domingo, 15 de enero de 2012

Al pan pan y al vino vino. Por Luis Thonis.


A distancia me vuelvo para mirar





los restos de este abigarrado grupo,





esas almas que odian la fuerza que la mía tiene





templada en la escuela del viejo Aquino.





Allí donde ellos se han arrastrado, encogido y orado





yo permanezo firme, sin amigos y solo





indiferente como la raspa del arenque,





firme como los riscos de la montaña





en cuyo aire agito mi cornamenta de ciervo.





Que continúen como está convenido





para adecuar la hora del balance.










Aunque laboren hasta la sepultura





jamás tendrán mi espíritu





ni unirán mi alma a la suya





hasta que llegue el Mahamanvantara





Y aunque a patadas me rechacen de su puerta





más a patadas los rechazará mi alma.




































James Joyce, El Santo Oficio, 1904, fragmento final, traducción Andrés Bosch.






En este poema de título irónico, que es también una carta de despedida antes de su exilio, Joyce, nombrándose a sí mismo Catarsis Purgativa, satiriza a los popes del nacionalismo irlandés que por cierto no le son indiferentes: consideraba que Irlanda era “un país aristocrático sin aristocracia” cuyos barones se pasaron peleando por siglos en guerras instestinas mientras que “al otro lado del Canal de San Jorge, obligaban al Rey Juan a firmar la Carta Magna( primer capítulo de las libertades modernas) en el campo de Runnymede” (Irlanda, Isla de santos y sabios, 1907) En esta conferencia- Trieste-, Joyce demuestra que conocía en detalle la historia política, religiosa y económica de su país, hasta se detiene en la industria de la lana. Para él esa cultura ya había cumplido su ciclo y se movía, ahogaba en las aguas empantanadas de la impostura y del mito.











A propósito de las reacciones a un poema de Leónidas Lamborghini.

Es imposible controlar los efectos de lo que uno escribe y lo que dicen los otros y lo que dicen que dicen y así, hay que limitarse a lo que firma cada uno. Cuando hay mucha confusión, hay que llamar al pan pan y al vino vino. Introduzco así a cierto tipo de reacciones que generó el poema de Leónidas Lamborghini- de Suad- publicado en la Risa Canalla. Dejo de lado los elogios o las lecturas inteligentes. Me interesaron algunas opiniones como "documentos" de tipo arqueológico. Me limito a reacciones unilaterales en las que oigo nítidamente un llamado desesperado a la afasia, a que no se hable más de ese tema, hasta el punto que no están lejos de pedir que el mismo poema sea suprimido del libro.






Hay que dejar de lado la indignación selectiva, lo único que se puede hacer es cruzarse con ellos en una bifurcación de caminos, en las líneas de transmisión de la escritura, y punto. No me place aplastar a los demás y este u otro señor, por ahora, no entran como otros en la línea de fuego, no tienen armas ni poder, no puedo constituirlos como enemigos porque no tienen peso. Hay un club de “borgeanos” que han hecho un modelo de Borges, que no tiene la culpa de que lo hayan reducido a un estecitismo paralizante. Llegado el momento se vuelven parte de una jauría ensimismada como la que en el poema de Leónidas persigue a Souad. Se trata de un escritor al que nadie puede reprocharle haber sido pro yanqui, pertenecer al "movimiento sionista internacional"- la fantasmal sinarquía que maneja todo desde las sombras según Hugo Wats- o haberse pronunciado sobre temas de la región.






