lunes, 19 de julio de 2010

Por qué defiendo a Israel, por Bernad.H.Lévy

Dr Zvi Tenney

Yo evidentemente no he cambiado de posición. Continúo juzgando "estúpida", como lo he dicho el mismo día en un duro debate con un ministro de Netanyahu, la manera en que ha sido llevada, a lo largo de Gaza, el asalto contra el Mavi Marmara y su flotilla.
No me queda la menor duda de que la persuación del 7 navío, ese sábado, sin violencia alguna, habría terminado de convencerme que había otras maneras de operar para evitar que no culmine, así, en la sangre, la trampa táctica y mediática tendida a Israel por los provocadores de Free Gaza.
Dicho eso y reiterado, no se puede aceptar menos la ola de hipocrecía,de mala fe y, al fin de los fines, de desinformación que parece no tener sino ese pretexto para, cada vez que el Estado judío comente un error y tropieza, abismarse en la brecha y desplegarla en los medias del mundo entero.
Desinformación, la fórmula asida, hasta la náusea, del bloqueo impuesto "por Israel", en tanto que la honestidad más elemental exigiría que se precise: por Israel y por Egipto, y con la bendición de todos los estados árabes moderados- demasiado felices para ver endilgar a otro, para la cuenta y la satisfacció de todos, la influencia de este brazo armado, de esta base avanzada, un día, quizá, este portaviones de Irán el la región.

Desinformación, la idea misma de un bloqueo "total e implacable"(Laurent Joffrin, editorial de Liberación del 5 de junio, tomando "como rehén"(Dominique de Villepin, Le Monde del mismo día), "la humanidad en peligro" en Gaza, es mentir decir que se "mueren de hambre" en las calles de Gaza City, que el bloqueo militar sea, o no, una buena opción para debilitar, y un día, abatir el gobierno fascislamita de Ismael Haniyed, eso se puede discutir. Pero lo indiscutible es el hecho que los israelíes que ofician, día y noche, en los puntos de control entre los dos territorios, son los primeros en hacer la elemental pero esencial distinción entre el régimen( que hay que intentar aislar) y la población( que se guardan de confundir con este régimen, ni, todavía menos, de penalizar porque la ayuda no ha dejado hasta ahora dejar de pasar).
Desinformación: el silencio en Francia, como en otras partes, sobre la increíble actitud de Hamas que, ahora que la carga de la flotilla ha complido su oficio simbólico, ahora que ha permitido tomar en falta al Estado judío y relanzar como nunca la mecánica de su diabolización( en Liberación todavía, este título terrible y que, si las palabras quieren decir alguna cosa, no puede ir sino en el sentido de la desligitmación del Estado hebreo; "Israel, estado pirata"), ahora, en otros términos, que son los israelíes que, inspección hecha, intentan encaminarse a la ayuda de los destinatarios supuestos- el silencio se hace luego, sobre la actitud de Hamas que bloquea la llamada ayuda al sheik de Kerem Shalom dejándola pudrirse dulcemente: al diablo las mercaderías tocadas por las manos de los aduaneros judíos!, a la basura los "juguetes" que hacen llorar a las buenas almas europas que se han vuelto impuras por las horas pasadas en el puerto israelí de Ashdod!. Los niños de Gaza no han sido otra cosa para la banda que ha tomado el poder hace tres años, que escudos humanos, carnes de cañon o viñetas mediáticas, sus juegos o sus deseos es la última cosa que cuenta- ¿pero quién lo dice?¿quién se indigna?, ¿quién se arriesga a explicar que si hay en Gaza un secuestrador de rehenes, un aprovechador sin escrúpulo y frio del sufrimiento de las gentes, y en particular, de lo niños, es decir, un pirata no es Israel sino Hamas?
Desinformación,todavía:el lamento de idiotas útiles que caen,ante Israel, en la trampa de extraños "humanitarios", que son, como el IHH turco, adeptos de la jihad, fanáticos de apocalipsis antisraelí y antijudío, hombres y mujeres, algunos de los cuales, antes del asalto, decían "querer morir en martirio".(Guardian,3, junio, Al Aqsa TV, 30 de mayo:¿cómo un escritor del temple del sueco Henning Mankell ha podido dejarse usar así? ¿Cómo, cuando nos dice que piensa prohibir la traducción de sus libros al hebreo, puede olvidar la sacrosanta distinción entre un gobierno defectuoso y la multitud de aquellos que no se reconocen de ningua manera en él y que asocia en el mismo proyecto de boycot insensato?
¿Cómo la red de salas Utopía, puede, en Francia, exactamente de la misma manera, decidir quitar del programa el estreno de un film(A cinco horas de París) por el único motivo de que su autor(Leonid Prudovsky) es ciudadano israelí?
Desinformadores, en fin, los batallones de tartufos repudiando que Israel se sustraiga las exigencias de una investigación internacional cuando la verdad, es, de nuevo, mucho más simple y más lógica: lo que Israel rechaza es la investigación exiguida por un consejo de los derechos del hombre de las Naciones Unidas donde reinan estos grandes demócrata que son los Cubanos, Los Pakistaníes y los Iraníes. Lo que Israel no quiere es una gestión como aquella del famoso reporte Goldstone ordenado, después de la guerra de Gaza, por la misma simpática comisión y donde se vio a cinco jueces, donde cuatro nunca habían ocultado su antisemitismo militante, abrochar en algunos días unas 575 páginas de testimonios de combatientes y civiles palestinos(herejía absoluta, sin precedentes) bajo la vigilancia de los comisarios políticos de Hamas, algo que Israel ha previsto(¿Y cómo reprochárselo?)al no aportar su caución a la mascarada de justicia internacional que sería una búsqueda apurada, con conclusiones conocidas de entrada y que no apuntan sino a arrastrar, como es habitual, de modo perfectamente unilateral, la sola y única democracia en la región
al banquillo de los acusados.
Una última palabra. Para un hombre como yo, para alguien que se honra de haber, con otros, ayudado a inventar el prncipio de ete tipo de acciones simbólicas(Barco para Vietnam, Marcha por la sobrevivencia de Camboya en 1979, boycots antitotalitarios, todavía,recientemente, por la violación deliberada de la frontera sudanesa para romper el bloqueo al abrigo del cual se perpetraban las masacres en masa en Darfour), para un militante, en otros términos, de la ingerencia humanitaria y el alboroto que va con ella, hay en esta epopeya miserable como una caricatura, o una gesticulación lúgubre del destino.
Razón de más para no ceder. Razón de más para resistirse a este desvío de sentido que pone al servicio de los bárbaros el espíritu mismo de una política que fue concebida para detenerlos. Miseria de la dialéctica totalitaria y sus inversiones miméticas.
Confusión de una época donde se combaten las democracias como si se tratara de dictaduras o Estados fascistas.
Es Israel el que está en cuestión en este remolino de odio y de locura- pero también, que se lo tenga en cuenta, algunas de las adquisiciones más preciosas, de la izquierda precisamente y del movimiento de las ideas de treinta años se han puesto en peligro.
A buen entendedor, salud.

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