne prasketa svetli ogenj na ognjišču
ničesar ne živi se ne giblje ne parklja
ne meketa samo tišina
riše samo sebe
na velikansko ozadje iz molka
Mleko
že skoz špranje lije svetloba
že se stvari pregibajo v jutranji sapi
že je ugasnil mrzel curek nočne vode
ne šumi več ne klokota v tišino
in tisti ptičji smrtni krik
ki si ga slišal zvečer
in je vso noč žarel v možganih
že ugaša
slišiš mlečne curke ki iz kravjega vimena
brizgajo na belo dno
in se ne vprašaš kam s tem vriščem v možganih
odpreš vrata in sonce ti butne v obraz
slapove žarkov in mlečne svetlobe
kar stopaš in si brez strahu
in si kar v telesu ki te uboga
in je tako tvoje telo
kot da te ne misli nikoli zapustiti
in izdati
Belo
zunaj barvastega sveta
kot zid stojiš pred našimi očmi
zunaj sluha čuta in okusa
si
ko te srečamo se zmedejo koraki
oči zaplešejo v očesnih ležajih
so misli pest suhe travice
in vemo: pot je uročena
pot je napačna zavožena je pot
za hip v prostoru osvetljenem
belo nevidno vidimo
si
kmalu kmalu zapustimo
svet zvokov barve in okusa
kmalu kaplje med sestrami kapljami
brez zvoka brez občutka
kapljastega bomo padli
na svoje bele razlaščene kosti
kmalu
Edvard Kocbek (1904-1981). Nacido en Sveti Jurij ob Ščavnici, Kocbek fue poeta, ensayista, activista político, y publicó la mayoría de su obra durante los años sesenta. Es uno de los más altos exponentes del socialismo católico; su obra comprende ensayos filosóficos y teológicos, los diarios que llevó durante los años en el frente de liberación nacional y una vasta obra poética que aúna un lirismo incomparable a un profundo compromiso social y humano. En español podrá leerse en breve la antología de poemas que, en traducción de Julia Sarachu, publicará la editorial Gog y Magog.
Amor
Serás tan simple como puedas ser,
es la única completud precisa
cuando vuelves a estar fresco y renovado,
sabes que todo es pobreza,
a excepción del amor silencioso.
Las fuerzas me llegan desde amargas raíces
y desde rituales insondables de la tierra,
donde todos estamos en casa y, sólo
por ahora, en un breve y alegre paseo.
Amar es la única completud,
debes cumplirla sólo como un ser
dispuesto al viaje imprevisto,
todas las otras formas son logros imaginarios.
Todo el resto es fuerza aparente, falaz.
Sólo en el amor nos purificamos
para el futuro y nos preparamos
para la oración preclara. Por eso,
las muchachas verdaderamente bellas se escatiman
y son tan desdeñosas en el amor.
Hay bastante lugar bajo las estrellas para
el amor completo. Vayamos en paz
a la noche, desconocida y fecunda.
El micrófono en el muro
Y bien, ahora estamos solos,
no hay más que nosotros dos.
Y sin embargo no te dejaré;
no vas a descansar y aplacarte,
éste es sólo el comienzo de tu tarea,
escucharás mi silencio,
dice más mi silencio,
en él serás juzgado en la verdad abisal.
Ahora escucha como jamás lo has hecho,
bestia sin ojos ni lengua,
monstruo sólo con oídos.
Mi alma habla sin voz,
inaudible, grita y aúlla
de gozo, porque estás aquí
y porque me oyes, Gran Sospecha,
ávida de revelaciones.
Mi silencio abre libros
y manuscritos peligrosos,
diccionarios y profecías
antiguas verdades y leyes,
historias de lealtad y tormentos.
No puedes descansar.