Mi hipótesis es al pan pan y al vino vino: vio que incineraban a una mujer y se le salieron los ojos de madre.
Hay un cierto insulto en considerar a Rabelais rabelesiano, a Kafka kafkiano y a Borges borgeano sin que se les pase por la cabeza que escribieron para no ser eso precisamente. Hay algunos que piensan que Leónidas Lamborghini es el poeta oficial y luego derrumbarlo de ese supuesto pedestal para proponer a Borges. Es una pelea de salón, fuera del campo de batalla, ahí yo no peleo porque aun ganando pierdo. Leónidas y Osvaldo Lamborghini leyeron a Borges mejor que los que lo parafrasean religiosamente.
Así que digo textualmente:“el Leónidas que presento no tiene nada que ver con el supuestamente oficial”, el que imaginan. Les reconozco el derecho de que participar en la inevitable guerra del gusto. Que ladren nomás.
Si a Fulano el poema le pareció “execrable”es porque hace saltar la mierda hasta el techo y llueve sobre sus cabezas, ensucia el salón y el jardin se llena de olores de sangre podrida, de decenas de miles de muertas mal enterradas. Execrable: condenar o maldecir con autoridad sacerdotal o en nombre de cosas sagradas.”(Diccionario de la lengua española). Es un término sacerdotal. Maldijo- es decir, dijo mal- porque el poema tocó algo sagrado, intocable, puro…un crimen cometido en común y silenciado por bienpensantes no sólo borgeanos…se lleva puesta a toda la ideología argentina y a sus sacerdocios- lo sagrado actual- si lo examinamos detenidamente.
Lo que dije no fue para borgeanos o nacional populares sino contra esa forma de leer la literatura que la hace transitar del salón al jardín- nunca se bifurca- y viceversa. Yo introduzco el poema en la guerra de los mundos, eso sí se me puede reprochar, creo que es lo que angustia a muchos, ya que nadie quiere hablar o saber de eso, trabajan día y noche para pintar un mundo que ya no existe, eco de otras décadas.
Algunas señoras también reaccionaron: la vida para mí no es esto, quiero otro mundo, etc. Son madres que tienen hijas, más sinceras que las que dicen que la política no viene a cuento: es como si se hablara de un desaparecido en la época de la dictadura sin referirse a ella. Hay que escuchar esa demanda, su verdad: quiero otro mundo. Ahí aparecen los ideólogos y falsifican los doblajes de la guerra y la paz. De no existir Israel, todo iría mejor, ofertan sin invertir nada, cuidándose el trasero y esa demanda va adquiriendo la coloración suicida de los viejos pacificadores. Israel ocupa el mismo lugar que la literatura cuya solución los obsesiona. Jorge Jinkis tuvo que esperar casi tres décadas para "odiar a Astiz", pero en 1982 no se le notaba un pimiento de odio: apoyaba la amnistía de Luder para los militares, aliado a los sindicalistas. Tienen adelante al abominable Hombre de las Nieves y piensan a qué bloque pertenece.






Los que atribuían a Hitler las mejores intenciones, basta leer a los corresponsales de el New York Times que trabajaban en Berlín. El negacionismo actual es directamente alucinatorio. Es el caso de Alejandro Kaufman que escribe en la revista Confines: “Autodefinirse como de derecha requiere deslindarse del horror radical, tarea ingrata y punto de partida perdidoso para quien sea. Esta sola circunstancia nominativa define una diferencia: no es vergonzoso autodenominarse de izquierda porque no resulta difícil aclarar que los horrores de Camboya o de Stalin son más deudores de las derechas que de las izquierdas. En todo caso, un razonamiento que vincule el corazón del pensamiento de las izquierdas con las violencias o con el horror deberá admitir que hay una contradicción insalvable entre los fundamentos históricos y teóricos del pensamiento emancipatorio y algunas de sus derivaciones inaceptables.” Tesis nueve. Revista pensamiento de los confines. Nº 15, diciembre 2004. Págs. 71 y sgts.






Esto supone que tanto Stalin como Pol Pot eran de derecha, que el primero no escribió los Fundamentos del Leninismo- teoría del imperialismo que nada tiene que ver con Marx- o Pol Polt no tuvo influencias de Ho Chi Min en su estadía en París y luego de Mao, cuya revolución cultural aplicó en Camboya, quemando etapas y asesinando a un cuarto de la población. El mismo Lenin- el verdadero- también sería de derecha, porque masacró, a más de un millón de personas de Kronstand en adelante y liquidó a todas las facciones de izquierda desde el momento en que tomó el poder. Más simple sería decir al pan pan y a vino vino como Cornelius Castoriadis que el marxismo leninismo fue la ideología más criminal en número de víctimas de la historia de la humanidad. Que las primeras hayan sido las facciones de izquierda cuando llegan al poder no significa que sean de derecha sino que ejercen el terrorismo de Estado que se puede leer con todas las letras en Lenin: exterminar todo lo que sea contrario al Partido. ¿Qué libros leyó Kaufman sobre el siglo veinte? Ni a Furet, ni a Lefort, ni a Poliakov…supongo que al negacionista Hosbwaum que la TV pública sigue citando pese a que negó la masacre de Katin, reconocida recientemente por Rusia.

