Quedé embarazada y me quemaron viva
cubro con una máscara mi rostro
mi máscara es hermosa, seductora
pero detrás, soy un Momo de un horror
que alguna oscura diversión da al mundo
Leónidas Lamborghini( de Souad, La risa canalla, Paradiso,2004)
¿Quién tiró la primera piedra?
Hay que mirar fijamente su rostro, lejano y como uncido por el silencio que se va petrificando hasta confundirse y volverse más profundo que las piedras con la que pensaban lapidarla. El rostro de Sakineh, lejano, como si se avergonzara de cierto toque de mustio exotismo, sigue en silencio: no hemos podido escuchar su tono de voz ni sus palabras. Ni de ella ni de las otras quince que al no una tener repercusión internacional que afecte al poder serán fatalmente lapidadas, con mayor aplicación si una logra "salvarse" y será solamente colgada como prenda de benevolencia. Lapidación u horca. Siniestro. Es la lengua misma la que tiró la primera piedra, lo demás viene solo, la lapidación está en la misma lengua que se habla, absolutamente maternizada en el Templo.
Nada sabemos de su memoria individual, sólo del caso que he han achacado retrospectivamente. Sakineh emerge desde las sombras como un trofeo de los ayatolas de la muerte o de nosotros, los bienpensantes, pero ella como tantas otras está muerta previamente y lapidada de palabras.
La lengua del Templo y de la Oumma no deja de tirar piedras: está lapidando todo el tiempo una memoria que no puede ser contradicha por ninguna escena individual, qué decir del deseo, todo es adúltero para esa lengua que quisiera prescindir del lenguaje que como el amor viene, se posa, vuela, se va…Marivaux es ilegible para los guardianes del Templo. También Joumana Haddad cuya obra introduce a Sade en las noches árabes. Sade puede hacer mucho más que la ONU y los discursos edificantes para arrancar a los sujetos del incesto con el templo-madre.
Tampoco hay “una” entre todas las mujeres como el catolicismo: todas las mujeres son una, La Mujer- la que despoja a la mujer concreta de sus atributos femeninos- pertenecen a la Oumma. De ahí el fantasma de los que asesinaron en diciembre pasado los coptos cristianos en Alejandría, incentivados por un Sheik: les hizo creer que “sus” mujeres están copulando con otros sobre los que cae el principio de exclusión étnica que prima hoy en el mundo islámico donde pronto sabremos- ejemplo Túnez- si existen o no los moderados, si la vida puede escribirse en el lenguaje y no en la lengua del Templo.
Les dio licencia para matar en masa.
En enero del año pasado escribí sobre “El caso Sakineh Ashtianí y la ruptura de relaciones con Irán”, a partir de las declaraciones de la Presidente que pensaba incluir el tema Amia en su gira por Kuwait, Qatar y Turquía proponiendo un tercer país neutral para juzgar a los implicados en el atentado más grave que sufrió el país. Una de las hipótesis que barajaba- no sólo propia- era que Argentina de no llegar a ningún acuerdo, rompiera relaciones y siguiera los pasos del caso del avión de Panam en diciembre de 1988 en la localidad escocesa de Lockerbie, derribado por Kadafi, que fue llevado a los tribunales y tuvo que pagar por la vida de cada una de sus víctimas. Todo eso quedó en una nebulosa y la Argentina se ha acercado cada vez más a Irán en sociedad comercial, algunos hablan de un pacto secreto: sería un verdadero insulto a las víctimas tan bochornoso como el apoyo a Al Baschir en 2009, autor hasta la fecha del máximo genocidio del siglo XXI, ante el pedido de detención de Moreno Ocampo, para satisfacer el “antiimperialismo” de Chávez que tiene en Texas su principal refinería.
Nada quedó del notable discurso de Kirchner en 2007 en la ONU donde reconocía la existencia del terrorismo global y poco a poco el discurso fue pasando a lo sagrado, en una suerte matriarcado demo delegativo: la oratoria de Cristina Kirchner no es la de una empleada pública sino de una Matriarca.