Debes devorar, engullir, monstruoso,
te atragantas más y más,
tu oído está cada vez más fatigado,
y sin embargo, no puedes interrumpirme
y nada puedes responderme,
llega mi hora,
te avergüenzo y te difamo
escondes, estafas, estrago
escoria, esclavo, estigio
máquina, extermina, extermina,
engulles tu vergüenza
y no puedes parar
y responderme
porque eres un monstruo,
porque tienes sólo oídos
y sólo vientre de traidor
pero no tienes lengua ni verdad
no puedes llamarme débil
no puedes llamarme fuerte
no puedes pronunciar clemencia, desesperación,
no puedes gritar deténte,
estás acalorado por la furia servil
yo te saludo, ser mutilado,
digo que es bueno que estés aquí,
me hace inmensamente bien
que estés noche y día en el muro,
maldita prolongación,
oído abyecto de la Gran Sospecha,
vientre infernal de poder inhumano,
que noche y día tiembla de debilidad,
has despertado mi fuerza,
mi fuerza unívoca e indivisa,
no puedo endosarte
nada distinto de lo que soy yo mismo,
soy lo que soy,
inquietud y búsqueda,
franqueza y dolor,
lo mismo y más de lo mismo,
fe, esperanza, amor
tu gran contrasospecha,
soy lo que soy,
no puedes partirme
y hacerme doble,
jamás me atraparás
en la mentira o el cálculo
jamás serás verdugo de mi conciencia
seguirás engullendo mi dicha,
de vez en cuando mi pena,
de que seas mi enemigo
mi compañero infértil,
tan completamente otro e inhumano,
que no puedes romper la cadena
ni enloquecer ni cometer suicidio.
Ahora veo
que te he extenuado,
tu cola se ha aquietado
y sin embargo esto es sólo un esbozo
de mi venganza;
mi verdadera venganza es el poema,
jamás me descubrirás ni me conocerás,
ninguna luz alumbra los oídos.
los oídos han cobrado vida con el viento
y con el paso del tiempo;
y cuando pase el tiempo se callarán;
yo soy lengua, llama,
fuego que ha ardido
y no dejará de arder
ni de quemar.
¿Quién cenará conmigo esta noche?
Hambre en la boca lasciva,
sed en las células cerebrales,
¿quién cenará conmigo esta noche?
Vivo más lento de lo que voy muriendo
y susurro más rápido de lo que pienso.
No sé adónde iría con la prerrogativa
que me seca lentamente, que me curte como el laurel.
Mi yo hambriento recordó
cómo en un día como el de hoy
hace muchos años me acerqué a la escopeta
y me volví su amante desconocido.
Desde entonces ya no soy yo, soy algún otro,
me transformé en un negro, nadie me ve,
todos caminan a través de mí y no advierten el milagro.
Cada noche duerme un extraño en mí como un hermano,
y yo me voy volviendo cada vez más ensimismado
y cada vez más ávido de verdades sesudas.
¿Quién cenará conmigo esta noche?
Olvidé la cuchara en la meseta de Rog
el tenedor en los campos de Glamočko
blandí el cuchillo en el tronco que ahora
sostiene la casa de fin de semana de un buen señor,
olvidé el buen provecho en la corteza
del árbol de la memoria del paraíso,
mi mano tiembla de cortar el pan,
satisfecho por demás,
no tengo hambre.
Lipizzanos
El diario anuncia:
participaron lipizzanos
en un film histórico.
La radio comenta:
millonario compró lipizzanos,
los nobles animales se mantuvieron calmos
durante todo el vuelo sobre el Atlántico.
Y el libro escolar enseña:
los lipizzanos son reconocidos caballos de montar,
oriundos del Carso, de suaves cascos,
gracioso trote, temperamento lúcido
y obstinada lealtad.
Pero te advierto, hijo,
que estos inquietos animales
no pueden encasillarse en compartimentos estancos:
bien está que cuando brille el día
los lipizzanos sean potrancas negras,
y bien está que cuando reina la noche
los lipizzanos sean yeguas blancas,
pero lo mejor es
cuando llega el día después de la noche,
pues entonces los lipizzanos son arlequines blanquinegros
bufones de la corte de su majestad,
la historia eslovena.
Otros adoraron vacas sagradas y dragones,
tortugas milenarias y leones alados,
unicornios, águilas de dos cabezas y fénix,
nosotros elegimos al más hermoso animal;
así lo demostró en los campos de batalla y en los circos,
llevó a princesas y al ostensorio de oro,
por eso los emperadores austríacos hablaban
francés con hábiles diplomáticos,
italiano con bellas actrices
español con el Dios infinito
y alemán con peones ignorantes;
con los caballos, en cambio, conversaban en esloveno.
Recuerda, niño, cuán misteriosamente
se relacionan la naturaleza y la historia del mundo
y cuán diversas son las fuerzas que mueven al espíritu
en cada uno de los pueblos de la tierra.
Bien sabes que somos terreno de contiendas y pugnas.