Han llegado a decir que quienes apoyan como yo el petitorio para evitar como el año pasado la lapidación de Sanihek Ahstiani le apuntan al petróleo de Irán. Esa mujer es, luego, un barril de petróleo, que en todo caso sirve para quemarlas vivas. Aluden al diablo norteamericano, reactivan desesperadamente el discuso de la guerra fría, encallan en un puerto fantasmal de amarre. Un modo de no pronunciarse mientras la lapidación u el ahorcamiento se aproximan. Niall Ferguson, cuestionando el poder del promocionado BRIC de Golman Sachs- Brasil, India, China, Rusia-, afirma que Estados Unidos tiene inmensas reservas en América del Norte y está a punto de convertirse en exportador neto de sus productos derivados.¿ Qué ocurrió con las licitaciones del petróleo en Irak?





Hay una escencialización heidegerriana de la guerra por parte de los filósofos del estado universitario global que lo leen en clave antimperialista: el polemos sólo muestra en Heigegger la aparición de "los Dioses y los Hombres, los Libres y los Esclavos" ý en comparación con eso " las guerras mundiales permanecen superficiales". Por eso, Heidegeer lee la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial como signo de "decadencia".
En Francia, más informada que en estos pagos sobre las licitaciones de petróleo en Irak, hubo un debate donde se preguntaban para qué se había hecho la guerra y que pone en evidencia el desconocimiento global de la guerra que está en curso por parte de los habitantes del Kindergarten.






Juan José Sebreli está trabajando en Marx y con el objetivo de integrarlo a la democracia y a la globalización. Pero hoy ni una ni otra cosa están aseguradas. Hay un renacimiento del nazismo y el fascismo y nuevas combinatorias. Lo único seguro es el antijudaísmo como porvenir de la Humanidad. Para mí el nudo más arduo de la cuestión se da en poner de manifiesto los efectos combinados de Mein Kampf y Heidegger. Las nuevas vueltas de tuerca del revisionismo más elemental: en la Argentina no basta con hace un análisis favorable a las posiciones de Manuel Dorrego, hay que cantar un himno a su martirio. No por la política sino por la metapolitización que producen continuamente con el lenguaje gratificante del "princeps juventutis", como dice Meschonnic.






Es la metapolítica la que lleva la delantera. Aplicando los métodos de Mein Kampf, Ahmanidejad que parecía un loco al llegar al poder, poco a poco ha convencido al mundo zombi progresista que Israel es un estado genocida y él es un defensor de los débiles.






Si se busca por el lado del tema, el poema es un atentado al terrorismo de la pseudo universalidad, trata de la ESTUPIDEZ HUMANA- en algunas partes es más consistente que en otras- y coincide con mi ensayo sobre la estructuración actual del sujeto como zombi terminal, por si sólo derrumba miles de libracos sobre el tema a cuyo término resuena con un encanto que encubre su sonido y su furia la flauta de Hamelin que atenta contra el silencio de las sirenas que tan bien escuchó Kafka.

Gabriel Roel me puso esta cita: ""Dios bendiga los campos de concentración para homosexuales de Fidel Castro y los veinte mil desaparecidos de Argentina y la jeta perpleja de Videla y la sonrisa de macho anciano de Perón que se proyecta en el cielo y a los asesinos de niños de Río de Janeiro y el castellano que utiliza Hugo Chávez, que huele a mierda y es mierda" Roberto Bolaño; Los mitos de Cthulhu; 2003). Esta frase me parece una pequeña obra de arte de la injuria que fija una posición ahorrando palabras. No leí a Bolaños, sólo sé que dijo que los chilenos no se merecían a Enrique Lihn. Escribí una nota sobre Enrique Lihn y la elogió mucho, está en la web. Me escribíó varias veces, me enviaba libros, le dije que no iba a contestarle porque temía que capturaran la correspondencia bajo la dictadura. No tenía tampoco mucho que decirle. Nunca intimé con los que admiraba. Debía pensar que tampoco me merecía a Linh.