La cultura argentina en general parece más bien estar de acuerdo con la zombi interpretación de Rodolfo Fogwill- revista Zoom, 2009- , quien, molesto por el enérgico reclamo de Kirchner, consideró que el caso Amia, uno de los atentados más probados de la historia del terrorismo, eran lucubraciones del fiscal Nisman para satisfacer a Israel y Estados Unidos porque “han hecho un imperio que existe desde hace miles de años. ¿Qué sentido tiene hostilizarlos todo el tiempo para contentar a Estados Unidos e Israel? ¡Hay que dejarse de joder”. Le faltó añadir a la "banca judía" y a la "sinarquía internacional". Estaban presentes. Uno creería estar oyendo a Luis D´Elia.
Lo jodido es precisamente esta cultura milenaria donde la vida de los sujetos está escrita de antemano por el mektoub y su memoria petrificada en relación al fanum, al templo. El fanático es el hombre que lleva el templo consigo como Fogwill, prototipo del clown posmoderno, llevaba la mercancía espectáculo en sus espaldas hablando para un grupo de consumidores contestatarios dispuesto a aplaudir la "fija" que les cantaba.
Ahora, el gobierno, parece haber cambiado su concepción del terrorismo: no es un estado o una organización multinacional que ataca mediante crímenes masivos a civiles indefensos, un terrorista deja de serlo si el hombre es “experto en explosivos” según la insólita definición de Carlos Kunkel.
Los que hicieron Auschwitz hubieran podido alegar en Nuremberg que eran “expertos” de una clase muy especial que sólo hacían su trabajo. ¿Los lapidadores son otros "expertos"? El régimen sirio está masacrando a su propia población- incluyendo mujeres y niños- sin que nadie mueva un dedo: no hay manifestaciones, ni ataques a la embajada, ni flotillas "humanitarias"...No hay indignados: qué va a haber, diría Discepolin. ¿Qué ocurrirá si Israel hiciera lo mismo con sus propios árabes judíos que gozan de todos los derechos?...la progresía saldría en masa a las calles junto a los fascistas de Quebracho y otros pro hitlerio islamitas y convertiría en piedras su embajada, además de firmar manifiestos que conspirarían contra la "regulación" del papel...
Ahora por una ley de corte pinochetista cuyos artículos no tienen el estato de penales por su vaguedad, pueden, en cambio, ser terroristas los militantes que hagan pintadas, ya hubo detenidos por eso. El gobierno, cada vez más limitado a un grupo que funciona a puertas cerradas , desoyó las críticas de los intelectuales que lo apoyan, desde Verbitsky hasta Carta Abierta. Quedó lejos aquello de "no hay criminalizar la protesta social".
Hace tiempo escribí que la Argentina está librando la peor de las guerras posibles: contra el principio de realidad mismo.
Difícil entonces que quiera enterarse de que no sólo el mundo está en guerra sino que hay una guerra de los mundos donde Irán es uno de los lugares estratégicos claves, hay abundante material en Libros peligrosos de las masacres sobre los que reina un código de silencio.
Incluso nuestros demócratas no quieren saber nada porque la idea de la guerra es fea, sin duda, y contradice su sueño del mundo como un gran Arcadia democratizada que se logrará con grandes palabras que suelen culminar en un crimen de indiferencia. Sucede que los estados terroristas y sus secuaces no se "mueren por dialogar" como demostró recientemente Kadafi y en un contexto donde además de Irán, las sectas whaabitas y salafistas matan como moscas a los que no son del Templo en todo el mundo, Corea del Norte el año pasado hundió un barco surcoreano y apunta a Corea del sur, China continúa la limpieza étnica en el Tibet como Hezbollah en el Líbano y está Pakistán donde hay que impedir que los fundamentalistas accedan a la Bomba. La política temerosa de un Obama ha logrado que Turquía como en los viejos tiempos entre en la saga de la limpieza étnica- lo argumento en Túnez y el modelo turco- y se acerque cada vez más a Irán.
Ahora hay malas noticias sobre el caso Sakineh Ashtianí: será lapidada, colgada si hay benevolencia. Nunca pudo probarse el adulterio y menos que asesinara a su marido, se trata de un “mensaje” para demostrar fuerza por parte de un régimen que tiene en contra a casi todo el pueblo. Desde la llegada de Ahmanideyad el régimen, como digo al narrar la guerra del 2006, Irán ha empleado las técnicas de Mein Kampf con indudable éxito: desde esa provocación que originó la réplica de Israel el mundo, con el aporte de organizaciones criminales como la Unesco- basta leer sus programas para los niños palestinos donde Hitler es un héroe- , las mentiras de un Chomsky y secuaces ha decidido que, pese a Hamas y la Jihad Islámica y la base iraní que se estableció cuando Israel devolvió Gaza, los hitlero islamitase son carmelitas descalzas y los judíos los malvados. Se olvida rápidamente que a toda réplica israelí la precedió un ataque palestino y que los cohetes no dejan de caer sobre las fronteras.