Y por eso comprendes por qué los blancos caballos
corrieron del arca de Noé a nuestro suelo puro,
por qué se volvieron nuestro animal sagrado,
por qué pasaron a la leyenda de la historia
y por qué agitan nuestro futuro,
buscan sin cesar nuestra tierra prometida
y ensillan la montura briosa en nuestro espíritu.
Sigo sentado en el tordillo blanco,
hijo mío querido,
como el jefe de los beduinos
he crecido sobre mi animal,
toda la vida viajo sobre él,
combato a caballo e imploro sobre él,
duermo a caballo y sueño a caballo
y moriré a caballo,
he conocido todas nuestras profecías
en el misterioso animal,
y también he concebido este poema
en su espalda trémula.
No hay nada más oscuro
que el claro decir
y nada más verdadero que un poema
que la razón no puede aprehender,
los héroes cojean a la luz del sol
y los sabios tartamudean en la penumbra,
los bufones se truecan en poetas,
los pegasos alados galopan más y más rápido
sobre los abismos de nuestra vieja tierra
y brincan y retumban,
los impacientes animales eslovenos
siguen intentando despertar al rey Matías.
Quien no sabe montar a caballo,
debe aprender muy pronto
a domar al brioso animal,
a mantener la rienda libremente en la montura liviana
y a alcanzar el armonioso ritmo del trote,
sobre todo a persistir en la intuición,
pues nuestros caballos han llegado galopando desde lejos
y allá lejos se dirigen,
los motores tienen averías
los elefantes comen en demasía
pero nuestro camino es largo
y es muy lejos a pie.
En una aldea incendiada
Me reclino en el muro
aún caliente
por el largo incendio,
ni un poblador,
ni un atacante,
el suelo se hunde,
el universo se derrumba,
las estrellas se apagan.
De pronto ondea
un aroma de violetas
comienzo a escuchar
suaves voces
la hierba se levanta
para nuevos pasos
la ceniza se repliega
en nueva contundencia.
Un arroyo gorgotea
en un abrevadero de piedra
una gata vuelve
al umbral chamuscado
sigo creciendo
soy un gigante
ahora veo por encima
de los hombros del horror.
Ljubljenje
Biti moraš čim bolj preprost,
to je edina določena popolnost,
kadar si vsakikrat svež in nov
in dobro veš, da je vse revno
razen tihega ljubljenja.
Moči mi prihajajo iz bridkih korenin
in iz nevidno globokih obredov zemlje,
kjer smo vsi doma in smo zdaj
le na kratkem in veselem izletu.
Ljubljenje je edina popolnost,
izpolniti jo moraš le kot bitje,
pripravljeno za nenadno potovanje,
vsi drugi načini so namišljeni dosežki.
Vse drugo je lažniva, navidezna moč.
Edino v ljubljenju se očistimo
za prihodnost in se pripravimo
za iznajdljivo molitev. Zato se
resnično lepe deklice znajo zaničevati
in so v ljubezni prešerno malomarne.
Pod zvezdami je dovolj prostora za
popolno ljubljenje. Pojdimo v miru
v neznano in rodovitno noč.
Mikrofon v zidu
Tako, zdaj sva sama,
nikogar ni več razen naju.
In vendar te ne bom pustil,
ne boš si spočil in se umiril,
zdaj šele se začenja tvoje opravilo,
poslušal boš moj molk,
moj molk je zgovornejši,
v njem si obsojen na brezno resnice.
Zdaj prisluhni, kakor še nisi,
zver brez oči in jezika,
pošast zgolj z ušesi.
Moj duh govori brez glasu,
neslišno kriči in tuli
od radosti, da si tu
in da me slišiš, Veliki Sum,
pohlepen na razodetja.
Moj molk odpira knjige
in nevarne rokopise,
besednjake in preroke,
stare resnice in zakone,
zgodbe o zvestobi in mukah.
ne moreš si počiti.
