martes, 31 de enero de 2012

La guerra entre el dólar y el euro: la crisis no la resuelven ni Evita, ni Alsogaray ni Duhalde. Por Luis Thonis.

A Noni Benegas.

Sur l¨herbe où le jour s´extenue
L´arlequine s´est mise nue
Et dans l´etang mire son corps.

Apollinaire.






He leído un libro de Miret Zaki, La fin du dólar, que tiene mucha repercusión en medios progresistas siempre en busca de una voz evangélica que confirme sus creencias Zaki, que aparece dando conferencias en sucesivos videos, no es economista sino una periodista con ribetes de sensacionalismo: la imaginaria guerra del dólar que plantea contra el euro se parece la “guerra contra el glifosato” en la Argentina que por el sólo resentimiento contra una empresa con la mentira- que puede desmentir cualquier técnico del Inti en la materia como cualquier chacarero- nos empujaría a una agricultura del paleolítico como quieren algunos antiglobalizadores como el simpático John Zerzan y destruir una de las pocas cosas que se hicieron bien en el país estas últimas décadas. Los mismos que apoyan al gobierno difunden videos financiados por el Rey del Roquefort y otros José Bové, defensores de una agricultura "cultural" que da pérdidas, financiada a su vez por los contribuyentes franceses. (I)
Zaki, muy suiza en esto, cree en la moneda como un fetiche y no como un bien líquido de intercambio, que la crisis del euro no existe y el dólar belicista le hace la guerra aunque ella arroja las primeras piedras.
Es cierto que por cada dólar estadounidense hay seis de endeudamiento y que China que financia su deuda acumula montañas de pagarés y este sistema a la larga no será sustentable: no es por lo tanto un gran descubrimiento aunque se lo presente como profecía. La economía norteamericana le resulta una vasta ilusión, Europa un continente sólido, fabula una alianza de Europa con China, cuya economía según Nouriel Roubini - famoso por haber anticipado la crisis del 2008- se derrumbará en 2013. Zaki, suspira y ve otro paisaje: el Youan será la moneda de referencia en Asia y China será aliada de Europa en un mismo combate contra Wall Strett.
En el mercado de la profecía hay para todos los gustos. No habrá nunca una economía absolutamente transparente, agreste y arcádica como en el poema de Apollinaire. Jack Ewin en el último Der Spiegel sostiene lo contrario de Zaki: “La mayor parte de los empresarios siguen viendo a EEUU como el faro de la libre empresa. La imagen del modelo norteamericano muestra una sorprendente resistencia. Para el mundo de los negocios Estados Unidos es más Sylicon Valley y Hollywood que la dinamo un tanto antigua de Wall Street. Incluso para China, EEUU es el país al que hay que emular”.
Yo me sumo con una propia: si Europa sigue haciéndose la desentendida, ignorando el caballo de troya verde que tiene ante su nariz y limitándose al multiculturalismo en dos décadas será Eurabia y la misma Miret sabrá lo que es la Sharia y pedirá a los norteamericanos que hagan el trabajo duro como ya sucedió en Bosnia y en Kosovo: ahi se salvaron miles de vidas aunque no hubiera petróleo como en Kuwait. Zaki reproduce los lugares comunes sobre la guerra de Irak, ignorando los argumentos de Vaclav Havel o Eli Weisel, censurados de los medios argentinos que la presentaron como un agresión imperialista, lo atribuye muy keynesianamente a una salida de la crisis económica. Olvida que Bush recibió un superávit inmenso de Clinton que continuó la política de Reagan y con la economía en crecimiento. Bush, adverso a Wall Strett y del FMI, fue keynesiano en economía, la recalentó a lo Néstor Kirchner, nada que ver con la austeridad reganiana de Clinton. La guerra, inevitable con Afganistán donde estaban las bases de Alqueda, refutó el argumento de Keynes, más bien fue una de las causas de la crisis por el aumento del gasto público que hizo Bush- le faltó decir que fue por el petróleo como mintió la TV pública aquí que como los grandes medios asoció el ataque al Irak de Saddam Hussein al saqueo que habrían hecho en la Argentina no su clase dirigente sino los malvados imperialistas. Son los mismos que ahora minimizan el asesinato de José Luis Cabezas por no haber muerto en Afganistán.