La política cultural de Macri aplica al tango los mismos parámetros de la soja. Es sólo una mercancía de exportación según los viejos criterios de la patria libremercadista- contratista que piensa que los creadores son secundarios y sólo aceptan productos terminados. Hay nuevos grupos como la Astilleros y la Guardia Hereje que merecerían apoyo y difusión. Los intendentes populistas hacen su contribución, destinando la plata a la murga en vez de formas experimentales de teatro. Destruyen como en Victoria la plaza sólo para ganar en sobreprecios, que pierde su encanto anterior y queda a medio terminar como un minúsculo Yaciretá. Además deja cesantes a unos doscientos empleados para sustituirlos por punteros propios. Parece que esto sucede en varios municipios. Nunca se sabe lo que una forma en proceso puede llegar a dar. El tango y el teatro son prácticas aptas para desfilosofar. La murga, por el componente populista, está más cerca de los filósofos, el diablo se acerca a ella, pero para imitarla mejor para otro tipo de negocios. Curiosamente puse como foto de perfil la escultura donde Teseo ataca a Procusto cuyo lecho es sinónimo de intolerancia a lo que no encaje a un una hipótesis previa. Teseo escucha de Ariadna decirle soy tu laberinto y sin embargo la abandona, ella termina con Dionisios, tema para un tango que ya Nietzche no escribiría.


Esta navidad fue doblemente amarga para el diablo. En primer término porque en cuanto ángel caído, él pertenece a la familia y a su manera participa de la fiesta: nadie más católico que el diablo escribió Baudelaire. Con el paso de los siglos en la mayoría de las catástrofes ha manifestado su neutralidad. No hay que olvidar que su objetivo fue siempre espiritual: apropiarse del alma de los otros, no de sus bienes, aunque no ha habido como él para hacer un arte del fetichismo siempre lo hizo para su causa- buena para él- y nunca como un fin en sí mismo: no es noticia que filosóficamente esté más cerca de Kant que de Sade.




La Argentina actual lo dejó sin trabajo y con pocas almas que subyugar, sus técnicas lo superaron. Anoche hizo una excusión por un supermercado en Victoria. Daba pena ver al diablo disfrazado de murguista- pese a que se puso espuelas nazarenas para no ser uno más- que no se bancó la sidra de tres mangos de Moreno y se convirtió en un pequeño aprendiz de ladronzuelo más.











Arturo Jauretche, citando a Bentham, diferencia entre el error, simple opinión falsa- que puede ser bienintencionada- y sofisma, “con que designa la introducción en el razonamiento de una premisa extraña a la cuestión, que lo falsea” Y continúa diciendo que Bentham nunca sospechó que tendría tantos discípulos rioplatenses que superaban lo que se proponía combatir. Acuerdo con él, añadiendo que los sofismas se han incrementado de modo inflacionario hasta convertirse en enunciados zombis.







Jauretche escribe: “Porque cuando un zonzo analiza la zoncera- como se ha dicho- deja de ser zonzo.” ¿Colorín colorado? No. También se puede afirmar que los discípulos nacional populares de Jauretche hubieran infartado a su maestro. La Argentina se pobló de enunciados zombis que ahora son la base de su cultura. No vaya a creerse que me refiero sólo al oficialismo, la oposición no piensa diferente, le molesta la corrupción oficial pero no piensa distinto, tanto es así que toma- tanto ella como sus adherentes- a Beatriz Sarlo como si su ignorancia sin límites fuera equivalente a la inteligencia de un Sebreli. Sarlo pasó el papelón de su vida luego de las refutaciones de Pablo Jacovkis. Los medios lo silenciaron, finalmente, Orlando Barone casi se prestó para reivindicar a Sarlo como una intelectual complementaria de Sandra Russo. Aplausos.






El verdadero intelectual va contra la corriente general. Sebreli fue el primero que leyó al Stalin de Boris Souvarine. La mayoría del progresismo todavía está en pañales y todavía no ha abandonado la teoría leninista del imperialismo: el mitómano Chomsky anuncia una invasión de Estados Unidos a América Latina y le creen. Incluso hacen suyos los argumentos de videos truchos de la TV pública que abundan en delirios ecológicos presentando a un mundo arcádico invadido por los OGM de Monsanto, obsesionados con el glifosato y olvidando el Riachuelo.






Si no fuera por los transgénicos, Argentina nunca habría tenido el mayor crecimiento de su historia. En el fondo, le apuntan a los derechos de patentes que son la única manera de evitar el monopolio. Hay que gobernar las multinacionales, clamaba Noaemí Klein. Monsanto no tiene la culpa que la Argentina dependa para subsitir casi con exclusividad de la soja. También se presenta como argumento que los campesionos en Hungría quemaron miles de hectáreas, pero se olvida el resurgimiento en este país del nacionalismo exacerbado y el fascismo que destruye los cultivos como lo hizo el Che en Cuba como con la industria azucarera.