goltati moraš, strašno poziraš,
vedno bolj se dušiš,
uho ti je vedno bolj utrujeno,
in vendar me ne moreš prekiniti
in nič mi ne moreš odgovoriti,
prihaja moja ura,
sramotim te in te psujem,
skrivaš, slepar, strupar,
skrunilec, suženj, satan,
stroj, smrt, smrt,
poziraš svojo sramoto
in ne moreš nehati
in mi odgovoriti,
ker si pošast,
ker imaš samo ušesa
in samo izdajalski trebuh,
nimaš pa jezika in resnice,
ne moreš mi reči slabič,
ne moreš mi reči silak,
ne moreš izgovoriti milost, obup,
ne moreš krikniti nehaj,
ves si vroč od suženjskega besa,
bodi ozdravljeno pohabljeno bitje,
pravim ti, dobro je, da si tu,
neizrečeno prav mi je,
da si noč in dan v zidu,
prekleti podaljšek,
zavrženo uho Velikega Suma,
peklenski trebuh nečloveške sile,
ki se noč in dan trese od slabosti,
zdaj si prebudil mojo moč,
mojo enotno in nedeljeno moč,
ne morem ti podtakniti
nič drugega od samega sebe,
sem, kar sem,
nemir in iskanje,
odkritost in bolečina,
istost in kar naprej istost,
vera, upanje, ljubezen,
tvoj veliki protisum,
sem, kar sem,
ne moreš me razdeliti
in me napraviti dvojnika,
nikoli me ne boš ujel
v laži ali računu,
nikoli ne boš rabelj moje vesti,
kar naprej boš poziral mojo radost
in tu pa tam mojo žalost,
da si mi sovražnik,
moj nerodovitni bližnjik,
tako popolnoma drugi in nečloveški,
da se ne moreš strgati z verige
niti zblazneti ali napraviti samomora.
Zdaj vidim,
da sem te upehal,
tvoj rep se je umiril,
in vendar je to šele osnutek
mojega maščevanja,
moje pravo maščevanje je pesem,
nikoli me ne boš odkril in spoznal,
nobena luč ne sveti ušesom,
ušesa so zaživela z vetrom
in z minevanjem
in bodo z minevanjem utihnila,
jaz pa sem jezik - plamen,
ogenj, ki je zagorel
in ne bo nehal goreti
in žgati.
Kdo bo nocoj večerjal z menoj?
Glad v pohotnih ustih,
žeja v možganskih celicah,
kdo bo nocoj večerjal z menoj?
Živim počasneje kakor umiram
in šepetam hitreje kakor mislim.
Ne vem, kam bi s prednostjo,
ki mi počasi vene usnjato kakor lovor?
Moj lačni jaz se je spomnil,
kako sem se na današnji dan
pred davnimi leti približal puški
in se spremenil v neznanskega ljubimca.
Od takrat me ni več, nekdo drugi sem,
postal sem zamorec, nihče me ne vidi,
vsi hodijo skozme in ne spoznajo čudeža.
Vsako noč spi tujec v meni kakor brat,
jaz pa postajam vedno bolj zamišljen
in vedno bolj lačen zamišljenih resnic.
Kdo bo nocoj večerjal z menoj?
Žlico sem izgubil na Rogu,
vilice zlomil na Glamoćkem polju,
nož sem zavihtel v deblo, ki zdaj
podpira vikend blagega moža,
dober tek sem pozabil na lubju
spominskega drevesa iz raja,
roka mi drhti od lomljenja kruha,
preveč sem sit
in premalo lačen.
Lipicanci
Časnik poroča:
lipicanci so sodelovali
pri zgodovinskem filmu.
Radio razlaga:
milijonar je kupil lipicance,
plemenite živali so bile mirne
ves čas poleta nad Atlantikom.
In učna knjiga uči:
lipicanci so hvaležni jezdni konji,
doma so s Krasa, prožnega kopita,
gizdavega drnca, bistre čudi
in trmaste zvestobe.
In vendar ti dodajam, sinko,
da teh nemirnih živali
ni mogoče spraviti v razvidne obrazce:
dobro je, kadar sije dan,
lipicanci so črna žrebeta,
in dobro je, kadar vlada noč,
lipicanci so bele kobile,
najbolje pa je,
kadar prihaja dan iz noči,
kajti lipicanci so beločrni burkeži,
dvorni šaljivci njenega veličanstva,
slovenske zgodovine.
Drugi so častili svete krave in zmaje,
tisočletne želve in leve s perutmi,
samoroge, dvoglave orle in fenikse,
mi pa smo si izbrali najlepšo žival,
izkazala se je na bojiščih in v cirkusih,
prepeljevala je kraljične in zlato monštranco,
zato so dunajski cesarji govorili
francosko s spretnimi diplomati,
italijansko z zalimi igralkami,
špansko z neskončnim Bogom
in nemško z nešolanimi hlapci,
s konji pa so se pogovarjali slovensko.