Se han sucedido desde esa época las sucesivas "crisis antisemitas" después de una provocación- evidente en el caso de la "flotilla humanitaria"- que alcanzan a la misma política europea: Dominique Villepin saca partido de la causa palestina, pasando por alto que- como lo demuestran las últimas declaraciones de su líder en Gaza, Ismail Haniyed, a fines de 2011 al celebrarse el 24 aniversario de la fundación de Hamas donde retoma la carta fundacional- está en la web, ahí puede leerse que el tema no son los territorios sino comer judío- de avanzar hasta la eliminación de Israel:"La resistencia armada y la lucha armada son el camino y la opción estratégica de liberar la tierra palestina, desde el Mar [Mediterráneo] hasta el río [Jordán], y de expulsar a los invasores y usurpadores [Israel]... No renunciaremos a un centímetro de la tierra de Palestina".* Y prometió que Hamas "conducirá Intifada tras Intifada hasta que liberemos Palestina - toda Palestina, por voluntad de Allah. Allah Akbar y alabado Allah”. Por supuesto, dos días más tarde, el Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, dijo todo lo contrario: "La solución permanente está en las fronteras del 67" Mentía al prometer la paz. No la habrá hasta que exista Hamas.
Se habla siempre de los pobres palestinos, y es cierto, pero se pasa por alto que los dirigentes de Hamas, que sigue a la letra el viejo programa de Arafat de destrucción por etapas, son los multimillonarios de Gaza gracias al financiamentio internacional. A esta altura gran parte del mundo "delira" a Israel ante cualquier nombre judío como el político chileno Fuad Chahin, diputado de la República de Chile por el Distrito 49, que atribuyó- 5 de enero- un incendio a un ataque israelí, un estado que vive matando "niños palestinos" ante la sola presencia sospechosa de un turista judío. El antijudaísmo es el porvenir de la humanidad, dijo Jean Claude Milner. Es el triunfo de las técnicas comunicacionales de Mein Kampf, best seller en el mundo árabe.
Nicolás Sarkozy evitó el año pasado la lapidación amenazando a Mahmud Ahmadineyad con una ruptura de relaciones: ahí el gangster iraní demostró que la caja le importa más que la Sharia. Motivo demás para seguir presionando al régimen y obligarlo a suspender este acto macabro.
Bernard Henry Lévy escribe, fustigando el régimen: “Viva la muerte generalizada! Así como la marcha forzada para la adquisición de la bomba atómica, así como la amenaza de destruir Israel, así como el envío de homicidas a Bachar Al Assad o la desestabilización del vecino iraquí por terrorismo interpuesto, y así, hoy, con esta provocación deliberada, enorme, innoble: Sakineh será colgada “
Será colgada para mantener ese silencio petrificado que informa que todas las guerras de religión apuntan a controlar el goce femenino no limitándolo por el nombre y el lenguaje que separa a la mujer de si misma sino volcándolo al universo de la Oumma, del templo, a una memoria compacta gestionada por lo teológico político que ha perdido la guerra con lo arcaico y que sólo puede actualizarse en una lengua absolutamente maternizada, cerrada sobre sí misma.
Kafka, cuando daba una conferencia sobre el yiddish ante un público de judíos alemanes que para integrase había olvidado involuntariamente- o no- esa lengua de origen, dijo: veo miedo en sus ojos. Como si el yiddish enunciado por Kafka les recordara que nunca estarían totalmente integrados, que estaban entre dos lenguas. Ese miedo sería premonitorio: estamos en el centro de Europa, pero somos un conjunto de asquenazíes, nuestra lengua no tuvo un Lutero y menos a un Heidegger, no está siquiera integrada a sí misma, se ha hecho de préstamos del arameo y lenguas eslavas, no, hablamos una lengua que no es la nuestra, somos otros de los que creemos ser. Posteriormente los campos de la muerte serían el modo de solucionar el "problema" de la integración. El estado iraní ha entrado en una fase paranoica, habla la lengua sagrada del templo y su efecto es el terror: hace suyas a las mujeres lapidándolas. Como si todavía pesaran la polarización extrema entre el Bien y el Mal del mazdeísmo de los tiempos de Zoroastro que el Islam había superado designándose una religión de tolerancia.
