Voy a tratar de analizar las grandes contradicciones del comportamiento de los admiradores del castrismo en la Argentina. Trataré dos puntos fundamentales: el primero sería la actitud esquizofrénica de los adalides de la defensa de los derechos humanos en la Argentina y que obviamente ignoran, olvidan, desconocen o niegan a la violación de derechos humanos en Cuba. Y el otro punto es lo que yo llamo la falacia entre libertad e igualdad.
Con respecto al primer punto, es obvio, todo el mundo lo sabe, que la dictadura castrista es la más larga del siglo XX. No ya de América Latina, sino de todo el siglo XX que en comparación con la escasa población tiene el mayor número de liquidamientos en todo el período incluidos los asesinatos de los balseros desde helicópteros y que tiene también el mayor número de exilados de las dictaduras de América Latina.
Es obvio también hablar de la inexistencia de libertad de prensa, de libertad de expresión, de libertad de circulación, de libertad de asociación. Todo eso lo sabemos todos.
El problema es que para los admiradores es inútil argumentar y traer cifras y traer datos: frente a la fe contra una creencia casi religiosa en el castrismo no hay argumentación válida. Es lo que se puede llamar la ceguera pasional. El fanatismo ideológico es la ceguera pasional. Las cifras, los números no cuentan.
Por eso yo quería recordar algunos aspectos del comportamiento de Cuba con respecto a la dictadura militar argentina que a lo mejor algunos han olvidado o desconocen. Hay que recordar que cuando la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reunida en Ginebra propició una condena a la dictadura militar, incluyendo el tema de los desaparecidos, fueron dos países, Rusia y Cuba, quienes se opusieron terminantemente a esta declaración y finalmente votaron en contra de ella juntamente con, obviamente, la delegación argentina.
Otro tema también acorde, tal vez más grave aún, es que en un Congreso realizado en la propia Habana y auspiciado por la dictadura castrista, justamente sobre violación de derechos humanos en América Latina, la declaración final fue una lista de países que violan los derechos humanos de la que quedó excluida la Argentina. Entre los concurrentes había algunos intelectuales argentinos, entre otros David Viñas, que protestaron indignados. La solución de transacción que se hizo fue permitirle a David Viñas y a otros más que había, que incluyeran un documento aparte del documento oficial. El documento del gobierno cubano y de todos los partidos comunistas de América Latina, incluido el Partido Comunista Argentino fue que en la Argentina de Videla no había violación de derechos humanos. Esto conviene recordarlo.
Hay otras cosas todavía más barrocas. Por ejemplo, la invitación de Fidel Castro al General Videla, cuando todavía éste gobernaba, a participar de la conferencia de países no alineados que se iba a realizar en La Habana. Olvidándose, por supuesto, de todos los muertos de Argentina causados tanto por los seguidores de Fidel Castro como por el propio Videla.
Esta relación idílica entre Cuba y la dictadura militar culmina en la Guerra de las Malvinas, cuando recorrió el mundo la foto de nuestro canciller abrazado con Fidel Castro.
Este era el primer tema que yo quería tocar.
El otro punto ya nos llevaría a un tema de filosofía política. Pero apenas lo voy a analizar. Es la respuesta con que siempre salen los partidarios del castrismo cuando hablamos de la violación de derechos humanos, de la falta de libertad, y lo que dicen de que: "bueno, pero al menos no se mueren de hambre. No se mueren de hambre, hay salud, hay educación para todos". Acá se trata de establecer una oposición falsa, falaz. Es una falacia entre la necesidad de suprimir la libertad para que exista una igualdad. Una igualdad que es relativa. En realidad lo que se ha hecho en Cuba es suprimir la pobreza absoluta de una minoría que es el sub-proletariado, trabajadores no calificados, campesinos que constituían una minoría; y en cambio empobrecer a los otros sectores de las clases populares, la clase media baja y la clase obrera que tenía alto grado de precarización indudablemente a partir del castrismo. Es decir, que se sustituye la pobreza absoluta de una minoría por la pobreza generalizada de una mayoría.