Spomni se, otrok, kako skrivnostno
sta spojena narava in zgodovina sveta
in kako različna je vzmet duha
pri slehernem ljudstvu na zemlji.
Dobro veš, da smo zemlja tekem in dirk.
Zato tudi razumeš, zakaj so se beli konji
iz Noetove barke zatekli na naša čista tla,
zakaj so postali naša sveta žival,
zakaj so stopili v legendo zgodovine
in zakaj razburjajo našo prihodnost,
nenehoma nam iščejo obljubljeno deželo
in postajajo zanosno sedlo našega duha.
Kar naprej sem na beločrnem konju,
mili moj sinko,
kakor poglavar beduinov
sem zrasel s svojo živaljo,
vse življenje potujem na njej,
bojujem se na konju in molim na njem,
spim na konju in sanjam na konju
in umrl bom na konju,
vse naše prerokbe sem spoznal
na skrivnostni živali,
in tudi to pesem sem doživel
na njenem drhtečem hrbtu.
Nič temnejšega ni
od jasne govorice
in nič resničnejšega ni od pesmi,
ki je razum ne more zapopasti,
junaki šepajo v svetlem soncu
in modrijani jecljajo v temi,
burkeži pa se spreminjajo v pesnike,
krilati pegazi vedno hitreje dirjajo
nad votlinami naše stare zemlje
in poskakujejo in trkajo,
nestrpne slovenske živali
še vedno budijo kralja Matjaža.
Kdor še ne zna zajezditi konja,
naj se čimprej nauči
ukrotiti iskro žival,
obdržati se svobodno v lahkem sedlu
in uloviti ubrano mero drnca,
predvsem pa vztrajati v slutnji,
kajti naši konji so pridirjali od daleč
in so daleč namenjeni,
motorji radi odpovedo,
sloni preveč pojedo,
naša pot pa je dolga
in peš je predaleč.
V požgani vasi
Slonim ob zidu,
še vedno je vroč
od dolgega požara,
nikjer ni človeka,
nikjer zločinca,
tla se udirajo,
vesolje razpade,
zvezde poginjajo.
Naenkrat zavalovi
duh po vijolicah,
začnem poslušati
mile glasove,
trava se vzdiguje
za nove stopinje,
pepel se objema
za novo trdnost.
Studenec štropota
v kamnito korito,
mačka se vrača
na ožgani prag,
vedno bolj rastem,
postajam velikan,
že vidim grozi
preko ramena.
Aleš Šteger (1973). Nació en Ptuj y es uno de los representantes más brillantes y prolíficos de la nueva literatura eslovena. Poeta, ensayista, traductor, editor y viajero infatigable, ha publicado varios libros de poemas, prosas, ensayos y un relato de viajes. Ha traducido, entre otros, a César Vallejo, Olga Orozco, Gottfried Benn e Ingeborg Bachmann. Los poemas aquí traducidos corresponden a su último libro publicado: El libro de los cuerpos (Knjiga teles, Beletrina, 2010).
***
Entre acierto y error.
Del acierto al error.
Todo será errado.
Todo sería acierto.
Todo casi acierto.
Todo debe acertar.
El acierto pule al bien.
El acierto perfora al bien.
Acierto errado.
Del acierto al error.
Al error acertado.
Al errado acierto.
Todo será errado.
Error errado.
Todo error desbordado.
***
Hace dos días que limpio la casa de la que se mudaron
los inquilinos. En el último cuarto, bajo el radiador,
encuentro una moneda de un centavo y dos clips,
enganchados uno al otro, un par en abrazo infinito.
Escurro el trapo para limpiar el piso; agua negra y arena
corren por el desagüe del lavabo. Todo lo que hago es
cambiar de lugar el polvo.
Acabo de empezar a mirar Carretera perdida cuando suena
el teléfono. La voz dice que anoche, de camino a su
casa, ha muerto Svetlana. Esa voz la conocía desde hace
treinta y cinco años. Mucho se reprocha que en la última
charla, le dijo a ella que se preocupaba en exceso y era una
quejosa insufrible.
Cuando alguien muere, éste es nuestro primer pensamiento: ¿dónde
fue la última vez que vi a esa persona, de qué hablamos?
El lugar de la última vez.
