¿Cómo comenzó la crisis en Darfur?
La violación sistemática de mujeres es un arma de las milicias árabes, según acusaciones.
Esta región pobre y árida en Sudán es escenario de luchas armadas desde inicios de 2003, cuando un grupo rebelde comenzó a atacar objetivos gubernamentales.
Los rebeles acusaban al gobierno -dominado por los árabes del norte del país- de oprimir a la población negra.
Milicias árabes a favor del gobierno, conocidas como Janjaweed, respondieron lanzando ataques contra la población negra. Se las acusa de ejecutar una campaña de limpieza étnica, buscando expulsar a la población negra de grandes extensiones de tierra.
El acceso a tierras y áreas de pastoreo en Darfur ha generado históricamente disputas entre los nómadas árabes y los agricultores negros de los grupos étnicos Fur, Massaleet y Zagawa.
En Darfur hay dos principales grupos rebeldes: el Ejército de Liberación de Sudán, y el Movimiento por la Justicia y la Igualdad.
Además, hay cerca de una decena de grupos menores, lo que dificulta en extremo la realización de negociaciones de paz.
¿Qué dice el gobierno?
El gobierno del presidente Omar al-Bashir reconoció haber movilizado "milicias de autodefensa" luego de los primeros ataques rebeldes en Darfur.
Pero niega cualquier vínculo con las milicias Janjaweed.
Al-Bashir ha acusado a los integrantes de estas milicias de ser "ladrones" y "matones".
Sin embargo, refugiados provenientes de Darfur describen ataques aéreos lanzados desde aviones del gobierno, seguidos de hordas de milicianos montados en caballos y camellos, que llegan a las aldeas para matar hombres, violar mujeres y robar todo lo que encuentran a su paso.
Muchas mujeres dicen haber sido secuestradas por los Janjaweed y mantenidas como esclavas sexuales.
¿Qué dice la comunidad internacional?
Estados Unidos y otros países han presionado a la ONU para que imponga sanciones económicas a Sudán.
Minni Minnawi (centro) encabeza la mayor facción rebelde, el Ejército de Liberación de Sudán.
El Consejo de Seguridad acordó imponer restricciones de viaje y congelar los fondos a quienes cometan atrocidades en Sudán.
La ONU, sin embargo, ha sido criticada por negarse a calificar la situación en Darfur como "genocidio".
De haberlo hecho, los países que han firmado la convención de las Naciones Unidas al respecto estarían obligados legalmente a emprender acciones para poner fin a los abusos.
Grupos de derechos humanos, el Congreso de Estados Unidos y el ex secretario de Estado de ese país Colin Powell, han dicho en diferentes momentos que la situación en Darfur puede ser calificada de "genocidio".
Ante la presión internacional y la amenaza de sanciones, el gobierno de Omar al-Bashir prometió desarmar a las milicias, pero hasta ahora no hay evidencias concretas de que estoy haya ocurrido.
La Unión Africana, por otra parte, ha intentado sostener negociaciones de paz, y tuvo éxito en levantar la prohibición de vuelos militares y de ayuda sobre Darfur.
Más de 9.000 soldados de la Unión Africana y la ONU han sido desplegados con un mandato limitado, y se espera que este número ascienda pronto a 26.000.
¿Qué está sucediendo con la población civil?
Se cree que más de 180.000 personas han muerto en el conflicto, o por hambre o enfermedades.
Más de dos millones de personas han huido desde sus aldeas a campamentos en centros urbanos, donde no hay suficientes alimentos, agua o medicinas.
Testigos aseguran que las milicias árabes patrullan los alrededores de los campamentos matando o violando a quienes se aventuran en busca de agua o leña.
Azotados por la violencia y el hambre, muchos niños han muerto de desnutrición.
Muchos niños han muerto de desnutrición y las agencias de ayuda advierten del riesgo de hambruna en los campamentos.
Según las agencias de ayuda, un millón de niños están en riesgo de desnutrición.
Por otra parte, las fuerzas de seguridad han sido acusadas de intentar expulsar a los refugiados de los campos y obligarlos a regresar a sus hogares.
Las agencias se quejan de falta de apoyo por parte de la comunidad internacional. También acusan al gobierno de bloquear su acceso a Darfur con exigencias de visas especiales y trabas burocráticas. Sudán dice haber levantado esas exigencias.
Por otra parte, más de 200.000 civiles han buscado refugio en el vecino Chad o se encuentran acampados en una franja de 600 kilómetros a lo largo de la frontera, donde siguen siendo blanco de posibles ataques.
El gobierno de Chad teme una explosión de violencia en su propio territorio, ya que la composición étnica en el este del país es similar a la de Darfur.
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