A partir de entonces, ciertos caballos que venían cabalgando a trote lento desde medio siglo antes cobraron aliento hasta convertirse en los cuatro jinetes actuales del apocalipsis: el nazismo y el comunismo, extenuados comenzaron a renacer siguiendo las huellas de los corceles homisuicidas hitlero islamitas. Apareció entonces el cuarto jinete que los representa a los otros que nunca osan decir su nombre y sus intenciones: lo políticamente correcto. Los que hicieron el atentado a las Torres no eran cobardes, dijo la progresista Susang Sontag. "Se lo tenían merecido", juzgó el neo estanilista Ignacio Ramonet, y Fray Beto, católico tercermundista, celebró menos: para él tenían que haberse estrellado muchas más veces. Que el diablo se encargue de las víctimas inocentes, culpables por estar en suelo americano. ¿De qué fuente brotó tanto odio? A ellos se sumaron otros progresistas que odian al capitalismo pero que por nada del mundo quisieran prescindir de sus bienes. En este contexto, el keynesianismo, lejos de su maestro retornó en clave populista como representante de lo económicamente correcto. Con el pretexto de criticar al neoliberalismo noventista le apuntan al corazón de la civilización liberal y en última instancia a la libertad.









Sórdidos cuentos para un jardín de infantes cuyo narrador podría ser Gianni Vattimo, otro que cobra bien por difundir la debilidad de sus neuronas, que piensa que Lenin fue un poeta y Chávez es un notable estadista que redescubre el comunismo como ideal...mediático.
Estas combinatorias que aspiran a cortar en pedazos al individuo y vaciar al sujeto del lenguaje transformado en un esperanto pseudo universal apuntan a dar a luz a un sujeto que sea un zombi terminal, literalmente y en todos los sentidos. Sólo basta afinar un poco el oído para darse cuenta: no existe la menor resistencia cultural a esta avanzada neo nihilista porque lo políticamente correcto predomina en todos los medios. Lo subversivo está confinado a los clowns posmodernos y su humor neonazi. La mejor prueba es que probados embaucadores y estafadores masivos aumentaron su prestigio: se les pide que mientan más. Quien no aplaude es inmediatamente apartado, demonizado por el epíteto que mejor pegue en el momento.
Interesante mujer, esta Miret, pero más seductora que consistente: en estos temas me es imposible seguirla como todo el que refuerza mentiras convertidas en lugares comunes.
El dólar es un papel verde cuyo poder reside en la creencia de que alguien- las instituciones norteamericanas- podrán responder por él el día del arquero, basta reparar en el crédito que le dan los argentinos. Si se cumple la hipótesis de la señora no será la primera vez que se sustituye un patrón de referencia por otro como sucedió con el oro en la primera década del siglo XIX. Algunos, incluso, proponen la vuelta a este tipo de patrón que hubiera evitado muchas crisis- la de Islandia, por ejemplo, tan mal leída por los economistas de la escuela keynesiana- como lo hizo Wilhelm Röpke en los años cincuenta planteando más que una Unión burocrática una especie de club más espontáneo donde quienes acepten las reglas y no las cumplan deberán ser expulsados.
Friedrich Hayec en La desnacionalización del dinero argumentó que una moneda internacional, si está mal administrada, puede ser peor que una nacional. La historia del dinero es también la de su destrucción por los Estados: la Argentina está a la vanguardia en esto, cuántos billones vale hoy un billete del Banco Central desde su fundación en los años treinta.