Para el final esperamos palabras de proféticas,
una despedida teatral y un gran acto de cierre. Pero alguien se duerme
como se ha dormido noche tras noche seis, siete
décadas. Otra conduce por la autopista, le falla
el corazón, el auto da contra el guarda raíl. No está claro
si el golpe se ha grabado en la conciencia de quien ha muerto.
¿Qué le dije la última vez que nos vimos? ¿Habré
pasado algo por alto, un indicio ambiguo, un mensaje para
los sobrevivientes?¿No debería siempre, en cada conversación
pronunciar las palabras como si fueran las últimas?
¿Qué cambiaría esto?¿La incesante amenaza
de la última palabra no volverá
teatrales las relaciones, no impedirá la comunicación? ¿Hablar
no es acaso hablar de cosas inconclusas?
¿Y no debería ante todo preguntar qué es
el final, si todo es cambiar de lugar el polvo?
***
Apenas media hora de película, aún antes de que corra la primera
gota de sangre, no aguanto el suspenso, apago
el televisor, me voy a dormir. En el sueño el horror se extiende,
después también en la vigilia hay íntimos verdugos y víctimas,
pero no los de mi vida. ¿De dónde?
¿Qué hice yo en cuál de sus pasados para ser
tan vulnerable, qué hicieron otros con mi
alma? Con mi alma perforada, porosa.
No está claro quién inventó el estetoscopio, pero
es evidente que el instrumento imita el oído
del bebé apoyado desde adentro del útero. En
el país de los sonidos somos adultos, nos educó el murmullo
de la circulación sanguínea, el metabolismo de la comida, la plasticidad
de la piel, el crepitar de los huesos. Al principio veía
el cosmos con los oídos. Qué horror de luz es el nacimiento.
Qué caída en el estado de transición de fantasmas
y apariciones del que volveremos sólo después de una larga
y ruidosa batalla. ¿Pero a qué? ¿Pero adónde?
Sobre el alma es fácil ser un lúcido, dice el profesor.
El dualismo de Platón y el alma de los antiguos padres
de la Iglesia. El espíritu que sale del cuerpo y lo contempla
como el boceto recién terminado mira
a William Blake. El alma de las manos y el alma de la técnica.
El alma de la máquina de coser, el alma de la campana de buceo
y el alma de la central nuclear. Algunos, dice el profesor, no
sólo piensan que el alma está en todas las termitas y las hojas,
sino que el alma es todo que a todo rodea, y que
somos los únicos extraños en esta alma. Que hay sólo dos
posibilidades. La primera, que vamos a aniquilarlo todo; la segunda, que
el alma nos va a deglutir y a digerir en su interior.
Miedo infantil ante la penumbra bajo las escaleras. En
cualquier momento saldrá una mano de la oscuridad entre los escalones,
me aferrará la pierna, me jalará a lo oscuro. Me llevó 36
años asociar este temor con mi nombre
Aleš, Alessio, autoexcluido y eremita
urbano, que vivió ignorado y murió bajo
las escaleras de su casa. Mi miedo de que
una mano me jale hacia mi nombre, de caer en picada
en la oscuridad en la lengua que soy.
Sobre el alma es fácil ser lúcido. Estas palabras son
cada vez más un susurro. Nieva. El profesor ha muerto.
El profesor está vivo. La nieve trae paz a los huecos de
su alma. La nieve es la piel que cubre por igual a los que se van
y a los muertos, tensa la membrana que percute
el tiempo. Allá de donde vengo,
la gente se pone máscaras que ahuyentan
la nieve, lenguas colgantes voraces, narices
verrugosas, cuernos y orejas emplumadas. Caminan
en la nieve a través del paisaje que crean con su
andar. Cuando se quitan las máscaras, mi probable
regreso cose las desgarraduras de la primavera.
***
Med prav in narobe.
Iz prav v narobe.
Vse bo narobe.
Vse bi bilo prav.
Vse skoraj prav.
Vse mora prav.
Prav luži prav.
Prav luknja prav.
Prav narobe.
Iz prav v narobe.
V narobe prav.
V prav narobe.
Vse bo narobe.
Narobe narobe.
Vse narobe cez rob.
***
Dva dni že čistim hišo, iz katere so se izselili
najemniki. V zadnji sobi, pod radiatorjem,
najdem kovanec za en cent in dve sponki,
zataknjeni ena ob drugo, brezkončno objet par.
Ožemam krpo za brisanje tal, črna voda in pesek
odtekata v odtok kadi. Vse, kar počnem, je
premikanje prahu.