Irán, hay que recordarlo siempre, a diferencia de Siria no tiene ningún conflicto, territorial ni de ningún tipo con Israel. Tampoco Egipto, pero los Hermanos Musulmanes piensan romper el tratado de paz tras la devolución del Sinai. Ahmadineyad insiste en querer borrarlo del mapa, apurando su programa nuclear.
El motivo no es sólo que Israel ha ganado todas las guerras, es decir, los intentos de genocidio del mundo árabe desde 1948 sino que ha vencido en la guerra de lo arcaico mediante mandamientos como el "no matarás" que se incribe fuera de toda ley y toda trasgresión como una figura de lenguaje. Esto contradice el código penal al que se reduce la Sharia. Habría que preguntarse si lo que Kafka nombra como Ley no es sino un código penal enmascarado: el personaje de El Proceso siente cierto alivio cuando es detenido de veras como si esa concreción fuera un descanso de la incertidumbre de estar entre dos lenguas y en un juego de escondidas con una ley que nunca se manifiesta.
Cuando la ley se reduce a un código penal advertimos una impotencia radical para lidiar con el Origen, todo vuelve ahí, a una lengua absolutamente purificada. ¿Qué no le ha sido trasmitido al Islam? Nada, al menos en esta versión donde el nihilismo es la consecuencia inevitable, fatal. Israel también tiene sus problemas de integración con los judíos de excepción o los judíos árabes, quienes odian a su Estado pero no quieren saber nada del trazado de una frontera con Palestina que los deje como vecinos de Hamas, o los "jaradei", que representan un 3% de la población y no quieren integrarse a la modernidad.
Israel, como Sakineh, es "adúltero" por fundarse más en el lenguaje que en una lengua penal, con la ausencia de poética sensual que alguna vez destacó al mundo árabe y que como toda otra cultura siempre se tradujo al maniqueísmo persa, lapidada también por lo teológico político que sólo quiere oír la lengua del templo hablándose a sí misma y de la cual el lenguaje es la diferencia que hay que asesinar reiteradamente, donde lo que dice uno debe ser ritmado y cantado por todos y ahí tenemos el himno de un viva la muerte generalizada.
HAY QUE IMPEDIR QUE LAPIDEN A SAKINEH.
Se puede hacer algo para evitar que lapiden a Sakineh Ashtianí la próxima semana participado en la cadena de solidaridad internacional y marcando en facebook el nombre de la revista Règle du jeu, Des nouvelles(terribles) de Sakineh donde aparece su rostro y cliqueando donde lo indican. La práctica de la lapidación por inhumana es en sí misma repudiable- las piedras no deben ser demasiado grandes para demorar la muerte de la condenada y que sea mayor el suplicio- pero ella fue torturada para que confesara haber tenido relaciones extramatrimoniales- pena: lapidación- con dos hombres y retrospectivamente de haber asesinado a su marido: 10 años de prisión. Su cuerpo muestra las huellas de la flagelación. El proceso estuvo viciado de arbitrariedad: su primer abogado se tuvo que ir del país, pero apresaron a su mujer, al actual le saquearon la casa y a ella la hicieron aparecer en televisión cubierta en un chador donde sólo se veía la nariz confesando sus “crímenes” por parte de una justicia que contradice al propio código iraní que supone una previa denuncia de las víctimas (los supuestos amantes no denunciaron “violación”).
Mas allá de cualquier polémica sobre el relativismo cultural o porqué el adulterio se castiga más que el crimen hay que presionar para ante todo detener este acto macabro como se pudo lograr el año pasado sumando firmas y difundiendo el suceso, algo que, además, puede abrir la posibilidad de no sean ejecutadas otras quince mujeres que no tuvieron repercusión y evitar un hecho que insulta a la humanidad y al pueblo más culto de Oriente, hoy en lucha y reprimido por los ayatolas de la muerte.
El gobierno, la oposición, los medios, las personas públicas, intelectuales y artistas tendrían que hacerse eco del caso y peticionar por ella, cada uno con los recursos que tenga.
¿Quién tiró la primera piedra?
Piedad para Sakineh
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