El Banco Central es nuestra institución más parasitaria: cumplió sus objetivos exactamente al revés de para lo cual fue fundada y esto ha tenido más incidencia en nuestra historia que ganar todos los días la batalla de Obligado. Aquí se caracterizó como neoliberal a la década de los noventa pese a su populismo descarnado. Menem tras ganar la segunda elección multiplicó la deuda. José Luis Espert- liberal- entonces advirtió que la acumulación de déficits fiscales llevaría inevitablemente al default.
Los gobiernos han sistematizado el método de estafar a la gente vía inflación. Para Zaki Europa “es la más grande potencia económica y dispone de una moneda de referencia sólida”. La crisis existe y Zaki debería ir a un analista no demasiado afectado de antiamericanismo- no abundan- para atenuar la neurosis del billete verde y no resolverla mediante una teoría histérica si cree en lo que dice. Entonces tal vez recuerde que cada vez que Estados Unidos tuvo una recesión, Europa la padeció en carne propia. Y empezar por casa, preguntarse por las caras largas y melancólicas de Merkel, Sarkozy cuyos rasgos se dilatan en una bruma angulosa, etc, no nombro a Zapatero porque se quedó sin cara que mostrar.







Lo que advierto es que todas las soluciones se plantean a la europea, desde esta señora a Merkel, mediante un proceso jerárquico “top-down” –de arriba hacia abajo- y ahí está el nudo mismo de la crisis porque se subestima al mercado que en última instancia será el que decida sobre las monedas, si el dólar será sustituido o qué tipos de monedas se impondrán. Pero el dirigismo jerárquico y el keynesianismo está muy arraigado en la clase política europea y sus consejeros económicos.
El mercado no es algo exterior como piensan los populistas, somos nosotros mismos en tanto agentes de oferta y demanda. Estados Unidos, pese a las estatizaciones de Obama, está saliendo de a poco de la recesión y Europa se encuentra empantanada. ¿Qué clase de Unión es una pseudo federación donde no aparecen las palabras fundamentales de “soberanía” y “guerra” y plantea una medida común hipotética entre economías como Alemania y Grecia? Los países de la Eurozona como Austria, Holanda y en parte Finlandia han mostrado responsabilidad fiscal lo que demuestra que el problema no es la moneda en sí misma sino las instituciones en las que se funda.
Joseph Stiglitz y Paul Krugman, no creen para nada en los diagnósticos optimistas de Miret. Efectistas de otro costal, han decretado la muerte del euro más que la del dólar. Stiglitz que hizo descripciones precisas de la “terapia de choque” pero sin tomar en cuenta las instituciones que prevalecieron en Rusia o la Argentina, excluyendo a los países donde las reformas tuvieron grandes logros- India y Turquía, hoy en una lamentable regresión al fundamentalismo- se mostró pronto como un- gran charlatán que dice lo que quieren escuchar los gobiernos que lo invitan a profetizar. Llegó a atribuir la crisis fiscal que llevó al default en la Argentina a la privatización de las jubilaciones dando letra para otro manotazo en 2009, de prepo si los hubo, por parte de un gobierno que se dice popular y se niega a pagar los juicios ganados por los jubilados, esperando que se vayan a otro mundo a reclamarlo al Eternauta.
Stiglitz fue una de las voces autorizadas que legitimó el populismo actual.







