jueves, 20 de octubre de 2011

Retrato del poeta como comisario. Víctor Bustamante


Uno termina pareciéndose de una manera inobjetable a quien admira. Esto para referirme al Mono Rendón, el nobel alternativo, ávido del poder frágil que da la simulación de la poesía como fachada económica y política y no como búsqueda personal de aquel que no tuvo empacho en eliminar, sin fundamento y con su soberbia a sus compañeros de generación, también fundadores del festival, a quienes echó poco a poco y de una manera letal del Festival de Poesía. La lista es larga y él sabe quiénes son. Es una suerte de exterminio que se parece al modelo de lo que él admira, en este caso, los trasnochados presupuestos de la Revolución Cubana, aquella del dictador Castro I y Castro II, la primera dinastía stalinista del trópico, que obliga al vasallaje intelectual con uno de sus comisarios, el poetastro Fernández Retamar que vendrá a Medellín para el festival de Poesía este año del 2009.Cierto. Uno termina pareciéndose a sus invitados y emulando su soberbia y sus vicios. ¿Pero quién es Roberto Fernández Retamar, más conocido en el mundo intelectual como el poeta-comisario?Veamos primero qué es comisario, ria. : (Del b. lat. commissarius, y este del lat. commissus, part. pas. de committere, cometer). 1. m. y f. Persona que tiene poder y facultad de otra para ejecutar alguna orden o entender en algún negocio. 2. m. y f. Funcionario cualificado de la Policía criminal.Poeta. (Del lat. poeta, y este del gr. ποιητ?ς). 1. com. Persona que compone obras poéticas y está dotada de las facultades necesarias para componerlas. 2. com. Persona que escribe obras poéticas. 3. com. Persona dotada de gracia o sensibilidad poética.Total no hay nada más aterrador que hacer notorio este monstruoso ser creado en la Isla, en la bella Cuba, por el dictador Castro I, que exige a sus esbirros que se parezcan a él, así los intelectuales cubanos deben de ser parte de la oficialidad cubana, de lo contrario no existirían y son relegados; tampoco nada más desgarrador que un funcionario encargado de la policía criminal dándosela de persona que tiene sensibilidad poética. Pero algo es cierto: un verdugo puede disfrazarse de poeta, pero un auténtico poeta nunca hará lo contrario. Es simple cuestión de sensibilidad y de honestidad.Para nadie es un misterio que la dinastía y dictadura de los Castro Primero y Segundo empobreció drásticamente a la cultura cubana a pesar de haber cooptado la literatura latinoamericana cuando se dieron cuenta que de esa manera desactivaban con sus premios a los intelectuales críticos de la Isla y así mismo esto le servía de propaganda al régimen del dictador en el exterior, para posar de sensibles. Esto es notorio en los intelectuales latinoamericanos que han sido jurados, que han sido premiados, que han viajado a la Isla. De repente callan las atrocidades cometidas contra la libertad de expresión en Cuba. En esa estólida peregrinación les tapan la boca y les remiendan la conciencia con un vano premio literario entregado por los verdugos y censores de los escritores.El acta de defunción a la cultura cubana la firmó el propio Castro I, en 1961, cuando hizo censurar un documental PM, dirigido por Orlando Jiménez Leal y Sabá Cabrera Infante, pronunciando un discurso estalinista, "Palabras a los intelectuales", en el que determina, sacando su pistola y colocándola sobre el escritorio como cualquier gángster: "Dentro de la Revolución, todo, fuera de la Revolución, nada", dejando de lado cualquier tipo de crítica.Montaner dice: “A partir de ese momento, la cultura cubana fue estabulada en "talleres" literarios manejados por "cuadros" del Partido Comunista, organizaciones gremiales como la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), calcadas de la URSS, concebidas para vigilar y establecer formas de control, y revistas como Casa de las Américas, dirigida por el poeta-comisario Roberto Fernández Retamar, cada vez más comisario y menos poeta, dedicadas a establecer los cánones ideológicos. Desde entonces, cualquier signo de espontaneidad o el menor amago de crítica —Lezama, Heberto Padilla, René Ariza, Reinaldo Arenas— era extirpado violentamente de la vista de la sociedad y su autor quedaba reducido a la condición de no-persona”. A esta lista le agregó a Cabrera Infante, Virgilio Pinera. Armando Valladares, Norberto Fuentes, Raúl Rivero, José Triana, Calver Casey .Esa perversidad llevó a que esta agremiación, la Uneac, dirigida por un poeta que prometía ahora de menor tono para la eternidad de las letras cubanas, buen revolucionario, Nicolás Guillotina, en el caso Padilla se enfermó súbitamente para no darle la cara de vergüenza al poeta pero tampoco dar la cara a los censores cubanos. Ese es el rostro del cobarde. Pero para esa labor de inquisidor, Torquemada tropical, estaba Roberto Fernández Retamar junto a uno de los personajes más siniestros de la cultura cubana: José Antonio Portuondo que dirigió el juicio llevado a cabo para doblegar a Heberto Padilla obligándolo a retractaciones públicas, autoacusaciones que no es nada menos y nada más que la humillación al poeta. Donde se relegaba al escritor o se condena a la cárcel por su desviacionismo que no es más que callar ante los atropellos de los dogmáticos tropicales que no aceptan ningún tipo de crítica al régimen.Fernández Retamar había comenzado sus pilatunas, mejor su corrupción moral, su falta de ética y de solidaridad con los escritores, al denunciar como contrarrevolucionario, por su homosexualidad. a Anton Arrufat, por lo cual fue premiado con la dirección de la Revista Casa. Otra de las confesiones más humillantes fue la de Cintio Vitier, aquel que había escrito poemas formidables cuestionando la Revolución pero en el 69 , durante una lectura en la Uneac se adoctrinaba al lado de Castro para poder sobrevivir entregado al miedo y a la burla oficial, para terminar escribiendo poesía ridícula a la zafra, a la recogida de café, o al niño Elián, acompañado en su adoctrinamiento nada menos que por Fernández Retamar, Nicolás Guillotina y Raúl Roa. Era la actitud típica del católico reaccionario que se hace del lado que más le interesa, el de los vencedores. Y su producto más acabado y siniestro: rehabilitar a los escritores que disienten de la experiencia más cara y nociva para un país, la utopía de la revolución.Traer a Fernández Retamar a Medellín es convalidar al verdugo y a la falta de libertad de los escritores en la Isla; y es una bofetada a la poesía y un elogio a la policía castrista que es la única institución que funciona en Cuba. Recordemos que Fernández Retamar o Rematar, que es lo mismo, firmó esa carta de apoyo, junto a Silvio Rodríguez, Miguel Barnet, Alfredo Guevara, Pablo Armando Fernández, Senel Paz Alicia Alonso y otros 27 intelectuales donde apoyan a la dictadura-dinastía de los Castro Primero y Castro Segundo para fusilar tres jóvenes que intentaron irse de la Isla y al apresamiento de unos 70 intelectuales. Y de esa manera desactivar con el miedo y la represión las críticas que dan sentido a la democracia.Traer a Fernández Retamar es no tener misericordia con algo que se llama la libertad de expresión y es convalidar al régimen. Y es no salir de ese provincianismo que aun nos hace pensar que somos de vanguardia por pertenecer o la falsa izquierda dogmática cuando ya se ha descubierto la mentira y el papel represor de las instituciones cubanas con sus escritores.Traer a Fernández Retamar es mancillar la libre expresión y mancillar la poesíaQué excusa puede tener la corrupción moral de quien invita a Fernández Retamar quien como escritor oficial de Cuba, director de Casa de las Américas, ha callado ante el régimen- Y con su cómoda ceguera ha callado nada menos que ante los miles de muertos, las ejecuciones, los miles de encarcelados por pensar diferente, ante los campos de concentración para homosexuales, los millones de exilados y la falta de libertad para la verdadera Cuba. Qué persona que se llame poeta o escritor es capaz de escribir teniendo sobre sus pies esa base de iniquidades: ninguna, a no ser que haya sido el verdugo y su admirador, y el traidor de sus amigos, quien lo invita. El deber de un escritor es no callar ante los abusos del poder de la izquierda y de la derecha.Fernando Rendón, no creo que seas un tiranosaurio rex, aquel violento dinosaurio del Cretácico superior . Aunque tengas como modelo al Fernández Rematar de los juicios de La Habana. Pero alinearse al lado de la tiranía y dinastía de Castro Dos, al traer a su comisario, es cohonestar con los tiranos y estos de izquierda o de derecha merecen el repudio. No le digo poeta a Retamar ni a ti porque es rebajar el término poeta a la degradación, Hitler también pintaba.Fernando Rendón recordá que cuando recibiste el premio nobel alternativo, dijiste que en Colombia corrían ríos de sangre, pero olvidaste que esos ríos de sangre también eran por culpa de la mala izquierda y no olvides los ríos de sangre y el exterminio donde Fernández Rematar estuvo y calló, como comisario-poeta, de una manera miserable.Fernando Rendón espero que des un debate intelectual digno donde expliques esto, la invitación a Fernández Retamar, ya que lo traes con dineros públicos. Es como si invitaras a Goebbels , el siniestro jefe de publicidad en tiempos de Hitler, a Medellín tan golpeada por la mala fama. No juegues con el doble rostro de Jano igual que hiciste con tus compañeros de fundación del festival: los poetas Ángela García, Sarah Beatriz Posada, Jota Arturo Sánchez, Jairo Guzmán y últimamente al excelso poeta Rafael Patiño y a Lucia Estrada.No olvides que antes de la Revolución había más de cien periódicos y ahora hay solo un diario Granma por el cual vomita sus mentiras cada día ese hibridó impensable hace unos años, la dinastía stalinista de la casa Castro.Espero que no digas que es la derechización de la cultura como alguien dijo hace poco, sino que está en juicio la dignidad de una ciudad, Medellín. Está bien que apoyes a Cuba en Granma pero olvidas de una manera miserable el estado de humillación para los intelectuales libres de la isla.Fernando Rendón tu falta de solidaridad con el mundo libre es persistente. Al invitar a al comisario Fernández Retamar no le quedas mal a Castro y celebras, en baja voz, como te gusta, la Revolución Cubana, que es el desastre social más caro que ha vivido Latinoamérica, y rebajas de una manera humillante a la poesía y a los buenos poetas a que sean cortesanos. Y como director del Festival terminas pareciéndose al comisario Fernández Rematar no a Rimbaud. Mono Rendón no creo que a un Festival de Poesía en Cuba vayan a invitar algún día al Mono Trejos o al Mono Leche.
¡Que viva la poesía libre! Salud

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