Ravno gledam Izgubljeno cesto, ko zazvoni
telefon. Glas pravi, da je prejšnji večer na
poti domov umrla Svetlana. Glas jo je poznal
petintrideset let. Zelo si očita, da ji je v zadnjem
pogovoru rekel, da se preveč nažira in da je
neznosen jamrač.
Ko nekdo umre, je to naša prva misel: kje je bilo
poslednjič, da sem osebo videl, kaj sva govorila?
Kraj, ki dobi svoj poslednjikrat.
Ob koncu pričakujemo preroške besede,
teatralno slovo in véliki sklepni akt. A nekdo
zaspi, kot je zaspal noč za nočjo šest, sedem
desetletij. Kdo drug se pelje po avtocesti, odpove
mu srce, avto udari ob zaščitno ograjo. Ni jasno,
ali se je udarec vpisal v zavest umrle.
Kaj sem mu rekel, zadnjič ko sva se videla? Sem
kaj spregledal, dvoumen namig, sporočilo za
preživele? Ali ne bi zmeraj, v vsakem pogovoru
moral izrekati besede z zavestjo dokončnosti?
Kaj bi to spremenilo? Ne bi ravno nenehna
grožnja poslednje besede uvajala v občevanje
teatralnost, onemogočala komunikacijo? Mar
govoriti ne pomeni govoriti nedokončane reči?
In ne bi moral najprej vprašati, kaj sploh je
konec, če je vse premikanje prahu?
***
Že po pol ure filma, še preden preteče prva
kaplja krvi, ne zdržim več napetosti, ugasnem
televizor, grem spat. V snu se groza razrašča,
potem tudi v budnosti rablji in žrtve, zaupne
provinience, a ne iz mojega življenja. Od kod?
Kaj sem v kateri od svojih preteklosti storil,
da sem tako ranljiv, kaj so drugi počeli z mojo
dušo? Z mojo luknjasto, porozno dušo.
Ni jasno, kdo je iznašel stetoskop, a je
očitno, da pripomoček posnema dojenčkovo
uho, prislonjeno od znotraj na maternico. V
deželi zvokov smo odrasli, vzgajal nas je šum
pretakanja krvi, presnavljanja hrane, napenjanja
kože, pokljanja kosti. Na začetku sem videl
kozmos z ušesi. Kakšen teror luči je rojstvo.
Kakšen padec v prehodno stanje fantazem in
prividov, iz katerega se bomo vrnili šele po dolgi
in hrupni bitki. Toda v kaj? Toda kam?
O duši je lahko biti pameten, pravi profesor.
Platonov dualizem in duša zgodnjih cerkvenih
očetov. Duh, ki stopi iz telesa in ga opazuje
tako kot pravkar dokončana risba gleda
Williama Blaka. Duša rok in duša tehnike.
Duša šivalnih strojev, duša potapljaškega zvona
in duša nuklearke. Nekateri, pravi profesor, ne
mislijo le, da je duša v vseh termitih in bilkah,
ampak da je duša vse, kar vse obkroža, in da
smo mi edini tujki v tej duši. Da sta le dve
možnosti. Prva, da bomo vse uničili, druga, da
nas bo duša použila in presnovila vase.
Otroški strah pred mrakom pod stopnišči. Vsak
hip bo med stopnicami planila iz teme roka,
prijela nogo, me zvlekla v temo. 36 let sem
potreboval, da sem ta strah povezal s svojim
imenom, Aleš, Alessio, samoizobčenec in urbani
eremit, ki je neprepoznan živel in umrl pod
stopniščem svoje hiše. Moj strah pred tem, da
me roka zvleče v moje ime, da strmoglavim v
temino v jeziku, ki sem.
O duši je lahko biti pameten. Te besede so
vse bolj pridušene. Sneži. Profesor je mrtev.
Profesor je živ. Sneg prinaša mir luknjam v
njegovi duši. Sneg je koža, ki enako prekrije
odhajajoče in mrtve, napne opno, ob katero
pritrkava čas. Tam, od koder prihajam,
si ljudje nadenejo maske, da preženejo
sneg, viseči nenasitni jeziki, bradavičasti
nosovi, rogovi in uhlji iz peres. Gazijo skozi
pokrajino, ki jo njihovo premikanje sproti
ustvarja. Ko snamejo maske, možnost moje
vrnitve zašije raztrganine pomladi.