Ahora le aconseja a Alemania salirse del euro, salvarse como valkiria virgen, y a todos los otros los países la emisión de bonos basura por los que nadie podrá responder. Aquí vertiginosamente se volvió un discípulo de Alsogaray. En una reciente entrevista con Andrés Oppenheimer- agosto de 2001- Stiglitz destaca a Chile y a Brasil como los países con más futuro en la región. De la Argentina sólo se refiere a las bellas montañas. Habría que decirle que eso se debe a no haber hecho caso a su teoría mecánica de la expansión del gasto público y la utilización de los recursos para una educación con miras al siglo XXI, resistida por apolillados profesores tercermundistas y estudiantes que vienen aquí a estudiar gratis para sumarse a las filas de ideólogos y abogados y continuar la revo pop subvencionada por ustedes y por mí. La transformación de Brasil comenzó con Fernando Enrique Cardoso, cuyos escritos aconsejo leer porque considera a Chile la primera democracia liberal de América Latina, blanco evidente hoy de críticas feroces del populismo. A diferencia de nuestros políticos nestorianos, Cardoso, hombre muy querido por su pueblo, lejos de querer grabar su nombre en calles o avenidas, sólo quiere pasar a la historia por un solo mérito: haber vencido a la inflación.
Paul Krugman, una especie de estrella de rock para progres, por su parte, aconseja poner a trabajar la máquina de imprimir al Banco Central Europeo para comprar deuda a lo loco. ¿Cómo el Banco que es uno de los principales causantes de la crisis va a resolverla? Ahí se revela como discípulo de Eva Perón, que talló la famosa frase: qué bueno que es Miranda, nos da toda la plata que queremos y esto derivó en la grave crisis de la balanza de pagos de los cincuenta y tuvo que venir Gómez Morales y dictar la Ley de Inversiones Extranjeras para salvar la crisis. (Evita, vaya en su favor, no fue Premio Nobel de Economía)
Ahora se entiende mejor por qué estos laureados economistas apoyaron al populismo que hizo del Banco Central un monedero. Paul Krugman hace poco, en pleno 2011 dijo : “Estuve realmente sorprendido cuando una persona dijo que Argentina ya no es más un país serio. ¿No debería ser eso un país serio? En Argentina, y en cualquier otro lugar, ser serio fue un desastre".
Krugman ahí se vuele duhaldista. O sea que para él el menemismo fue algo “serio” aunque no cumplió una sola de las normas del demonizado Consenso de Washington- ni respetó los contratos a diferencia de Chile, Brasil y Uruguay donde no le robaron la plata a la gente- y elogia el default fue una estafa masiva que causó miles de muertes por enfermedades cardiovascularles y de todo tipo. ¿Y del fallo de la Corte sobre la pesificación, una de las piezas más desopilantes de la historia jurídica donde había que pronunciarse sobre un depósito en dólares de Juan o Pedro y además de expropiarlos se les dio cátedra de un socialismo a la medida del capitalismo de amigos? Terminar con lo serio en este lenguaje es romper los contratos de los humildes incautos que pusieron su granito de arena, confiando en los contrados garantizados por el Estado que los rompió a gusto en favor de los más poderosos? Lo no serio, la joda, la hicieron los que unos días antes con información privilegiada sacaron la plata afuera como los K que además cambiaron pesos por dólares y pasado el chubasco los tradujeron otra vez a pesos. Así funciona la máquina delictiva del estado corporativo, cleptocrático y prebendario elogiado por los keynesianos.







Hoy la Argentina demuestra una derrota total no de Lord Keynes- para el cual la inversión pública debía estar controlada por la cámara de los lores y no por De Vido o Aníbal Fernández vía superpoderes- sino de los neokeynesianos que ya no pueden encubrir su ridículo al volverse indistintos de Ernesto Laclau, apólogo de Chávez. Les queda por adherir a inminente invasión norteamericana anunciada muy en serio por Chomsky que ya perdió toda huella de pudor.







