Libre como el viento camina por las calles de su natal Cartago, Valle del Cauca, el futbolista Édison Fonseca, luego de ser liberado por el club FC Mes Rafsanjan de Irán que le había retenido su pasaporte.En la madrugada de ayer arribó a Bogotá y horas más tarde emprendió el viaje a su tierra, donde espera tramitar un nuevo documento, "porque el pasaporte que tengo no tiene más espacio para sellos". Y eso porque tiene la ilusión de irse a jugar a Estados Unidos con un equipo de la MLS.El "Tigre", en diálogo con EL COLOMBIANO, cuenta que los últimos días en el Medio Oriente fueron un infierno para él, su esposa Vanessa y su hija María Isabel, de cuatro años de edad, quienes permanecían encerrados en el apartamento: "yo no dormía y mi esposa, que al igual que mi hija es de Medellín, lloraba desesperada. Cuando salíamos ella se ponía un manto en la cabeza, como lo ordenan allá por la religión, y no podía hablar con nadie".
Todos los días él esperaba que amaneciera para irse a un café internet a llamar por teléfono a la Asociación de Futbolistas Colombianos, a la agremiación de jugadores de Holanda y a Suiza, donde los abogados de la Fifa le decían que tuviera paciencia que el caso estaba en estudio.Engaño de un agente. Su calvario comenzó un mes y medio después de llegar a Irán (viajó el 18 de septiembre de 2010) cuando supo que había sido engañado. Cuenta que el agente, un brasileño, le entregó un documento falso en español y que después le hizo firmar otro en el que decía que su vinculación al club iraní era por dos años y no por seis meses como creía.Cuando expuso la situación en el equipo y supo que inclusive el empresario se había quedado con un dinero que no le correspondía, los dirigentes optaron por retenerle el pasaporte para obligarlo a cumplir el contrato.Un jugador brasileño que lleva cuatro años en Irán y que sabe español, le servía de intérprete, pues sus conocimientos de inglés de nada le sirvieron."La realidad sí, me sentí como secuestrado. No podía ir de una ciudad a otra por la falta de ese documento. Me sentía muy mal, fue una experiencia amarga, de la cual este agente tendrá que dar cuenta ante la Fifa. Falsificó documentos y se llevó una plata que cobró dizque para el club de Indonesia del que yo había salido tres meses antes".
Ante la presión de la Asociación de Futbolistas y de la misma Fifa, el FC Mes Rafsanjan aceptó entregarle el pasaporte, pero antes lo obligó a firmar una cláusula en la que el "Tigre" aceptaba no cobrar el dinero que le debían de salarios, a no demandarlo ante la Fifa y asumir los gastos de una operación de rodilla que se lesionó allí. Y se comprometió a pagar las multas por el vencimiento de pasaportes de su familia, las del cambio de itinerarios de las aerolíneas y los gastos de hotel. "Y nada de eso cumplió".
El morocho Édison, aunque reconoce que la Liga de ese país es organizada, es tajante: "yo nunca más vuelvo a Irán. Allá las mujeres no valen absolutamente nada, hay mucho machismo. A toda hora deben tener un manto en su cabeza". Y agrega que él se fue con la mentalidad de tener éxito, pero ante el engaño de un empresario soportó una pesadilla de la que, de todas maneras, "aprendés".
Wilson Días Sánchez, Medellín, 25/1/2o11
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