Sebreli en su reciente reportaje de La Gaceta, dice: “No nos olvidemos de que el Partido Comunista apoyó a Videla, no nos olvidemos de que los maoístas del PCR apoyaron nada menos que a López Rega, no nos olvidemos de que todos los partidos de izquierda sin excepción apoyaron a Galtieri.”
Y si da un paso más encontrará a los fascistas del grupo Quebracho aliados a D´Elía y a los hitlero islamitas atacando la embajada de Israel al grito de “todos somos Hezbollah- en la guerra de 2006 mediante la combinación de Hezbollah, Siria y Hamas. ¿Qué dijo Sarlo de todo esto? Tal vez espere veinte años para que sea correctamente político pronunciarse. Hoy el régimen sirio masacra la población de por miles y no se ven manifiestos ni manifestaciones ni “flotillas humanitarias”.







Cuando Moyano afirmó que la inflación “favorece la movilidad social” creí haber escuchado una de las frases más impopulares de la historia argentina. Sin embargo, pronto fue superado por Boudou para el cual “la inflación es un problema de los ricos”. El que está en la vanguardia de todos es Guillermo Moreno, empeñado día y noche en refutar la ley de Jean B. Say para el cual no puede haber demanda sin oferta. Cada frase que emite es un atentado a las leyes elementales de la economía como en la que dice que “los costos determinan los precios y no los precios los costos” o que cuando hace unos meses decía que todo producto que ingresa al país desde ese mismo momento es “argentino” y él puede disponer a su antojo de éste, pasando por alto los contratos que hayan hecho. Bien: aplicándole su propia teoría Moreno sería un apátrida que suspende las importaciones de productos que aspiran a ser "argentinos", decisivos para la economía de un país que vive de un 80% de las mismas. Que se cuide Moreno: hay gente de izquierda que está de acuerdo con sus políticas aislacionistas pero es capaz de hacer finalmente la revolución si no cuentan con la última novedad de Apple.








También Adrián Suar ha dicho que Cristina es una “gran actriz” ignorando que muchos que actúan muy bien en público con un escenario adecuado y sostenidos por la identificación con el público o la masa no soportarían una prueba en las tablas. No es lo mismo ser histrión que actor. Decir que Cristina es actriz equivale a decir que Luis D´Elía es filósofo, Aníbal Fernández escritor o Sandra Russo o Beatriz Sarlo intelectuales. Pobre Don Arturo: Hannibal es la mejor prueba que las zonceras analizadas por semejante personaje se vuelven más enunciados zombis que zonceras.






Cuando el psicoanalista lacaniano obsesionado por la literatura dijo que Nabokob era un “imbécil” me di cuenta que las cosas no iban ir bien en esa revista de sonados nombres: ¿qué nos quedaba a nosotros? Las cosas se agravaron cuando en el escritorio de recepción alguien que no conocía, Hugo Savino, trajo una traducción de Mallarmé y la me pasó nombrándome “especialista”. Todo consiste en reparar en los detalles. Vino la guerra de Malvinas y todo se fue al diablo. A la reunión había llevado un ejemplar de Folisofía para desfilosofar como punto de partida estratégico para iniciar la resistencia al delirio colectivo que prometía el nuevo contexto. No captaron. Se metieron en el delirio de cabeza. Considerar imbécil a Nabokob o pasar por alto a Folosofía se pagó caro. Todavía están blanqueando esa historia, ahora combaten a la dictadura militar.





Hice mi discurso- si se ganaba la guerra qué pasaría con los desaparecidos, pero la guerra estaba perdida ya que Inglaterra era parte de la OTAN que no iba a tolerar guapos que tiraban gente de los aviones en el Atlántico Norte, etc- y a la salida me crucé con la cara casi sonriente de Savino: “yo estoy con el mundo libre”, dije, casi con reflejo pavloviano y en ese contexto de angustia- la angustia que los psicoanalistas empujaban hacia los estafadores de la masividad, algo que se volvería rito – resonó una carcajada homérica. Yo sólo había dicho lo que pensaba y la palabra traidor ya zumbaba en el aire. La misma película de Literal, ampliada y a la luz de todos. Para qué se hicieron los amigos sino para traicionar, ésta era de Cabrera, y otra risa. Ramón Alcalde lo lamentó de veras. Teníamos todo armado y estos histéricos arruinaron todo, comentó el novelista "asesorado" de aspecto de sepulturero que no te acompaña ni a la puerta del cementerio.



Al pan pan y al vino vino: lacrimatorios y botas. Otra guerra había comenzado.





























































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