Lula hizo lo imposible por evitar el default en vez de echarle toda la culpa al FMI. La corrupción que se ha sistematizado en un sistema delictivo no cuenta: no haber leído el Mapa de la corrupción, donde hay un examen detallado de los casos ha sido fatal para estos sabios. ¿Qué dicen ahora estos dos Premios Nobel que no hacen uno, del brutal recorte del gasto público acompañado de la restricción de las importaciones de las que el país depende en un 80%. ¿Por qué si la sustitución de importaciones ha sido exitosa tienen que prohibirlas? Giorgi acaba de alabar los récords de inversión en gas y petróleo mientras la Presidenta protesta contra la falta de inversión en esos sectores y hay que importar combustible. Y ellos aplauden que se viole la ley de contradicción y el mínimo sentido común y nadie sepa a qué se debe el curioso negocio del fuel oil donde se exporta más barato el de buena calidad y se compra más caro el que viene contaminado. Los Oyarbide cajonearon las denuncias.
Los bancos son empresas y como tales tienen que quebrar y si hay delitos financieros sus responsables tienen que ser juzgados. Hay que dejarlos caer como hizo Estados Unidos con el banco de inversión Lehman Brothers. Se fueron a su casa sin dejar de ser multimillonarios. Para la mentalidad Europea esto sería una tragedia. También para Paul Krugman que desde el New York Times pide, mejor dicho, "ordena" que el Estado ponga directamente capital en los bancos, hay que salvarlos contra viento y marea por los que pagan impuestos. Unos bancos fueron absorbidos por otros. ¿Cuál fue el drama? Eso más que el fin del mundo fue derrumbar una pirámide de mentiras y seguir las pautas que sostienen la existencia misma del capitalismo.
El León inglés no es león sólo por valiente sino por zorro, como decía Joyce: no quiere saber nada con los sofismas que se gastan para que nada cambie. Se mantiene apartado y acusado de poco solidario. El nuevo proceso de integración europeo tendría que ser desde abajo hacia arriba- bottom-up- y tener en cuenta la acción de los individuos y las empresas, todo tipo de emprendimientos, libre de barreras fronterizas, favoreciendo la competencia y abandonar una centralización jerárquica que no es muy democrática porque no tiene los contrapesos que Estados Unidos si tiene– todavía- mediante la división de poderes.
Lo que hace esta muy seductora señora es sustituir la palabra “competencia” por “guerra”- la verdadera guerra está en otra parte- y ahí es donde logra un gran efecto mediático.
La crisis en Estados Unidos se originó cuando luego del atentado a las Torres Gemelas, Greespan bajó la tasa de interés y comenzó un endeudamiento sobre el que las clases humildes no podían responder y algunos vivos como Madoff se aprovecharon piramidalmente. No pasemos por alto que el período Bush fue el de mayor crecimiento de la economía mundial y también de la Argentina hasta que se estrelló con la burbuja inmobiliaria. Pero eso no fue intencional o programado. La izquierda criolla se atribuyó el logro, fue todo un éxtasis llenarse los bolsillos a cada cosecha de soja y dar manija al consumo violando la ley de Say- es la oferta la que determina la demanda y no al revés- mientras se condenaba al “imperialismo”…cuando vino la crisis se vimos un espectáculo cómico: la izquierda dando consejos, más preocupada por el fin del capitalismo que los chupasangres de Wall Street: no se escuchan hablar. En realidad la crisis los desnudó como a esos poetas superburros que hablan contra el “neoliberalismo”- identificándolo al menemismo que forma parte del mismo sistema- y desde hace años cobran cifras vergonzantes en premios municipales por su fidelidad al estado cleptocrático y a la cultura que le es complementaria. La mayoría de la oposición no piensa muy distinto.
El sistema que dio lugar al euro es parecido a la convertibilidad argentina, tiene como condición el no endeudamiento o el gasto público irresponsable que es lo que pasó en España y en Grecia, en este caso con matices delictivos como sucedió en la Argentina: aquí como allá los Duhalde que licuaron las deudas con los ahorros de trabajadores y jubilados. Por eso protestó Eslovenia: ¿por qué tenemos que pagar la fiesta de los otros? Son crisis que ha vivido el capitalismo que se define por la destrucción creativa según Joseph Schumpeter: si se la reprime sólo hay destrucción de la economía como en el socialismo de corte soviético, hasta el populismo ha entendido eso pero no puede con su naturaleza prebendaria y clientelista. Muchos no entienden que no puede haber democracia sin capitalismo, aunque hay capitalismos sin democracia como en China o Vietnam. Yo comenzaría por indagar no sobre el dólar o el euro sino por el dinero en sí mismo a través de su desarrollo histórico, desde el trueque hasta el patrón oro, al que algunos quisieran volver y que Nixon separó definitivamente de su relación con el dólar: esa sí fue una crisis del dólar aunque se la llamó “crisis del petróleo”, por sonar más mediática. El dinero no es una cantidad que puede imprimirse libremente por decreto sino una cualidad que el mercado descubre en los bienes y activos. Esto todavía es chino básico en la Argentina, país inflacionario y defauteador serial, atento a los charlatanes que confirmen este estado de cosas.
El dinero es papel pintado por el Estado, es decir, nada, sino es deseado por el mercado que es el único agente legítimo de liquidez, el resto es retórica bienpensante. Por lo tanto en mi opinión modesta la salida de las crisis está siempre en la liberalización de los mismos, en la descentralización burocrática de la Unión Europea y no en la Gran Regulación o la delirante tasa Tobin, sinónimo de más burocracia, ni el populismo que está haciendo Obama estatizando la economía que impide el proceso de destrucción creativa- las empresas estatales ineficientes terminan siendo pagas por la mayoría- o el proteccionismo europeo que no deja entrar nuestros productos.
El último chiste Página 12 alude a malvados conspiradores de Davos, como salidos de una novela de Hugo Wats, que piensan destruir Europa y venirse para estos pagos para seguir su tarea. Mal chiste. Tengo uno mejor: informarles que aquí Moreno destruyó la industria de la carne- millones de cabezas- y ya no hay asado ni pa´ escupir. Y que desde el Rodrigazo, causado por la demencial política de Gelbard- congelamiento de precios, suba de salarios- la Argentina hasta hoy es un país sin moneda, dolarizado mentalmente, sin que eso importe a tanto nacionalismo patriotero ahora desesperado a la caza de dólares.