Pero además, el hecho de que se sacrifica en Cuba la libertad para lograr una igualdad también es falso, porque donde no hay libertad no puede existir igualdad. ¿Por qué? Porque los que tienen el poder inevitablemente lo utilizan a favor suyo y de sus allegados. En Cuba no hay ninguna igualdad. Los burócratas compran los productos que son inaccesibles para el resto de la población en tiendas particulares, entre otras cosas. Aparte, después de la caída de la Unión Soviética, fue cuando resultó imprescindible para Fidel Castro liberalizar mínimamente la economía cerrada y surge todo un sector que se mueve alrededor del dólar, ya con mercado negro o por actividades con el turismo que tienen un nivel de vida totalmente distinto al que tiene el resto de la población que tiene que seguir viviendo con la cartilla de abastecimiento que no les alcanza más que quince o veinte días.
Es decir, que esta es la otra gran falacia que ha abundado en todos los regímenes burocráticos, en la Unión Soviética, etc. Sin embargo, se sigue enfatizando el tema de la alfabetización, el tema de la salud, el tema de la erradicación de la pobreza. También aquí esto es bastante discutible. Por ejemplo, el tema de la alfabetización. En primer término, no puede diferenciarse con este punto lo que puede ser un régimen capitalista y un régimen llamado socialista porque en los países capitalistas avanzados indudablemente los índices de analfabetismo son insignificantes. Segundo, de acuerdo a las últimas estadísticas de las Naciones Unidas el analfabetismo ha disminuido en el mundo sin hacer ninguna especificación de ningún régimen de ningún tipo. Y en tercer término debemos preguntarnos: ¿alfabetización para qué? Las dictaduras necesitan alfabetizar para adoctrinar. ¿Qué es lo que se lee en Cuba? En una época, hasta el derrumbe de la Unión Soviética, manuales traducidos del ruso. Y bueno, imposible encontrar en ninguna librería cubana libros de los más diversos tipos que se encontraban incluso hasta en las librerías argentinas, más o menos ocultos, en la época de Videla. Vayan a comprar Proust o Trotsky en La Habana. Imposible.
Aparte, toda la cultura cubana o ha estado en el exilio exterior o en el exilio interior. Basta nombrar a Lezama Lima, Virgilio Piñera, Reinaldo Arenas, Cabrera Infante, Severo Sarduy, Heberto Padilla y muchísimos más. Toda la cultura cubana ha estado presa o en el exilio interior o directamente en el exilio exterior. Así que no podemos defender el régimen en base a la supuesta culturización del pueblo.
Sobre la disminución de la miseria y la pobreza ya hablamos y quedaría un tema más: el tema de la salud. Si tomamos las principales fuentes de divisa que tiene hoy el castrismo, el turismo propiamente dicho, incluido el turismo sexual, algo que justamente Castro cuando toma el poder busca terminar con al "burdel norteamericano" y ahora es el burdel del mundo y Cuba está en las guías de turismo sexual porque es uno de los principales junto con Tailandia, donde la prostitución es más barata; pero el segundo rubro sería el turismo de salud. El turismo de salud porque es más barata una operación en Cuba que en Estados Unidos y hay órganos porque la donación es obligatoria. Esta avanzada de salud no es extensiva a todo el pueblo y no se puede hablar de salud cuando falta algodón en los hospitales. Falta algodón, faltan antibióticos, faltan los medicamentos importados que no se consiguen o se dejan para turistas; donde las farmacias -cualquiera que haya ido a La Habana ve las farmacias vacías- donde no se puede conseguir una aspirina. Además no puede haber salud donde la alimentación es muy rudimentaria, es muy poco variada y donde falta el jabón y la pasta dentífrica no puede haber salud.
Solamente un punto más, rápidamente, que es el racismo. Incluso hay racismo. No hay absolutamente ningún negro entre los altos funcionarios del gobierno cubano. En cambio los negros fueron la carne de cañón para las guerras de Cuba en la época de sus locuras en el África.
Creo que esto es una rápida visión sobre los motivos por los cuales yo defiendo a los disidentes de Cuba.
Este artículo corresponde a la presentación realizada por el escritor Juan José Sebreli durante una conferencia organizada por CADAL y la Fundación Konrad Adenauer el 18 de marzo de 2004, al cumplirse un año del inicio de una fuerte ola represiva en Cuba que culminó con la detención, tras juicios sumarísimos, de 75 opositores pacíficos al régimen de Fidel Castro.
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