La elección porteña tuvo una baja calidad democrática, desde el inicio de las primarias presidenciales. La elección no se hizo desde abajo sino desde las estructuras de cada partido. El colmo fue el oficialismo donde ya se hizo sistema lo que en México se llamaba el dedazo, algo que Kirchner hizo con Cristina y ésta con Scioli al colocarle un vice que es un militante de La Cámpora, y se repitió en varios distritos del país. El gobernador de la Pampa, Carlos Verna, renunció por este motivo y De la Sota no quiso convertirse en el felpudo con que los dichos populares acostumbran a nombrar a Scioli.
De antemano se sabía quién era el ganador de la elección: ni Macri, ni Filmus, ni Pino Solanas, sino el señor Mediático, es decir, la imagen que mejor se adecuara al verosímil de los porteños en una campaña de características fantasmales donde el debate sobre las atribuciones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires respecto al gobierno nacional brilló por su ausencia. La imagen de Filmus fue congelada por la Rosada y ante eso Macri apareció como más concreto y más vital.
Macri no sólo venció ampliamente en los sectores con mejores niveles de vida en la ciudad sino en Mataderos, La Boca y Barracas entre otros, ¿se habrán vuelto "asquerosos" o "fascistas" como señalaron personalidades de la cultura afines al oficialismo? ¿Querrán volver a los noventa de la mano del ingeniero? ¿Habrá sido un operativo del diario Clarín que escapó a la prepotencia de Moreno, obsesionado con silenciar al mensajero? Todo hace pensar que las cosas irán peor si se persiste en este método simplificador con que los medios K han acostumbrado a su clientela como el hechicero víctima de sus propios hechizos. Al transformar en política el hechizo de Estado, el gobierno ha ido perdiendo la noción de la realidad.
La elección porteña derribó en primer término el mito del voto juvenil que aparentemente estaría a favor del gobierno por el lavado de cabeza que se le suministra a diario mentándoles a Lenin, Castro, Mao y otros asesinos masivos mencionados como referencias identitarias en la toma de los colegios como sustitutos de Alberdi, Sáenz Peña, Juan B Justo, Alfredo Palacios, nombres cuya sola existencia recuerda que la Argentina tiene una constitución basada en el estado de derecho y que alguna vez tuvo una cultura no sometida a barrabravas o encapuchados.
De nada sirvió la sugestiva licencia que se tomó Norberto Oyarbide para no llamar a indagatoria a Hebe de Bonafini y Shocklender y ensombrecer a Filmus ni evidente política de extorsión, el “votennos, que les vamos a dar todo lo que le negamos al facho Macri”.
La paradoja reside que esta Juventud representa lo más retardatario y patético de una casta política que debería estar entre rejas y ser parte del basurero de la historia. Estetiza lo biológico- ser joven basta para representar lo Nuevo-, opta por el camino más fácil, un sendero de enunciados muertos financiados por el Estado.
El rabino Berman llegó a ganarle por treinta puntos a Cabandié, expresión de La Campora y Macri con una gestión mediocre y una estética de festilindo - él parecía el animador y Maria Eugenia Vidal una maestra jardinera- le sacó entre dieciocho a veinte puntos- estoy escribiendo sobre el pucho- a Filmus, contradiciendo los medios oficiales que sólo le daban una ventaja de seis puntos al ingeniero. Todos los pronósticos fallaron. Pino Solanas sacó menos votos que en su elección anterior pero le bastó para vencer a la juventud neocamporista.
¿Habrá influido el caso Shocklender y la vergonzante corrupción del INADI? ¿El repudio de Patricia Walsh al bochornoso premio a la comunicación que se dio en la Universidad de la Plata a Hebe de Bonafini con el vozarrón de Victor Hugo Morales?
O la calamitosa gestión de Anibal Fernández que no pudo en años organizar una Policía Federal presentable y vivió en un mundo de sensaciones. Que dijo que no pudo “cumplir las órdenes” de la justicia en los sucesos del Parque Indoamericano - que dejaron muertos, evitables de haber cumplido la orden de la jueza- y que derivó en la llegada de Nilda Garré, que de entrada mostró su impotencia para modificar la Policía Federal colocando a prefectos y gendarmes- preparados durante años para otro tipo de tareas- para cuidar autos y dejando todavía más desguarnecidas las fronteras.
Todas son conjeturas. Nunca sabremos que pasa por la cabeza del votante en un país donde los datos están tergiversados, donde se vota personas, o peor, caras.
El no engaño sería abandonar la "ideología argentina" que la mayoría de las prédicas reproducen, plantear una "revolución liberal" como José Mujica en la otra orilla previa desarticulación del Estado mafioso. Un giro de 180 grados que ponga coto a la patria contratista, sindical y financiera que vulneran desfachatadamente la constitución. Pero nada de eso. Si alguien enunciara lisa y llanamente esta posición no obtendría ni un solo voto. Macri resuelve cualquier problema que se le presente con una de las recetas de la ideología argentina y bien a lo K, aumentando exponencialmente los impuestos.
Este triunfo por paliza en la Capital no puede trasladarse a la elección nacional, especialmente si se tiene en cuenta la capacidad de recuperación, extorsión y caja del kirchnerismo, ahora confinado al cristinismo, más golpeado por sus propias internas que por la oposición. Tampoco fue mucho el apoyo de la Presidente a Filmus y otro cantar habría sido si el candidato hubiera sido el hombre al que se inclinaba su dedazo, Amado Boudou, aunque seguramente la perfomance de esta pinturita hubiera sido muy inferior a la del ex ministro de educación de Carlos Grosso y autor durante el menemismo de la Ley federal de educación que recientemente repudió como si nada tuviera que ver con ella. De todos modos no puede negarse que pasó toda su vida estudiando temas educativos y que sus antecedentes como persona son excelentes: no pudieron escucharlo ni los que iban a votarlo ni la oposición.
El cristinismo ha quedado confinado a la figura de la Presidente y la imagen juvenil de la Campora. Ya no se hacen argumentaciones de tipo intelectual, los que integran Carta Abierta culpan a Filmus exclusivamente soslayando el verticalismo con la Rosada, que le impidió debatir, algo inevitable en quien está en desigualdad de fuerzas. Si se tienen en cuenta todas las líneas negativas, de su pasado menemista y de un presente abrumado por casos de corrupción, la mordaza que lo confinó a una imagen piadosa, podría decirse que Filmus hizo una muy buena elección, contrariamente a las interpretaciones cartabiertistas cuya autocrítica recuerda a los comités centrales de los viejos partidos comunistas y oscila entre la terapia de grupo y la autoayuda. Foster critica la ceguera nacional y popular desde una posición esclarecida, iluminista. Pero también hay un elitismo ciego en apoyar incondicionalmente a un gobierno cómplice de gobernadores feudales, del oro por cianuro de Gioja, la expropiación y represión de los tobas por Gildo Insfrán exaltado por Agustín Rossi y La Cámpora, el desfachatado apoyo a Lucía Corpacci de Saadi, el las denuncias de las mujeres de Andagalá.
Lo que se llamó el kirchnerismo está muerto discursivamente.
La demonología necesita de un demonio. Macri no lo es: sólo es hijo de uno de los padres fundadores de la patria contratista, de buenas migas con el oficialismo.
La Cámpora no es bien vista por la población, ni por los peronistas tradicionales, muchos K incluidos, y menos por los que en el setenta pusieron el cuerpo y nada quieren saber con esta caricatura: representa un grupo sin experiencia que todavía no ha alcanzado el enriquecimiento de sus regenteadores pero ávido de incorporarse a la vieja casta política, sin ningún pudor para aceptar los penachos y las tiaras del sindicalismo puerto maderista, sea a través de los fondos de los jubilados del Anses, sea vía Mariano Recalde que administra a gusto las pérdidas millonarias de Aerolíneas. Jóvenes yuppies que posan de rebeldes y nacieron a la vida política ejerciendo la obediencia debida a códigos mafiosos.
Y en ese sentido su presencia puede ser decisiva para definir la elección nacional por lo cual muchos habrán de repetir con Dario… juventud divino tesoro.
3 comentarios:
"Este giro hacia lo sagrado sólo promete un crecimiento de la violencia ahora que el capital de epítetos difamatorios parece agotado."
¿Y qué ha prometido previamente ese giro? ¿Basta con señalarlo como si se tratara de un trueno sin tormenta, un trueno, precisamente, "sagrado"? ¿O tiene en la propia realidad, en el propio mecanismo (¿cuál es?, eso es lo que creo que debemos definir al menos para consumo propio ya que "educar" no es efectivo, como se demuestra día a día; ¿cuál y cómo nació y creció?, claro)?
Sirva para dejar constancia (¿inútil?) de mi propia lectura en un sitio donde se aprecia una dosis aceptable de lucidez que parece a veces acariciar una mayor.
Un saludo.
Aguardo con impaciencia la opinión de Luis sobre el resultado de las elecciones en Santa Fe...
César Contino
ROBAINA, será más de lo mismo, el comentario mucho no debería cambiar. Que nos pasa a los argentinos?, no deberíamos pensar porque votamos así?...
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