Tal es así que a Don Pedro le puede saltar al cuello Rintintin por querer cambiar cien dólares para no ser estafado por la inflación y el sargento García a falta de hacerlo con el Zorro creer haber capturado a Bin Laden.








I) La farsa de la antiglobalización: John Zerzan y Noamí Klein. Libros peligrosos



En este ensayo examino dos perspectivas antitéticas contra la globalización: la del coherente Zerzan que plantea la vuelta al paleolítico y vive humildemente con un viejo televisor en Eugene-uns pequeña localidad de tradición hippie- y la de Klein que proclama que hay que gobernar las multinacionales. Zerzan se negó a editar sus libros- La catástrofe del posmodernismo y Futuro primitivo- que circularon en fotocopias. Antropólogo de profesión, se gana la vida cuidando niños. Vivió en el anonimato hasta que los antiglobalizadores lo convirtieron en uno de sus ídolos aunque no tenga nada que ver con ellos por su anarquismo integral. Para Zerzan la humanidad vivió en una larga edad de oro hasta que surgió la agricultura- que ocupa el lugar de un pecado original que redimirá el "futuro primitivo"- que dividió a los hombres y dio comienzo a las guerras. Zerzan ve en Marx un ideólogo más de la sociedad industrial y en los comunistas los "peores aliados de la civilización contra la sociedad".


Las críticas de Zerzan al posmodernismo y al situacionismo en que ve dos caras del espectáculo contrarias a la "pulsión paleolítica" son tan lúcidas como a la izquierda que levanta banderas de Guevara y que considera como más burguesa que la propia burguesía. Sus héroes son los ludistas que al principio de la revolución industrial destruían las máquinas: este hombre pacífico llama a demoler la civilización técnica como Unabomber pero sin bombas ni violencia. Sus artistas Kandinsky- por romper la perspectiva- Shoenberg- ataque a la música tonal- y los rockeros punk donde resuena la pulsión paleolítica. Aunque contrario a sus ideas, en especial a su pacifismo que dejaría en mundo en manos de un nuevo totalitarismo que exterminaría todo vestigio de la pulsión primitiva suprimiendo las formas artísticas como ya hubo antecedentes, pienso que en el pensamiento de Zerzan hay una relación con la verdad. Dicho de otro modo: la modernidad no puede ser tautológica, vivir a imagen de lo moderno mismo porque deriva en el nihilismo. A su modo muestra la permanencia de lo arcáico que, más allá de su utopía, tiende a ser reprimida por las diferentes ideologías de la neutralidad o exclusión del sujeto y que reaparece en el arte y la literatura y analizo en Lecturas del Museo.

No hay comentarios: